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«Cambiemos» y el transporte

Cuando el presidente Macri y su ministro, Dietrich hablan del transporte usan las mismas palabras que para vender como buena la reforma laboral esclavista que preparan: “sustentable”, “eficiente”, “modernización”, “racionalidad”, “bajo costo laboral”. 

La realidad obrera sigue siendo viajar mal, como hacienda en colectivos y subtes, colgados en trenes repletos, con pésimas frecuencias, obligados a esperas con un frío mortal o bajo un sol rajante. 

Los cambios que “Cambiemos” tiene en carpeta no son para mejorar esas condiciones. Quieren rematar el subte, y quieren destruir los ferrocarriles y Aerolíneas Argentinas.

Vía libre para cerrar ramales ferroviarios

El 15 de agosto un decreto del Presidente, delegó “en el Ministerio de Transporte la facultad de clausurar ramales ferroviarios en forma definitiva y proceder al levantamiento de las vías y demás instalaciones ferroviarias”. 

El argumento es aliviar los trámites burocráticos. Se pone como ejemplo un tramo de vías en desuso del Ferrocarril Urquiza que serán levantadas para abrir una calle en Chacarita. 

Pero eso no lo cree ni Clarín. Hasta el diario amigo del Gobierno tituló la noticia refiriéndose a la frase “ramal que para, ramal que cierra”, impuesta durante el gobierno de Carlos Menem. En la década del 90 el cierre de ramales provocó miles de despidos, precarización laboral e incomunicación de los pueblos afectados por esa medida. 

La preocupación en pueblos del interior y la declaración del “estado de alerta y movilización permanente” de los gremios ferroviarios, anticipan que en el marco de su plan de ajuste, Macri prepara una reducción del sistema ferroviario y que se preparan para resistirlo.

Emboscada a Aerolíneas Argentinas

En marzo de este año, Macri prometió una “revolución aerocomercial” que duplicaría la cantidad de pasajeros al 2019, sobre tres ejes: el fortalecimiento de Aerolíneas Argentinas, el ingreso de nuevas líneas aéreas y la mejora en la infraestructura aeroportuaria. 

Con esas bonitas frases se lanza un plan de asfixia a la compañía aérea nacional. 

Ya se autorizaron 135 nuevas rutas de cabotaje e internacionales para cinco aerolíneas privadas, superpuestas con las de Aerolíneas, aunque, para mayor escándalo, dos de ellas Avianca y Flybondi fueron suspendidas por investigación de conflictos de intereses, la primera por vínculos comerciales con la familia Macri y la segunda con el coordinador de Jefatura de Gabinete, Mario Quintana. 

La idea del Gobierno es introducir empresas “lowcost” (bajo costo), que se abren paso cobrando pasajes baratos, gracias a un combo que incluye reducción salarial, tercerización, contratos basura y precarización laboral. 

Los gremios aeronáuticos hicieron sonar las alarmas de inmediato en defensa de la empresa nacional, los puestos de trabajo y los convenios. Recordaron como trágico ejemplo de “lowcost” la tragedia del Chapecoense y denunciaron maniobras de lavado de dinero alrededor de la proliferación de ese tipo de empresas aéreas.

Subte: botín de empresas francesas y españolas

Este año se vence la concesión del subte, privatizado durante la presidencia de Menem. 

Actualmente está en manos de Metrovías, del Grupo Roggio. Pero la empresa SBASE (Subterráneos de Buenos Aires Sociedad del Estado) es la que se encarga de las inversiones o ampliaciones en la red. Un negocio redondo para Roggio. 

El plan del gobierno es renovar la concesión a Metrovías, pero asociado a alguna empresa extranjera. Ya hay postulantes: dos empresas francesas y una española. 

El “problemita” es que dichas firmas pusieron las siguientes condiciones (en las que ya se ve su voluntad de rapiña): 1) jornada laboral de 8 horas, en lugar de 6, 2) cobertura de ART a cargo del gobierno porteño y no del operador, 3) suspensión de acuerdos paritarios al menos por un año, 4) reducción en el número de operarios. 

En la legislatura, el kirchnerismo y el Frente de Izquierda, entre otros, denunciaron la ineficiencia probada de Metrovías y plantearon la reestatización del subte. 

Por su parte desde AGTSyP, el gremio mayoritario de los trabajadores, se rechazaron los puntos que pretenden imponer las empresas extranjeras. Debido a eso el gobierno de Larreta se inclinaría por prorrogar la concesión a Metrovias por seis meses para “ganar tiempo”. 

Quiere decir que hay condiciones para defender las conquistas en riesgo y para frenar los planes del Gobierno. La conducción de AGTSyP y los delegados tienen la responsabilidad de organizar a los compañeros para lograr la recuperación estatal de la empresa bajo control de los trabajadores, para bien del servicio, de los usuarios y de los propios trabajadores.