“Viste”… me dijeron después de la devaluación. Somos mayoría y pararemos a los fondos buitre; y llegó la traición. Como una hoja que iniciaba el otoño se le cayó la O de la consigna Patria o Buitres, y muchos diputados del Frente para la Victoria, inclusive camporistas como Bossio votaron por la Patria Buitre. Y empezaron a rumiar traición, que se convirtió en bronca cuando Máximo Kirchner dijo que el problema era que había que negociar mejor. Y por primera vez empezaron a ver que un castillo se derrumbaba. Y el más amigo me dijo: “vos y yo luchamos en el 2001 para que nuestros hijos no pasaran lo que pasamos nosotros y ahora ellos van a seguir pagando”
Esta situación anecdótica no es única, es la situación de muchísimos activistas de La Cámpora y otras fuerzas de la juventud a quienes le empieza a caer la ficha de lo que fue el gobierno K, que como cualquier otro gobierno patronal, cierra filas cuando hay que defender la sacrosanta ganancia capitalista a costa del sacrificio de los trabajadores. Se desnudó la verdadera consigna; Patria o Buitres, se fue y quedó la verdadera consigna que unifica a los dirigentes K con Macri: ganancia capitalista, explotación sin límite, o bienestar para la clase obrera.
La tremenda marcha del 24 muestra a un pueblo sobre todo a una juventud que a pesar de sus dirigentes pro patronales como los de la Cámpora o del sectarismo autoproclamatorio de la izquierda que dirige al FIT marchó a una histórica plaza unida grande como ninguna y mostró el camino de la verdadera resistencia, de la unidad para pelear.
Frente a la ofensiva del Gobierno, en las fábricas, las oficinas, sobre todo las estatales, en las escuelas y las universidades, tenemos que unirnos contra la codicia de los patrones y de los bancos. Defender las conquistas es una necesidad, pero para eso tenemos que organizarnos desde abajo sabiendo que no solo tenemos enfrente a los patrones sino a los dirigentes sindicales vendidos que entregaron a su base por más de 26.000 millones de pesos de las obras sociales.
Necesitamos la unidad contra el ajuste pero unidad de los explotados, no con los dueños del poder y del dinero, unidad que parta desde abajo pero con el norte de ir creciendo, de ir organizándose con la mira de pelear la dirección. Pero esa organización fracasa si no la hacemos con la más amplia democracia, no la de la urna de los políticos, sino la democracia de los trabajadores, la que discute y después hace, la que no cae en la tentación de obedecer a los dirigentes sino al revés que estos obedezcan a las bases.
A los compañeros que creyeron en el gobierno K, que los defraudó, sobre todo a los jóvenes, les tendemos la mano como compañeros que estamos juntos en el mismo lado de la sociedad, y sufrimos el embate que nos corta el futuro y nos hambrea en el presente, para que juntos nos organicemos en nuestros lugares de estudio o de trabajo para resistir, pero también para formar la nueva dirección que necesita el movimiento obrero, una dirección sin patrones aunque estos se pongan la piel de cordero y nos prometan lo que no van a cumplir, para que lleguemos a la única liberación posible que es que los trabajadores gobernemos con la participación de todos.