ARRANCÓ LA CARRERA ELECTORAL

Las disputas y posicionamientos de cara a las elecciones de 2023 vienen creciendo en volumen e intensidad. La instalación de posibles candidaturas, las internas en el Frente de Todos y en Juntos por el Cambio, el debate sobre la suspensión o no de las PASO y las especulaciones electorales de todo tipo ocupan un gran espacio en todos los medios. Pese a que faltan muchos meses para las elecciones la carrera electoral ya se largó. Es una carrera con final anunciado: gane quien gane la continuidad del ajuste sobre el pueblo trabajador está asegurada. 

Para la mayoría de la población trabajadora estas disputas poco importan. Para el 38 % que vive en la pobreza y ni hablar del 8,8 % que es indigente, la preocupación de cada día es poder comer (1).  Para los/as que lo logran a duras penas la cuestión es cómo llegar a fin de mes; trabajando horas extras, buscando otro trabajo o alguna changa o endeudándose si no sale nada. Con una inflación que llegaría al 100% a fin de año y salarios que ya venían perdiendo el 20% del poder adquisitivo en los últimos 5 años, no hay aumento salarial que alcance. Con más razón si los que negocian son los mismos dirigentes burocráticos y traidores de siempre, que además vienen negociando a la baja, entregando los convenios, dejando correr reformas laborales encubiertas y ataques de todo tipo.

No es raro entonces que venga creciendo el escepticismo y el repudio hacia las dos grandes alianzas del bipartidismo entre los sectores populares y la clase media, como vienen detectando las encuestadoras y estudios de opinión (2). Parte de este fenómeno ya se manifestó en el 2021 en el crecimiento de la abstención y más minoritariamente fue capitalizada por Milei y la izquierda. Si bien a nivel presidencial es más probable un triunfo de JxC este proceso preocupa a las dos coaliciones porque introduce un componente importante de incertidumbre. 

 

 

Todos contra todos

En ambos lados de la “grieta” las peleas internas han recrudecido. En el caso del FdT, Cristina logró fortalecer su liderazgo mostrándose como perseguida política en el juicio sobre la obra pública y luego más aún tras su intento de asesinato. Pero aunque sigue siendo la figura con más caudal de votos y apoyo en los sectores populares sabe que no le alcanza para ganar en las generales. Su táctica de apoyar entre bambalinas el ajuste de Alberto y Massa mostrándose  a la vez como opositora tampoco la blinda ante el desgaste del gobierno que integra, y que desilusionó hace rato a quienes lo votaron. Su posible candidato alternativo parece ser el ministro del interior Wado de Pedro.

Más por carencia de alternativas que por virtudes propias, Alberto ha salido a postular su candidatura en las últimas semanas desafiando a Cristina. Intenta ubicarse como el representante de los gobernadores e intendentes del PJ, la burocracia cegetista, el Movimiento Evita y el FR para disputar en mejor relación de fuerzas las ubicaciones en las listas con el kirchnerismo. Por eso defiende las PASO como herramienta de presión en una negociación interna, y alternativa para competir si no hay acuerdo. 

En el otro campamento la interna es más ríspida aún. Hasta ahora hay 6 posibles candidaturas a presidente (incluyendo la de Macri) y 4 al gobierno de CABA con fuertes disputas a su vez dentro de la UCR y del PRO. Parece raro que haya tanta crisis en JxC cuando aumentan sus chances de ganar pero esto es contradictoriamente parte de la explicación. Al verse ganadores todos quieren garantizarse la mayor cuota de poder en el próximo gobierno. Un segundo elemento es que no hay liderazgos indiscutidos. En el PRO Rodríguez Larreta desafía a Macri y Patricia Bullrich a Larreta. En el radicalismo Manes le disputa a Morales. Un tercer factor es que la radicalización hacia la derecha de un sector de la clase media viene siendo capitalizada por Milei y Espert. El giro hacia ese discurso de ultraderecha de Macri y Bullrich para evitar esa sangría le genera contradicciones al radicalismo y a Carrió con sectores de su base, e incluso a Larreta. Ellos buscan presentarse como una centroderecha “moderada” y “dialoguista”. 

Peleas feroces y acuerdos profundos

Toda esta pirotecnia verbal, con amenazas de “romperle la cara” a alguno incluida, no puede ocultar que hay profundos acuerdos entre las principales fuerzas patronales. El primero y más claro es encorsetar la bronca y los reclamos populares en el molde de esta democracia capitalista. Lo fundamental para todos ellos es que la clase obrera, la juventud y el pueblo pobre no peleen en las calles y con la acción directa independiente por sus necesidades. Quieren que apoyen con su voto a sus candidatos y partidos para dirimir sus pujas de poder con la ilusión de un cambio o una mejoría. Eso incluye también a expresiones de ultraderecha como Milei, que centra su accionar hoy en el armado nacional de sus listas para disputar electoralmente su lugar dentro de la “casta”.

Y el otro gran acuerdo es continuar el saqueo de nuestros recursos al servicio de las multinacionales y el imperialismo y su plan de recolonización. Esto incluye el gas, el petróleo, el litio, los minerales pero también el agronegocio y los pagos de la deuda externa. No es casual el acuerdo en aprobar primero el acuerdo con el FMI y recientemente también el presupuesto  de ajuste dictado por este. 

Para acabar de verdad con estos planes de ajuste y recolonización hay que impulsar desde abajo una huelga general y un Argentinazo, que abran el camino al único gobierno que puede planificar la economía al servicio del pueblo trabajador,  un gobierno obrero y popular. 

IVÁN RABOCHI

NOTAS

1- https://www.lanacion.com.ar/economia/la-mayoria-de-los-adultos-y-los-ninos-saltean-una-comida-en-hogares-con-ingresos-de-hasta-60000-nid23102022/

2- https://www.lanacion.com.ar/politica/los-politicos-se-repliegan-por-el-miedo-a-un-tsunami-electoral-nid25102022/