La patronal de Rapiestant (Matanza) no cumple ni siquiera con el compromiso vengonzoso de pagar $3.000 semanales a cuenta de las deudas salariales acumuladas. El viernes 3/3 no los depositó. Y el 10/3 sólo $2.000, borrándose a media tarde… ¡Los compañeros venden hasta sus electrodomésticos para sobrevivir! ¡Así no se puede seguir! Esta situación humillante es un verdadero atropello de la «empresa madre» Servas, que se presentó diciendo que se haría cargo de pagar en tiempo y forma y seguir produciendo. Pues tiene plata, diez plantas en el país e inversiones millonarias en China donde fabrica escaleras mecánicas y generadores. Como tantas empresas que importan y vender lo que también producen aquí, ocultando sus finanzas reales. De la misma manera que Servas paga las quincenas, lo puede hacer en Rapiestant. Pero no paga e intenta vaciar la planta. Presiona para llegar a acuerdos internos fuera de convenio, «en negro». Y para desistir de todo reclamo incluso legal por quitas salariales. En esta situación, está planteada la necesidad de tomar nuevamente medidas de fuerza: tomar las plantas, cortes, etc.
La patronal chantajea y los directivos de la UOM dejan hacer en aras de la «defensa de la industria nacional». Es la misma política que otras empresas intentan, como en Indelqui, Stockl, Envases del Plata: cerrar plantas a menos que… haya «retiros voluntarios», achiques salariales, incrementos de productividad, polifuncionalidad y flexibilización, etc. Y además exenciones impositivas u otro tipo de subsidios estatales. Hay fábricas que así hace años pagan salarios en cuotas… En Tierra del Fuego, Caló y compañía incluso firmaron un congelamiento salarial hasta el 2020 argumentando sostener así los puestos de trabajo. Sin embargo, siguen despidiendo «contratados» con años de trabajo.
Seguramente estos empresarios contaban con la aprobación de la reforma laboral de Macri para estos días, que movilizaciones como las del 18/12 obligaron a postergar… ¡Pero vienen por todo! Debemos seguirla y romper el aislamiento al que quieren condenarnos los sirvientes de Macri y las patronales, peleando planta por planta, para quebrarnos. Coordinemos los conflictos, busquemos solidaridad en los barrios que rodean las fábricas y donde vivimos, como los mineros de Río Turbio, por ejemplo. Exijamos de la UOM, CGTs y CTAs seccionales: ¡Congresos de Delegados con mandatos y abierto a las bases para implementar un plan de lucha común! No alcanza con «escrachar» a las patronales. ¡Embargo y cárcel merecen los vaciadores!
¡Que publiquen su contabilidad real!
¡Que el estado intervenga pero para garantizar los puestos, los salarios y que funcionen bajo control de sus trabajadores las empresas que dicen no estar en condiciones!
Necesitamos una nueva dirección combativa para que los metalúrgicos recuperemos nuestro papel en la clase obrera combatiendo al capital, su gobierno y el FMI que nos roban todo. Para unir fuerzas por un nuevo Argentinazo para que se vaya Macri y por un plan al servicio de los trabajadores que -entre otras medidas- reduzca las importaciones a lo mínimo indispensable para desarrollar una industria pesada y semipesada.