El 23 de noviembre último, entre la Asociación Bancaria y las cámaras empresariales, se firmó un acuerdo en el marco de la reapertura de las negociaciones paritarias a vencer en diciembre que estipula solamente algunas concesiones de reajuste salarial:
- Una suma no remunerativa de $8000, $10.000 y $12.000 según el segmento salarial que incluye al trabajador y a pagar antes del 31 de diciembre.
- Un incremento del 4% sobre las remuneraciones vigentes a partir del 1º de enero llevando el salario conformado a $20.416,16 manteniendo una compensación parcial por el Impuesto a las Ganancias.
- Un preacuerdo salarial 2017 que establece el pago de una compensación remunerativa a abonar el 5 de enero, también según los segmentos salariales vigentes: de $7.000, $7.315 y $7.630.
- Un anticipo mensual entre enero y abril con una suma fija de $2000, más un 10% de todas las remuneraciones con un mínimo a percibir de $4.130.
El gremio acordó además reanudar en la segunda quincena de marzo las negociaciones paritarias para un acuerdo salarial definitivo.
Del resto de las reivindicaciones que motorizaban el plan de lucha de la Bancaria ninguna novedad, como siempre. Quedan en la nebulosa el rechazo a las disposiciones desregulatorias del BCRA (Banco Central) que afecta el convenio colectivo y la generación y mantenimiento de empleo, el cese de despidos y tercerizaciones, la defensa de la banca pública y la derogación del impuesto al salario.
Es un hecho positivo si se quiere que los bancarios hayan conseguido reajustes salariales en un marco económico donde todavía se debate sobre el alcance del un mísero bono de fin de año de $2.000 a todos los trabajadores. Lo cierto que para llegar a estos acuerdos de recuperación parcial del salario los bancarios lo logran luego de varios paros y movilizaciones, con la banca pública a la cabeza (Nación y Provincia de Buenos Aires principalmente), con asambleas en las casas y filiales, y un activismo joven y antiburocrático que vive sus primeras experiencias de lucha, y sabiendo que el sector financiero fue de los más beneficiados en los últimos años con millonarias ganancias.
Plan de lucha, conquistas y disputa de poder en la CGT
Muchos se preguntan porqué el ex Secretario Adjunto de la burocracia zanolista lidera estos reclamos apoyándose en los trabajadores. En la CGT hay una disputa fuerte por la hegemonía sindical. En ese marco, Palazzo no acordó participar en un apoyo directo al triunvirato elegido que negocia con Macri y dilata concretar acciones más profundas como un paro general.
La Bancaria tiene artillería con qué disparar al sector económico que más ganancias viene obteniendo en los últimos años y con incidencia en los planes económicos del Gobierno. Muestra una cara más democrática luego del desprestigio de Zanola, pero con los viejos métodos de sus estatutos antidemocráticos para impedir que cualquier trabajador sea elegido libremente sin trabas burocráticas.
Palazzo asistió a la Marcha Federal, fue al cónclave de la CGT, apoyó a Scioli y se reúne con Cristina K. Impulsa un sector gremial nuevo, la Corriente Federal de Trabajadores (CFT), luego de romper con Moyano. Pero a la hora de decidir los acuerdos con las patronales y el Gobierno, lo hace a puertas cerradas sin consulta a los trabajadores, como lo fue este acuerdo parcial.
Los bancarios tienen que sacar conclusiones positivas de este proceso. Es un hecho que sin paros y movilizaciones es muy difícil arrancarle a las patronales alguna conquista salarial o de condiciones de trabajo. El Sindicato, más allá de sus intereses de poder político, tuvo que recurrir a agitaciones, con asambleas y movilizaciones, que sembraron el terreno para que una verdadera oposición antiburocrática surja desde abajo al calor de la lucha. Una oportunidad para que estos nuevos activistas, organizados y en unidad con todas las agrupaciones antiburocráticas, sean los que en definitiva defiendan el convenio colectivo y consigan muchas de las reivindicaciones que quedaron pendientes sin estar a la espera de los oscuros intereses de poder de Palazzo y Cía.