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CAPITALISMO: VIOLENCIA MACHISTA SIN FIN

Hacia el 3J

 

Según un informe reciente de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas (ONU Mujeres), una de cada tres mujeres en el mundo sufre violencia física o sexual desde que es muy joven. El problema no ha disminuido durante la última década y se ha agudizado con los confinamientos debido a la pandemia. Casi 736 millones la padecen a manos de una pareja o de otras personas. 

En nuestro país, los datos hablan por sí solos. En lo que va del 2021 se contabilizan más de 90 femicidios, es decir, un femicidio cada 30 horas1. La violencia doméstica creció un 24%, al igual que aumentaron los embarazos de niñas y adolescentes.

Desde el 2015, el 3 de Junio quedó dentro del calendario de fechas históricas de luchas contra la opresión femenina. Bajo el lema “Basta de femicidios” se llenaron las plazas de todo el país con exigencias para los distintos gobiernos de turno. Por ello la importancia de esta fecha que nos permite transformar la bronca y el dolor en organización. 

El Gobierno y la dirección del movimiento.

Durante la presidencia de Macri, la dirección que se consolidó es la colectiva “Ni una Menos”, cuyo rol se aparta día a día del que propuso en sus orígenes: plantarse y exigir al Gobierno medidas concretas. Hoy nos llama a confiar en la gestión de Alberto Fernández y su Ministra de Género, Elizabeth  Gómez Alcorta,  y a esperar la solución que vendrá “cuando estén las condiciones dadas”. 

Para nosotras Lucha Mujer y el PSTU, eso es decir: nunca. Porque el peronismo  (con todas sus variantes) está enmarcado en este sistema capitalista, que se basa y al que sólo le importa el lucro de unos pocos. 

Nuestra situación es alarmante y debe ser tomada como Emergencia Nacional, que arranque de un aumento sustancial de presupuesto. No podemos esperar a que pase la pandemia,  mientras mujeres siguen siendo golpeadas, violadas, maltratadas y asesinadas. Las condiciones exigen una respuesta urgente. 

Un mal mundial

Lamentablemente, la violencia machista es una plaga que se extiende más allá de nuestro país y de nuestro continente. No hace falta ser científicos para observar que a medida que crece la pobreza, la desocupación y empeoran las condiciones de vida, producto de la doble crisis pandemia/economía, se degradan también las condiciones de las mujeres y del colectivo LGTBI. (Ver infografía)

¿Cómo obtener mejoras reales y duraderas?

En las mujeres y minorías oprimidas se descarga una violencia inconcebible. Con gobiernos “neoliberales” o “progresistas”, esa violencia se multiplica. Es que a los empresarios les conviene la división de la clase trabajadora, para poder explotar más al conjunto y además tener a un sector atemorizado y apartado de la posibilidad de luchar.

Para resolver los problemas femeninos se necesita priorizar las condiciones de vida de la clase trabajadora en todo el mundo. No se pueden proponer y aplicar medidas concretas en ningún país si no se cuenta con un presupuesto acorde para acabar con toda desigualdad social. No se frenará la violencia doméstica si no se otorgan las condiciones materiales necesarias para que una mujer pueda dejar su hogar junto con sus hijes por otro seguro y desarrollarse en forma independiente. 

No hay vacuna para lograr eso. Tenemos que auto organizarnos, imponer a las centrales obreras y federaciones estudiantiles la organización de la autodefensa. Y obligar o pasar por encima de las direcciones tibias o traidoras, como hicieron la docencia de la Provincia de Buenos Aires o la salud de Neuquén. Pero habrá esperanza de solución si las peleas se unen y se orientan a la destrucción del capitalismo, porque pandemia mediante, más que nunca, la opción es el lucro de los empresarios o la vida de las mujeres y de nuestras familias trabajadoras. 

Es un debate impostergable en camino al próximo 3J. 

1https://www.elancasti.com.ar/policiales/2021/5/2/numeros-dramaticos-se-cometieron-97-femicidios-durante-el-2021-en-argentina-463314.html