Por Héctor Mora, delegado de los Trabajadores de BedTime.
Candidato a Concejal Malvinas Argentinas
Un ajuste feroz al servicio del FMI
Nuestros sueldos vienen siendo liquidados de manera brutal. En agosto arrancaron los aumentos de la segunda mitad de año: electricidad, cable, colectivos, nafta, escuelas, prepagas, alquileres. Este mes cerró con una inflación de más del 12%, y una interanual de 124, 4%, la más alta en los últimos 30 años.
Luego de perder las PASO, el Gobierno de Alberto y Cristina y su ministro de Economía y candidato presidencial, Sergio Massa, llevaron adelante una devaluación del peso del 22% respecto a julio, acordada previamente con el FMI. Durante las elecciones negaron rotundamente este acuerdo devaluatorio y apenas al otro día pegaron el zarpazo: se vino una nueva tanda de aumentos en los precios y en una semana alimentos como la carne o los lácteos subieron casi un 50%, y las verduras y otros alimentos en 30%. Básicamente en los rubros donde día a día más gasta la familia obrera.
Por supuesto, el resto de los candidatos presidenciales patronales Javier Milei y Patricia Bullrich acuerdan con el ajuste, incluso Milei propone llevar adelante un ajuste aún mayor del que el FMI requiere para seguir largando plata para la Argentina. Endeudamiento, ajuste y palos para quien no quiera seguir pagando los costos del ajuste es lo que tenemos, y lo que viene es mucho peor.
Algunos parches económicos, ¿y nuestros sindicatos dónde están?
En los últimos días Massa, el “candidato” peronista de Unión por la Patria (UxP), largó una batería de medidas económicas que se anuncian para paliar la grave situación del país: eliminación del Impuesto a las Ganancias (mejor dicho al salario), devolución del IVA en productos de la canasta básica, línea de créditos, etc. El propio Gobierno reconoce así la urgencia de la situación, pero deja fuera a todo un universo de trabajadores informales, que se vienen cayendo del mapa.
Parece que las dirigencias sindicales siguen congeladas por las elecciones, porque mientras nuestros sueldos son reventados no han asomado la cabeza más que para ser aplaudidores seriales del Gobierno. Los trabajadores que vivimos al día y no podemos pensar en re acomodarnos para llegar a las elecciones generales, debemos ponernos en actividad para salir a reclamar ya un aumento de emergencia para poder paliar la situación en que nos metió el Gobierno. Debemos defender nuestros salarios para no caer en la pobreza o que nos negocien nuestros derechos en una Reforma Laboral que seguro va contra las y los trabajadoras/es, a cambio de apenas poder llegar a fin de mes.
Más democracia obrera para luchar y ganar
Es momento de organizar asambleas en cada lugar de trabajo para preparar la defensa de nuestro sueldo, nuestras condiciones de vida y la de nuestras familias. En BedTime nos preparamos para esta tarea debatiendo con cada compañero, en el camino a la asamblea general para decidir entre todos por donde avanzar y cómo hacerlo. Hemos dado enormes batallas en el pasado y solo pudimos ganarlas a través de la democracia obrera, donde decidimos y salimos con la fuerza del conjunto a luchar hasta ganar.
El mejor método nos acerca a lo que necesitamos, pero falta saber qué objetivo tenemos: derrotar el ajuste del Gobierno de los Fernández y Massa, que hoy tiran migajas para ganar las elecciones, pero que van a seguir priorizando sus acuerdos con el FMI en vez de las necesidades del pueblo.
Necesitamos un aumento de emergencia del 100% y alcanzar un salario igual a la canasta familiar, que se indexe de acuerdo a la inflación.
Prohibición de despidos y reparto de las horas de trabajo existentes entre ocupados y desocupados con igual salario para todos. Que el reparto se haga a través de bolsas de trabajo que privilegien a las mujeres, hijas e hijos de los trabajadores, y desocupados de la comunidad.
Asambleas en cada fábrica y cada gremio para discutir cómo enfrentar entre todos estos atropellos. Por la organización conjunta de fábricas cercanas, creación de comités de coordinación y que tomen las tareas que la lucha necesite. Sabemos que solo nosotros podemos hacer todo esto, tomando en nuestras manos el destino del país, y del mundo. Los trabajadores y las trabajadoras tenemos que ponernos de pie y romper las cadenas que nos someten.