Lo que ya era un secreto a voces se terminó confirmando, el Gobierno Nacional le puso fin al programa llamado “Futbol para Todos” a partir del 1° de Enero de 2017, y por lo tanto el Estado dejará de financiar las transmisiones televisivas del campeonato de primera división del fútbol argentino.
El Fútbol Para Todos surgió impulsado por el kirchnerismo a mediados de 2009, que aprovechando una crisis entre la AFA y los clubes por las deudas que estos tenían, intervino para quitarle la concesión a su gran enemigo Clarín y así ofrecer a los miles de trabajadores y sectores apasionados por este deporte la posibilidad de verlo gratuitamente en todo el país, a cambio de una ofensiva política durante las transmisiones de los partidos que implicaba una campaña electoral sistemática del gobierno.
Pero lo que aparecía como una medida popular (recordemos que antes del FPT estaba prohibido hasta repetir los goles si no eran pantallas autorizadas), en el fondo significó un costo más para todos los argentinos, que en vez de ir a parar a prioridades como educación o salud se destinaban al bolsillo de los empresarios y dueños de los clubes mientras estos seguían fundiendo a nuestros clubes.
En verdad el kirchnerismo se mantenía en su línea general, disfrazar una medida como progresiva para aprovecharla electoralmente y a su vez seguir defendiendo las ganancias de los empresarios en perjuicio no solo de los clubes, sino de la educación y la salud pública. De modo similar actuó respecto al pago de la deuda a los buitres, la “estatización” de YPF y la posterior indemnización a Repsol (con la entrega de Vaca Muerta a Chevron en el medio) y un largo etcétera.
Lo que se viene
Ahora Macri y el gobierno de Cambiemos tienen un plan aún más ambicioso desde lo económico, ya que partir de la crisis crónica que ya vive nuestro fútbol en el último tiempo con una AFA acéfala desde la muerte de Grondona, el Gobierno anuncia que dejara de financiar las transmisiones del FPT, que irán directamente a manos privadas. Muchos podrán pensar que tiene bastante lógica que en la actual situación de ajuste y ataques hacia el pueblo trabajador y los sectores populares que amenaza cada día nuestras condiciones de vida el fútbol no puede estar entre las prioridades. El problema es que esos millones que dejan de ir para las cuentas de AFA y los clubes no irán, ni para vivienda, ni para mejorar los salarios, ni para nada que beneficie a la clase obrera y los sectores populares, sino al pago de la fraudulenta deuda externa y a seguir subsidiando a multinacionales y amigos del presidente como los grandes terratenientes del campo.
Mientras la Asociación del Fútbol Argentino ya tendría un arreglo consumado con las empresas Fox y Turner, con un contrato por 15 años, con un aporte de 2500 millones por el primer año de contrato y una cláusula de revisión cada 5 años. Esta propuesta fue directamente acercada por Fernando de Andreis, Secretario de la Presidencia, lo que confirma que este Gobierno ve en el fútbol un negocio para explotar al máximo. Incluso, la nueva Superliga que está en discusión hace meses y es impulsada por los clubes grandes, de fondo lo que propone es transformar a los clubes en Sociedades Anónimas, dejando de ser, en lo formal (en la práctica ya no lo son), Organizaciones sin Fines de Lucro, que es como fueron creados la gran mayoría a principios del siglo pasado.
A todos nosotros, apasionados de este juego tan hermoso, que sufrimos con nuestros equipos cuando pierden, que somos felices al verlos ganar, que disfrutamos yendo a la cancha o mirándolos por televisión, nos pone tristes ir perdiendo al futbol como deporte, como función social, y verlo transformado casi por completo en un negocio solamente al servicio de unos pocos empresarios, barrabravas y socios menores de las grandes empresas de televisión.
Por todo esto creemos que tenemos que ser los hinchas y simpatizantes de cada uno de nuestros equipos, que junto con el conjunto de la clase trabajadora y los sectores populares, debemos organizarnos para echar a toda esta mafia (que involucra a políticos corruptos y dirigentes sindicales traidores), que maneja a su antojo los clubes, poniéndolos nuevamente al servicio de las necesidades de nuestro pueblo, de impulsar la salud física y psíquica de los jóvenes, que vuelvan a ser un lugar de esparcimiento y de construcción social. Esta pelea la tenemos que dar a la par de una Argentina gobernada, no por los representantes de los banqueros y las multinacionales, sino por las organizaciones obreras y populares, y desde el PSTU nos ponemos a la cabeza de esta lucha.