¿Caerá Maduro?

El país vive su mayor crisis de la historia. Es una crisis económica, política y social. Las devaluaciones, el aumento en el precio de la gasolina, en los servicios y en los productos para la alimentación no hacen más que profundizar los padecimientos de amplios sectores de la población. La crisis económica mundial ha entrado con todo en el país. El gobierno chavista de Nicolás Maduro ha entrado en una pendiente irreversible, sostenido fundamentalmente por las Fuerzas Armadas y el apoyo político del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).La oposición burguesa exige un referéndum revocatorio para salir de este gobierno. Esta debacle del chavismo es similar a la que sufren los distintos gobiernos llamados “progresistas” de la región. ¿Se viene la derechización de América latina?

Venezuela y una crisis sin fondo

Venezuela, tiene la mayor reserva petrolera del mundo. Durante los gobiernos chavistas ingresaron en concepto de exportaciones petroleras cerca de 1 billón de dólares (millón de millones). El precio del barril de petróleo durante varios años estuvo en 100 dólares. Además el país tiene reservas mineras muy amplias de oro, diamantes, coltan, hierro, bauxita, etc. Posee además una de las siderúrgicas más importantes de Latino América, Sidor y varias industrias de aluminio e importante territorio cultivable. Pero, los trabajadores luchamos día a día para poder conseguir comida.

“Tal vez hoy comas, mañana no sabemos”

Este comentario no es exagerado. Venezuela importa el 70% de productos para abastecerse de alimentos, medicinas, etc… A pesar de los ingresos petroleros, no ha habido desarrollo industrial ni inversión agrícola para autoabastecerse de alimentos. Esas importaciones se financian con las divisas petroleras (96 de cada 100 dólares que ingresan al país es por petróleo) Al caer los precios del barril, las importaciones cayeron drásticamente. Y la escasez de alimentos pegó un salto: Falta leche en polvo, azúcar, café, pastas, arroz, pasta dental, jabón para el baño, etc. Muchos productos se consiguen en el mercado negro a 2.600% más caros.

Las colas para conseguir productos a “precios oficiales” pueden ser de 4 o 6 horas. La principal preocupación de los venezolanos hoy es poder comer. Las peleas con la policía o la Guardia Nacional con un saldo de muertos, heridos y detenidos son constantes. Los saqueos de camiones y supermercados van en aumento.

Los salarios como sal y agua.

Según CENDAS (Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros), en el último año la Cesta Alimentaria sufrió el incremento del 718% muy superior al estimado por el FMI para todo 2016. Y que en abril tuvo un aumento de casi el 30% llegando a 184.906,35 (Correo del Caroní). El salario básico promedio pasa a poco más de 33.600 bolívares si le sumamos el bono de alimentación, (menos de 40 dólares al precio del mercado negro) Se abandona el consumo de carnes, quesos y leche reemplazándolos por proteínas vegetales.

Muchas veces se sacrifica el consumo de los padres para mantener al de los hijos y se disminuye el número de comidas al día.  .

La escasez también se cobra vidas por el faltante de medicamentos para el HIV o el cáncer. Los hospitales están colapsados: faltan insumos elementales como jabón y guantes y los pacientes deben conseguir los insumos para ser atendidos.

A esto debemos agregar los padecimientos populares por el racionamiento de agua y de electricidad: en casi todo el país hay cortes eléctricos,  programados de 3 horas diarias, pero que a veces se prolonga por falta de transporte y equipos para atender a tiempo la reanudación del servicio o por caída de la Red por falta de mantenimiento. Por este motivo Sidor con 15 mil trabajadores, está paralizada.

Por eso va cobrando fuerza entre los trabajadores y amplios sectores populares que el referéndum revocatorio es la única salida.

La resistencia a las medidas del gobierno

La indignación va en aumento, pero las luchas son todavía muy dispersas. Hay médicos haciendo huelga de hambre por los bajos salarios y la situación crítica de los hospitales públicos. Hay un conflicto nacional de las universidades públicas por aumento salarial y presupuesto. Lo mismo sucede con los maestros del estado Bolívar, al sur del país, o los del estado Miranda, al centro, entre otros que se movilizan y paran. Muchos vecinos reclaman por los cortes de electricidad, agua e inseguridad, trancando las calles y avenidas. Hay reclamos por los contratos colectivos, como los de Corpolec, etc.  Pero hasta ahora los dirigentes nacionales en su gran mayoría del PSUV, como los de la Central Socialista  Bolivariana y la MUD con influencia en la CTV y sindicatos de profesores, nada hacen para unirlas ni mucho menos plantean ningún plan de lucha nacional.

Los trabajadores no tienen confianza en la MUD ni en sus dirigentes sindicales que están bastante desprestigiados, como los del PSUV. Por eso muchas veces son los sindicatos de base, no controlados por la vieja burocracia, los que impulsan la resistencia.

¿La MUD quiere derrocar al gobierno?

Desde el gobierno se denuncia que hay en marcha un golpe, e incluso la posible invasión del país, aunque hasta ahora nada de eso ha ocurrido. Por su lado la Mesa de Unidad Democrática y sus representantes en la Asamblea Nacional dicen que hay que salir de Maduro y han activado el recurso constitucional del referéndum revocatorio. Con ese fin se lanzaron a la búsqueda de las firmas necesarias para activarlo.

Maduro ha radicalizado su discurso poniendo en duda la continuidad de la AN. Y desconociéndola, al decretar una “emergencia económica” y un “estado de excepción” sin ninguna legalidad. Por su parte, los diputados de la MUD han recurrido a la OEA para pedir la aplicación de la “Carta democrática” al igual que al Mercosur para que Venezuela sea suspendida o sancionada.

Pero más allá de esta polarización que aumenta la inestabilidad política, los periódicos del sábado 28 de mayo, informan que El viaje de los ex presidentes José Rodríguez Zapatero (España), Leonel Fernández (República Dominicana) y Manuel Torrijos (Panamá) a Caracas el 18 de mayo logró, que representantes del gobierno y de la oposición aceptaran verse en República Dominicana (…)  para poder concretar la agenda de un virtual diálogo en Venezuela, (…) participan la canciller Delcy Rodríguez; (…). Por la MUD, Carlos Vecchio (Voluntad Popular),  (El Nacional). Y este “dialogo” está bendecido por el imperialismo yanqui“El secretario estadounidense de Estado, John Kerry, discutió con el ex presidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero una propuesta para facilitar el diálogo político entre el gobierno y la oposición de Venezuela, informó este viernes el Departamento de Estado. (…)”reiteró que Estados Unidos apoya diálogos políticos y soluciones pacíficas y democráticas,..(…)  (Últimas Noticias) Por otra parte es posible que también el Canciller cubano que visitó Caracas el 23 de mayo esté colaborando en este “dialogo”.

No sabemos si finalmente se llegará a un acuerdo. No está descartado que Maduro pueda caer en los próximos meses o intentar prolongar su mandato hasta enero del 2017, para de implementarse el revocatorio, poder ceder el mando a su vicepresidente y el chavismo lograría mantenerse en el poder.

Hay quienes hablan de un posible auto-golpe  apoyado por la Fuerza Armada y con el ropaje legal del Tribunal Supremo de Justicia, disolviendo la Asamblea Nacional.

Pero más allá de estas hipótesis, los discursos y negociaciones, es evidente que la MUD no se juega a ninguna movilización para que el gobierno caiga, porque tienen terror a la movilización popular que no puedan controlar. Y esto a pesar de la debilidad de Maduro que se mantiene en el poder sólo por el apoyo del PSUV y las Fuerzas Armadas. Tampoco hoy, impulsan ningún golpe y ni los yanquis proyectan en este momento, invadir el país.

De hecho, la resolución del Consejo Permanente de la OEA, de promover el diálogo, y que Macri suavizó su posición hacia el gobierno de Venezuela, son síntomas que ni el imperialismo ni la burguesía latinoamericana quiere un escenario de ingobernabilidad sino una salida negociada. Un escenario diferente, podría echar por tierra la política yanqui hacia Cuba y las negociaciones de paz con las FARC, en las que Venezuela está involucrada como garante.

El revocatorio: ¿Hay un giro ala derecha, en Venezuela?

Esta pelea entre distintos sectores de la burguesía del chavismo y la MUD, no tiene por objeto resolver los problemas del pueblo trabajador. Unos y otros ajustarán y atacarán más y más su nivel de vida.

Por eso los trabajadores han ido perdiendo las expectativas y confianza en la Asamblea Nacional. El fortalecimiento electoral de la MUD, no es parte de una derechización de la sociedad, sino que capitalizan la parálisis del gobierno y que no hay una alternativa de izquierda que impulse y unifique las luchas.

Los socialistas decimos que el revocatorio es un derecho constitucional. Que el gobierno no tiene ningún derecho a bloquear con sus habituales maniobras la posibilidad de que por esa vía el gobierno deba irse.  Pero alertamos que en manos de la MUD el referéndum es una herramienta de chantaje y negociación. Las circunstancias han demostrado que los derechos y su garantía de aplicación no son tomados en cuenta cuando lo que está en juego son los intereses particulares de los sectores burgueses encontrados. Los creadores de la actual legalidad le pasan por encima cuando amenaza su permanencia en el poder y los que se opusieron a su creación e incluso la derogaron por decreto durante el golpe del 2002, hoy denuncian hipócritamente su violación. Por eso hoy hay un sector de la MUD que está negociando en momento de aplicación del referéndum a cambio de otras concesiones. Los trabajadores no podemos confiar en “su democracia” para cambiar el gobierno.


Las propuestas de la UST: Por una salida independiente de los trabajadores

Los verdaderos revolucionarios socialistas solo confiamos en la lucha y movilización de la clase trabajadora para salir de este gobierno y que sean los propios trabajadores, con sus organizaciones de lucha los que gobiernen el país.

En ese camino necesitamos construir la unidad en las luchas contra el ajuste y los ataques a los derechos democráticos. Es necesario convocar a un gran plenario o Congreso nacional de la clase trabajadora y sectores populares para enfrentar el ajuste y llame a luchar por un aumento salarial, por el reenganche de los despedidos, por la defensa y los derechos democráticos de las organizaciones obreras y populares, por el no pago de la deuda externa para poder comer y curarnos, por la nacionalización de los bancos y el comercio exterior, por el fin de las empresas mixtas con las multinacionales: petróleo 100% estatal, por la repatriación de los capitales fugados, cárcel a los corruptos, y una reforma agraria que reimpulse la producción de alimentos controlada por los trabajadores agrícolas, entre los puntos que proponemos al debate.

Algunos grupos de izquierda e incluso de sectores de la burguesía proponen una Asamblea Constituyente para garantizar una nueva constitución. Opinamos que una Asamblea de esa naturaleza debería ser absolutamente soberana, con amplios poderes para poder hacer todos los cambios profundos necesarios. Y esto solo lo puede imponer y garantizar la movilización de los trabajadores y amplios sectores populares como parte de la resistencia al ajuste, y no una negociación entre diferentes sectores burgueses.

El papel de la izquierda

La izquierda no ha conseguido construir una alternativa independiente que logre romper con esta polarización de los sectores burgueses.. Una amplia mayoría de la izquierda apoyó en un comienzo a Chávez y después muy pocos se fueron alejando, como el PSL (UIT) Ahora estos compañeros llaman a un no muy claro “frente para luchar contra el ajuste y por una salida a la crisis”, que va desde el “chavismo crítico” (que incluye ex funcionarios chavistas) a Marcela Máspero, dirigente sindical de UNETE, y propone una Asamblea Constituyente. El Partido Comunistatiene una alianza con el gobierno y sus diputados apoyan con críticas a Maduro al igual que el llamado Gran Polo Patriótico. Marea Socialista, que estuvo dentro del PSUV hasta hace poco, plantea “rescatar el legado de Chávez y en ese marco llama a “ampliar la democracia” y construir “una referencia política”. Su llamado es a todos los que están contra las cúpulas del PSUV y de la MUD, porque no nos representan” (Editorial 1/5/2016). Un sector de la izquierda cambió de signo al sumarse a la derecha reaccionaria, como el MAS, Causa R y Bandera Roja

La Unidad Socialista de los Trabajadores (LIT) plantea que es necesario construir una alternativa política independiente de la burguesía. Esto debe quedar absolutamente claro. Durante estos 17 años los dirigentes de la clase obrera y de muchas de sus organizaciones populares sirvieron de apoyo a un proyecto burgués. Hoy, si los trabajadores no construyen su propio proyecto de país, terminarán otra vez de comparsa de los empresarios chavistas “democráticos y críticos al gobierno” y no habrá salida a la crisis y mucho menos socialismo.

La estafa del “socialismo del siglo XXI”

El socialismo del siglo XXI es una estafa del chavismo, creado con el propósito de encausar las luchas que colocaron en crisis y muerte al pacto de Punto Fijo (acuerdo bipartidista que fundó la cuarta República), pero que nunca salió del marco burgués. Lamentablemente la mayoría de la izquierda venezolana y de otros países apoyó esta estafa. La presencia de Pérez Abad, reconocido empresario chavista, al frente de la vicepresidencia económica nos muestra la verdadera cara de un chavismo en crisis. Las medidas anticrisis no apuntan al fortalecimiento del sector nacionalizado sobre el privado, sino todo lo contrario. No apuntan a mejorar las condiciones de vida sino garantizar las ganancias patronales.

El verdadero socialismo parte de reconocer que tras la apariencia de que los empresarios son los impulsores de la producción y el empleo, son los trabajadores quienes llevamos todo el peso de la creación de bienes y servicios, los cuales son la base de la riqueza que sustenta a toda la sociedad, incluyendo a esos sectores burgueses, corruptos, burócratas y parásitos de todo tipo.

Despejar el panorama colocando la producción y distribución de bienes y servicios en beneficio de las verdaderas necesidades de la población sólo es posible si quienes llevamos ese peso nos unimos y lo empezamos a llevar de manera consciente y planificada, desde un gobierno de la clase obrera, sin los parásitos que la caotizan y llevan de crisis en crisis.