Argentina está de hecho en default. Es decir sin poder pagar los próximos vencimientos de la deuda con el FMI y demás acreedores que alcanzan entre este año y el 2023 más de 50 mil millones de dólares. ¡Impagable!. Según diarios como Página12 y Ámbito Financiero, Alberto Fernández “ya estaría negociando con el FMI y acreedores externos”. Por eso ha lanzado la idea de “renegociación a la uruguaya” en referencia a cómo negoció su deuda el país oriental.
“A la uruguaya, o a la portuguesa” pagamos siempre los trabajadores y el pueblo
Hay muchos trabajadores y el pueblo pobre, incluso luchadores y de los movimientos sociales que en el pasado han peleado y enfrentan el ajuste, los despidos y la miseria antes contra Cristina y ahora contra Macri, que tienen esperanza en que todo va a cambiar para mejor cuando asuman los Fernández.
Opinamos que se decepcionarán.
Todas las renegociaciones de las que ha hablado Alberto Fernández durante su campaña se hicieron con un brutal ajuste. Nos habló de Portugal y ahora del acuerdo de Uruguay con el FMI entre el 2002 y el 2003.
En Uruguay, según el ex Ministro de Economía, uno de los que implementó el Plan, Isaac Alfie dijo que “nuestra reestructuración es cierto que compró tiempo pero a la vez se hicieron una gran cantidad de reformas estructurales». “Se realizó una política fiscal y monetaria muy ortodoxa. La inflación se redujo de 25 % a 2 % en dos años. El déficit fiscal, que era de 4 % del PBI, se redujo, mientras que el gasto público se disminuyó entre 4 % y 5 % en tres años” (Infobae).
Si pagamos, será “Argentina de rodillas”
Alberto y Cristina no se han cansado de gritar que “las deudas hay que pagarlas”. De llevarse a cabo una renegociación con el FMI y los buitres internacionales, continuaría el ajuste y los condicionamientos, reduciendo la inversión en jubilaciones, educación, salud, planes de ayudas, subsidios, etc. aumento de las tarifas de servicios (como ha hecho Macri desde que asumió), la aprobación de leyes que garantizaran las inversiones externas, y “apertura comercial” entre otras. Se mantendrían las exigencias de profundizar la ley de reforma previsional y la de reforma laboral (más allá del nombre que le pongan) como forma de “hacernos más competitivos” y exportar más para que entren dólares para pagar las cuotas de la fraudulenta Deuda Externa.
Macri ya no les puede garantizar a los empresarios y multinacionales la aplicación de esas medidas, ni de conseguir los dólares para pagarles, por eso el Fondo no le desembolsa los restantes U$S 5.400 millones que restan del préstamos de U$S 57 mil millones, que hasta ahora mayormente han ido a parar a la fuga de capitales por parte de los amigos y familiares del Gobierno. ¿Esos dólares, serán parte del acuerdo que ya está caminando entre el FMI, los banqueros y Alberto? No lo sabemos. Lo cierto es que si no dejamos de pagar a los usureros, por más “renegociación a la uruguaya” que hagan, los trabajadores seguiremos perdiendo salarios, conquistas y puestos de trabajo.