El sindicato petrolero de Chubut ha iniciado una campaña con movilización y actos en defensa del “Trabajo y los contratos de las empresas contratistas” en YPF.
Por PSTU Patagonia
En medio de la campaña electoral las principales fuerzas políticas prometen beneficios fiscales y la libre exportación a las operadoras que tienen la concesión del petróleo en Chubut con la finalidad que puedan ser competitivos ante los beneficios de Vaca Muerta.
O sea mayor rentabilidad para el saqueo y no pagar tantos impuestos y que de esa manera el empleo no se pierda.
No es casualidad que la conducción del Sindicato esté alineada con esa propuesta de medida económica.
¿Debemos pelear por beneficios a las grandes empresas?
Lo que no dice la conducción del gremio es que la baja en la producción de petróleo no se debe a la falta de “incentivos” a las operadoras sino que en Vaca Muerta el saqueo es mayor y el Estado les garantiza “oleoductos y gasoductos” para que exporten libremente.
¿Por qué sería inviable la cuenca del golfo San Jorge?, ¿solo por falta de incentivos? Eso se contrapone ya que el barril de referencia Brent durante todo este año estuvo alto y esta semana llegó a 90 dólares y se exportó el 40% de la producción, más aún cuando los salarios devaluados son de los más bajos en comparación de otros trabajadores a nivel mundial.
La única explicación es política, las empresas quieren volver a tener libertad para exportación sin retenciones, para que no se paguen regalías y que lo único que quede en la región sea el salario en pesos del obrero petrolero.
Hay otra salida y es desde la clase obrera
En primer lugar los recursos naturales son del pueblo, deben estar al servicio del desarrollo de sus comunidades y no al servicio de la expoliación capitalista.
Por eso, el control obrero de la producción es un primer paso a dar y con ello minimizar la contaminación incluyendo la búsqueda de energías renovables y alternativas, con las ganancias del petróleo y gas.
Para ello es fundamental que los trabajadores y sectores populares tomen para sí la expropiación sin pago de los hidrocarburos para su estatización y control.
Las mentiras empresariales
Las operadoras bajan la producción adrede para conseguir sus beneficios, provocan despidos como en San Antonio o Calfrac. YPF acorta presupuestos para sus contratistas.
La falta de inversión genera accidentes en los yacimientos porque la seguridad en el trabajo es lo primero que se ajusta a la hora de “optimizar costos”.
¡Que digan la verdad, abran sus libros contables!: ¿qué movimientos bancarios hicieron en los últimos 10 años?, ¿qué acciones, inmuebles, empresas compraron en ese tiempo? Ahí veremos que atrás de todo esto solo buscan sus beneficios y que el costo lo paguemos nosotros.
Sin democracia sindical y sin romper las ataduras con el Estado no habrá solución definitiva
La única manera que la pelea sea del Obrero y para el Obrero es terminar con los actos o asambleas “informativas” de los dirigentes y delegados.
¿Quién votó ir a una marcha en defensa del contrato de las empresas?: ¡nadie!. Ha llegado el momento que las asambleas sean resolutivas, que se voten comisiones de apoyo para impulsar la lucha, que se realice una bolsa de trabajo para los desocupados del sector y los hijos o familiares de los trabajadores en cada empresa. Deberíamos pedir la remediación ambiental para que ingresen miles en los yacimientos o sin ir más lejos la reducción de la jornada laboral, sin reducción de salario, para tener un turno más.
Pero no, el gremio solo pelea por lo posible o sea para beneficio empresarial. Y en ello, el Estado a través del Ministerio de Trabajo hace su tarea con las conciliaciones obligatoria o las paritarias, ¿Por qué tienen que ir los mismos dirigentes a esas reuniones? Que se voten en asambleas los representantes, que cada acta deba pasar primero por una asamblea general antes de firmarla, que se transmitan en vivo las reuniones en los ministerios.
¿A qué le tienen miedo?: ¡a que se sepa la verdad! Y la única manera es recuperar el espíritu de lucha del gremio, aprender de los errores y uno de ellos sin duda, fue darle todo el poder a las directivas. La mayoría petrolera debe imponerse y lo hará tarde o temprano. Para ello una nueva dirección debe surgir desde las bases y yacimientos petroleros.