La gobernadora Rosana Bertone, del Frente para la Victoria, obtuvo en las últimas elecciones la totalidad del poder: Gobierno provincial, municipal y legislatura con quorum propio. Con estas herramientas y en menos de 2 meses de gobierno parece ser la mejor discípula de Mauricio Macri. Se transformó en la campeona del AJUSTE y el ataque a los trabajadores, principalmente de los estatales y docentes.
Unos 250 talleristas culturales fueron despedidos el último día hábil de 2015, muchos de ellos con más de 10 años de trabajo permanente para el Estado fueguino; echó a más de 1000 empleados y bajó los beneficios jubilatorios, con apoyo de la Legislatura que manejo a gusto en sociedad con La Cámpora. Bajó los salarios hasta en un 6% a todos los trabajadores del Estado, con la excusa de un aporte solidario para poder pagar las jubilaciones; cesanteó a 500 beneficiarios del programa social PEL que trabajan limpiando los hospitales y escuelas. Llega al colmo de descontarles un 5% a los jubilados, pensionados y personas con discapacidades para pagar sus propios haberes.
El ajuste es tan grande que hasta el ministro de Trabajo, Rivarola (Secretario General de Sindicato de Comercio), renunció porque, según dijo, no puede ir de esa forma contra los trabajadores.
El FPV se mostró más a la derecha que el PRO, al que decía combatir en la campaña electoral. Ahora las cartas están echadas y hay que responder al brutal ajuste.
Todos los sectores sindicales tienen la obligación de impulsar la más amplia unidad de acción contra este gobierno antiobrero, ya que la única manera de torcerle el brazo a Bertone/Macri es la lucha en las calles. Hay que organizar un verdadero plan de lucha que vaya hasta las últimas consecuencias hasta recuperar todos los derechos perdidos.