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AUMENTAN LOS CONTAGIOS: LA TERCER OLA LLEGÓ

Cómo señalamos en un artículo anterior, la ola de contagios desatados en Europa debido a la variante Omicron tenía posibilidades de repercutir en nuestro país. Esto se hizo concreto: Hoy día estamos teniendo cerca de 40 mil contagios diarios. El pasado 30 de diciembre, con más de 50 mil positivos nuevos, se batió el récord de casos diarios en nuestro país desde el inicio de la pandemia. El 4 de enero volvimos a batir ese record con más de 80 mil casos nuevos y más de 95 mil al día siguiente. Mucha gente pasó Navidad o Año Nuevo en aislamiento ya sea por contacto estrecho o por ser un caso positivo.

¿Por qué ahora, en pleno verano? La vida normal se encuentra casi totalmente restaurada y los eventos masivos a su capacidad total, la situación no podría ser de otra manera. Recitales, fiestas, o el viaje en hora pico en el transporte público se vuelven grandes focos de contagios. Los cuidados son pocos y el Gobierno no ayuda.

Un pequeño ejemplo: en medio de la nueva ola, el gobierno de la Provincia de Buenos Aires decidió eliminar por completo las restricciones de aforo para los eventos masivos al aire libre.

Testeos cada vez más pobres

Esta explosión provocó un colapso de los centros de testeos. La actitud de “la pandemia ya fue” fue bandera de Gobiernos como el de Larreta que durante el 2021 redujo personal en los centros de testeo como el de Costa Salguero, y cerró otros.

Las consecuencias son las que vemos ahora. Caídas del sistema de turnos, colas interminables y los mismos centros de testeos convirtiéndose en focos de contagio.

La frutilla del postre es la agresión sufrida por un médico del hospital Santojanni y de una médica en el Hospital de General Pacheco, quienes tuvieron que dar la cara y poner el cuerpo mientras se sigue ajustando a la salud pública.

Una tasa de positividad cercana al 50% exige mayor cantidad de testeos. La comunidad científica ha recomendado que ese índice no supere el 10%. Hay muchos contagios que no se están detectando. Exigimos testeos masivos en todos los lugares de trabajo, en los barrios, que se aisle a todos los contactos estrechos.

La vacuna es la única solución

Si hay una buena noticia, es que la vacunación es efectiva. Los casos aumentan, pero las internaciones no crecen a un nivel preocupante, mucho menos las muertes. Estas últimas se dan casi en su totalidad dentro de la población no vacunada, o con una sola dosis.

Esto hace más urgente que nunca la obligatoriedad de la vacunación. No es una cuestión de libertades. Es una cuestión de salud pública, de evitar que colapse el sistema de salud, y también de que el virus continúe mutando.

Por eso también seguimos insistiendo: es necesario quebrar las patentes de las vacunas e iniciar su producción masiva ya mismo. La vacuna de AstraZeneca producida en Argentina y México ya tiene la aprobación de la OMS. El mismo organismo confirmó hace poco un estudio que estima la duración de los anticuerpos producto de la vacunación en seis meses.

Vamos a necesitar más vacunas, y los países imperialistas nuevamente querrán acapararlas, cuando nuestro país puede producirlas a gran escala, abasteciendo a parte de la región, y los países más postergados, donde pocas dosis han llegado, y donde seguirán surgiendo variantes del virus nuevas.

Tomar el toro por las astas

Esta nueva realidad exige, en primer lugar, que nos sigamos cuidando. Principalmente porque el Gobierno no lo hará, pues sigue priorizando su acuerdo con el FMI, y las ganancias empresariales. Por eso se han cerrado centros de testeo, cuando la pandemia estaba lejos de haber terminado. Los laboratorios amasaron fortunas durante la pandemia y muchos ni siquiera pagaron un bono de fin de año a sus trabajadores. Revirtamos esta situación, que la plata vaya al presupuesto para salud y no a la deuda externa.

Es necesario organizarnos. Formar comités, redes, para que en cada lugar de trabajo sepamos quien se encuentra aislado por ser un caso positivo, quien se encuentra con síntomas y aún no se ha testeado. Las empresas se esfuerzan por esconder esta información a toda costa para perder la menor producción posible. No podemos permitirles hacer lo que se les cante.

Con la cepa IHU recién descubierta, más la combinación del Covid con la influenza, sobran motivos para cuidarnos. Tenemos que estar lo mejor preparados para que nos golpeen lo menos posible. Y eso solamente lo vamos a conseguir si nos organizamos desde abajo en defensa de nuestra salud.