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Autodefensa en los sindicatos y centros de estudiantes

El sistema en que vivimos, el capitalismo, funciona con patrones que obtienen sus ganancias explotando a los trabajadores. Unos pocos ricos, sacan ventaja de la inmensa mayoría pobre. Para mantener esas diferencias se necesita violencia. La discriminación y la violencia contra la mujer sirven para someter a las mujeres que son la mitad de la clase
trabajadora. Por eso los socialistas sostenemos que los derechos de la mujer solo podrán obtenerse en forma definitiva si la clase obrera los toma como parte de su lucha hacia la construcción de otra sociedad, sin explotación ni opresión: el socialismo.

Y mientras tanto: ¿qué hacer?

La vida de muchas trabajadoras es un femicidio lento e invisible: trabajo precario, a veces esclavo; jornadas agotadoras que continúan con las tareas domésticas; percibir los sueldos más bajos, menores aun que los de los hombres, por igual labor; levantar pesos y manejar máquinas que exceden su fuerza física; soportar maltrato o asedio de encargados y jefes; desesperar por falta de guarderías y jardines maternales para cuidado
de los hijos, lo que les impide trabajar o estudiar. Para concretar la consigna “Ni una menos”, las mujeres deben organizarse en los lugares de trabajo y estudio, ganar a sus compañeros hombres para combatir el machismo, luchar juntos por las reivindicaciones femeninas y exigir que éstas sean tomadas por sus sindicatos y centros de estudiantes, por las CTA, las CGT y federaciones estudiantiles.

Enfrentar a los agresores

A pesar de la enorme convocatoria del 3J la violencia machista sigue cobrando víctimas. Las mujeres no pueden limitarse a denunciar y a esperar el botón antipánico. Gobierno, justicia, policía, Iglesia, han demostrado ser
protección cero para las víctimas. En los sindicatos, centros de estudiantes, barrios, puede organizarse la autodefensa de las compañeras. Así, por ejemplo, el Sindicato de Petróleo y Gas Privado del Chubut, organizó el último 31/05 un Taller de Violencia, en el que una academia de artes marciales enseñó técnicas de autodefensa. Ese ejemplo puede difundirse y reproducirse, empezando por las comisiones internas, sindicatos y centros de estudiantes combativos dirigidos por los partidos del FIT y por el resto de la izquierda.