El conflicto en la fábrica de colchones BedTime de Tigre, igual que el de Penta, son ejemplos de cómo la cuarentena es aprovechada por las patronales para sacar una mayor tajada de la crisis económica que ellos mismos han provocado. Quieren descargar sobre nuestras espaldas más ajuste y desocupación e imponernos la reforma laboral.
El 16 de abril la empresa solo pagó un 30% de la quincena, y sigue debiendo parte de marzo, por eso empezamos a mandar telegramas reclamando lo que nos corresponde. La patronal dice que no tiene plata para pagarnos y propone un acuerdo sin ningún beneficio para nosotros: seguir trabajando con una reducción salarial del 50% o despedir a la mitad de los trabajadores (con indemnización al 50%). A pesar del decreto del gobierno donde se prohíben despidos y suspensiones, las patronales amenazan y despiden con total impunidad, sin que el gobierno tome ninguna acción en su contra.
Aunque la actividad se retomó durante la cuarentena con la excusa de producir colchones sanitarios, esto solo duró un par de días. La fábrica siguió produciendo y vendiendo colchones premium y carísimos. Es decir que plata entra, pero se la quedan ellos. Incluso les presentamos un plan de elaboración de colchones para los hospitales de la zona, barbijos, camisolines y lo rechazaron.
Es por eso que los trabajadores rechazamos en asambleas permanentes la extorsión y decidimos pelear por nuestro salario y por los puestos de trabajo. Sabíamos que teníamos en contra el acuerdo que los gremios y la CGT habían hecho con las patronales de rebaja salarial. Y también que no nos iban a defender en serio ante posibles despidos, los cuales empezaron a hacerse realidad con más de 40 telegramas, ante la ocupación pacífica que votamos hacer desde el día 27 de abril.
Organización, asambleas y ocupación
La ocupación fue un capitulo extraordinario en nuestra historia como organización de base de los trabajadores: masiva, auto organizada por abajo y con comisiones de trabajo que funcionaron a la perfección (alimentos, higiene, seguridad, etc.) para garantizar también las medidas de prevención ante la pandemia, cosa que la misma patronal no había hecho cuando volvimos a trabajar. Hasta los barbijos tuvimos que hacerlos nosotros.
En cada asamblea se consultó todo. Y aunque representantes del sindicato del plástico estuvieron, nunca quisieron profundizar el conflicto, ni siquiera ante los inminentes despidos. Sabemos que hay otras fábricas del gremio que tienen o tendrán los mismos problemas que nosotros, pero nunca se planteó hacer plenario de delegados del gremio siquiera. Tampoco el municipio de Tigre quiso tomar cartas en el asunto, alegando no poder meterse en un “conflicto gremial”
Luego de varias negociaciones virtuales con la patronal y el Ministerio de trabajo y asambleas permanentes, y con el apoyo de organizaciones de trabajadores y políticas de la zona logramos frenar los despidos y que nos paguen todo lo adeudado, aceptando una reducción salarial pero menor a la que originalmente se proponía de parte de la empresa. Sabemos que este conflicto la patronal también lo usará para sacarle plata al gobierno, y no perder ni un solo peso. Pero los trabajadores de BedTime seguimos alertas porque sabemos que vendrán nuevos ataques, que nos van a encontrar organizados y fortalecidos para enfrentarlos.
08 de Mayo de 2020.-