Al cierre de esta edición Julio De Vido era detenido en el marco de la investigación por posibles desfalcos contra Yacimientos Carboníferos Rio Turbio. Desde el PSTU decimos que el gobierno anterior fue tan corrupto como el actual, por lo cual así como queremos la cárcel para este ex funcionario, responsable por la Masacre de Once, también la queremos para todos los funcionarios denunciados de corrupción en este Gobierno.
Al mando del Ministerio de Planificación a lo largo de los tres gobiernos kirchneristas, Julio De Vido manejó a discreción y de manera opaca fortunas inmensas, transformándose en uno de los focos de la corrupción K. Habiendo quedado expuesto por graves casos y en especial por la Masacre de Once, el macrismo y sus aliados vienen alentando las causas en su contra como modo de atacar al kirchnerismo: de hecho, hace unos meses intentaron expulsarlo de su banca en una reñida votación.
Al filo del desafuero
Ya en las últimas horas el desenlace parecía inevitable: ni las maniobras de De Vido para evitar el desafuero licenciando su cargo, ni los recursos presentados por los abogados habían alcanzado para evitar el dictamen desfavorable de la Comisión de Asuntos Constitucionales del Congreso; por eso, una vez concretado el desafuero, se entregó.
Debemos combatir la corrupción desde abajo
Anteriormente, ante el pedido de expulsión de DeVido, se generó una polémica dentro de la izquierda por los votos en contra de dos de los parlamentarios del FIT; que por enfrentar la obvia maniobra del bloque de Cambiemos, terminaron del lado de un corrupto indefendible. Hoy se repite ese choque entre mafias de corruptos: no es que a Cambiemos le interese la justicia o combatir la corrupción, ya que son tanto o más ladrones que los K, sino apretar al kirchnerismo; por lo que ponerse del lado de uno o de otro es avalar sus delitos. Por eso, si desde el PSTU tuviésemos un diputado, tanto en aquella ocasión como en esta nos habríamos abstenido.
Los únicos interesados realmente en acabar con esa corrupción al servicio de los empresarios, somos los trabajadores y el pueblo; víctimas de los chanchullos de unos y otros. Y no debemos dejar que esa necesidad de acabar con los manejos espurios de funcionarios, sea usada por otros corruptos para ajustar cuentas o sacar ventajas propias. Necesitamos organizarnos y movilizarnos para enfrentar a la corrupción, aunque sea para llevar a los corruptos a la tampoco confiable justicia patronal, y de ahí a la cárcel; tal y como están haciendo los familiares de las víctimas de la Masacre de Once. Y que los diputados de izquierda hagan de sus bancas la voz de esas luchas en el Congreso.
Como la corrupción es inherente a un capitalismo que cada día nos vuelve más una colonia de las potencias extranjeras, no podremos terminar con ella hasta que no gobiernen los trabajadores y el pueblo, conquistando la Segunda y Definitiva Independencia. Pero esto no será posible si no empezamos a luchar hoy, si no ganamos las calles para empezar a acabar con el juego de políticos patronales que se turnan para robar, librándonos de sus mentiras; y si no construimos una herramienta política de los trabajadores y el pueblo, independiente de la patronal y sus políticos; que tenga como objetivo barrer el dominio del capital nacional y extranjero y sus políticos corruptos. Desde el PSTU estamos al servicio de esas tareas