El 28 de marzo la Corte Suprema de Justicia de Tucumán absolvió a Belén, la joven que hace más de tres años llegó con un embarazo avanzado y en riesgo al Hospital Avellaneda de San Miguel de Tucumán y salió esposada, luego de sufrir un aborto espontáneo.
Las razones que esgrimió la Corte para absolverla explica lo absurdo de su procesamiento: haber sido condenada sin pruebas y haber sufrido violencia institucional.
En 2016 luego de multitudinarias marchas exigiendo basta de violencia contra la mujer y de varias acciones locales y nacionales específicas por Libertad para Belén, habíamos obtenido un primer triunfo sobre el gobierno nacional de Macri y el gobierno K de Tucumán, su Poder Legislativo, su Justicia y sobre la Iglesia Católica: Belén salió de la cárcel luego de tres años de encierro, aunque su procesamiento continuó hasta ahora.
La condena la dejó sin trabajo y al quedar libre de nuevo, la obligó a vivir de changas: nadie da trabajo a una acusada de “homicidio con alevosía”.
La movilización de las trabajadoras y trabajadores, estudiantes y sectores populares levantando las banderas de Anulación de la Condena de Belén / No más muertas, no más presas/ Aborto Legal Seguro y Gratuito Ya, que también fueron banderas del 3J, del 19 O, del 25 N y del último 8M, Día del Paro Mundial por los Derechos de las Mujeres, logró la absolución, un segundo triunfo directo de la lucha en las calles.
Hoy podemos celebrar haber contribuido a reparar tanta injusticia y a devolver la sonrisa a Belén.
Que esto nos fortalezca para continuar peleando por los derechos de las mujeres trabajadoras y de las jóvenes pobres, el de poder elegir cuándo ser madres y el de optar por el aborto legal, seguro y gratuito si así lo necesitany deciden.