Entre el 13 y 15 octubre se realizó esta vez en el predio de Costa Salguero, en CABA, el “Coloquio de IDEA” (1), encuentro periódico de las patronales argentinas y extranjeras para evaluar la economía en relación a sus intereses capitalistas. Asistieron dueños y CEOs de la burguesía nacional e imperialista, acompañados por el Presidente Alberto Fernández y algunos de sus ministros, los candidatos a diputados de los partidos patronales en la provincia de Buenos Aires, y varios burócratas sindicales de la CGT. Con el híbrido lema “Logremos una Argentina sostenible”, maquillaron el verdadero objetivo del evento: coordinar ahora con el Gobierno la forma de ir modificando las relaciones con los trabajadores, lo que impulsaría las mayores inversiones que el país necesita, las que se generarían en sus millonarias ganancias que no dejarían de crecer. Es decir, en lo concreto, una REFORMA LABORAL, para bajar aún más el costo salarial. Y de paso el llanto eterno para rebajar impuestos que en gran parte eluden, y rechazar todo tipo de control de precios, algo que en la práctica es y será inexistente con estos gobiernos burgueses, mientras las ganancias de los capitalistas se acumulan y se guardan en paraísos fiscales.
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Como un anticipo del Coloquio, el martes 12 Alberto Fernández y funcionarios ya se habían reunido en la Casa de Gobierno con algunos personeros de la alta patronal argentina: Javier Madanes Quintanilla (Aluar y Fate), Alejandro Simón (Grupo Sancor Seguros), Hugo Eurnekian (Corporación América), Marcelo Mindlin (Pampa Energía), Francisco De Narváez (Grupo De Naváez), Jorge Brito (Banco Macro), Juan Martín de la Serna (Mercado Libre) y Marcos Bulgheroni (PAE).
Allí el reclamo empresario se centró en la eliminación de la prohibición de despidos y la doble indemnización, respondiendo el Gobierno que era algo circunstancial y que se estaría estudiando su eliminación si la economía se recupera. Y las patronales presentes encontraron eco también en el Gobierno al aceptar éste que deberían haber ciertas flexibilizaciones con acuerdos de sector por sector, es decir, una Reforma Laboral avalado por la dirigencia sindical burócrata en cámara lenta, algo que no disgustó a estos capitalistas.
En el Coloquio de IDEA las patronales se envalentonaron
Con un clima de incertidumbre, pero conscientes de avanzar con más reclamos de explotación y sometimiento a los trabajadores, más de 500 empresas y más de 1.000 asistentes abonaron un derecho de participación de miles de pesos. Decenas de dueños de pequeñas, medianas y grandes empresas y multinacionales, asociaciones patronales, y ejecutivos, estaban en su salsa quejosa por mayores ganancias, acompañados por invitados internacionales defensores a ultranza del capitalismo. Durante los tres días que duró el evento, además de los referentes del oficialismo, participaron los gobernadores de Neuquén, Omar Gutiérrez, de Santa Fe, Omar Perotti, de Mendoza, Rodolfo Suárez, y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y entre otras personalidades de la política varios intendentes. A su vez, junto a Victoria Tolosa Paz, del Frente de Todos, en el panel de candidatos, estuvieron presentes Diego Santilli, de Juntos, el libertario, reaacionario y ultrapatronal José Luis Espert, el disidente peronista Florencio Randazzo, y la antiderechos Cynthia Hotton.
Desde la apertura del encuentro la voz cantante fueron las patronales mostrando verdaderas posturas antiobreras, como la eliminación y reducción de las indemnizaciones, limitar los reclamos judiciales de trabajadores, reducir las contribuciones patronales y remodelar los Convenios Colectivos de Trabajo.
Reclamos que apuntan a atacar conquistas y derechos del movimiento obrero, reclamos eternos de las clases patronales, para aumentar sus tasas de ganancias. Medidas que de por sí no garantizan en el capitalismo que se transformen en mayor cantidad de empleos, más inversiones, ni que la economía crezca. Uno de los propios economistas oficialistas presente, Emanuel Álvarez Agís, tuvo que responder que “… la tasa de explotación en nuestro país es altísima, siendo el costo laboral actual la mitad que en el 2011, y sin embargo, hay un estancamiento económico permanente”.
Una intervención de un ejecutivo de IDEA resume el clima patronal: “Hoy estamos todos expectantes. Y del lado del Gobierno, veo reacción sin GPS. Es decir, están tomando medidas sin importar las consecuencias. Mientras tanto, el sector privado espera. Pero vemos hacia adelante dos años muy complicados. Si el gobierno se radicaliza más, será muy difícil. Si no es así, no creo que cambie el statu quo, pero seguiremos como hasta ahora”. Es decir, los capitalistas no ven una tendencia del Gobierno para garantizarles gobernabilidad para los negocios, aunque las acciones de los Fernández, más allá de algunas ayudas sociales miserables, dejan correr las millonarias ganancias que acumulan con la generación de inflación, rebajas de salarios y sin un verdadero control de precios y de exportaciones, y sin garantizar primero la calidad de vida de los trabajadores y el pueblo.
Fernández trató de tranquilizarlos
Alberto cerró como último orador el Coloquio patronal, y no obstante simular para la “tribuna” un tirón de orejas a los empresarios por los aumentos de precios mostró ser conciliador con los capitalistas, diciéndoles que “todos estamos en el mismo barco”. Si bien no aprobó totalmente la eliminación de la indemnización por despidos prometió eliminar la doble indemnización y la prohibición para despedir.
Algo que realmente mueve a risa, ya que las patronales despidieron miles de trabajadores desde el inicio de la pandemia y además pagando miserias o directamente evitando las indemnizaciones, como el caso de los 1.700 obreros de Techint despedidos a los pocos días del decreto en plena cuarentena, como en tantos procesos avalados por el Ministerio de Trabajo y con la complicidad de la dirigencia sindical. Y no obstante la desocupación creció al igual que el trabajo en “negro”.
Las frases del Gobierno contienen pura hipocresía discursiva. Por un lado manifestó cuestionar Reformas Laborales, pero por otro avala y acompaña procesos de alteración de Convenios Colectivos como en el gremio Petrolero, o el reciente en la automotriz Toyota, donde los obreros se ven obligados a trabajar los sábados y sin compensaciones definidas, con el aval de la burocracia sindical del sindicato SMATA. O el aceptar que a los trabajadores “golondrinas” de recolección agropecuaria les mantengan planes de ayuda como parte del salario que deberían pagar las patronales, algo similar a lo acordado con los empresarios turísticos. Mostrando en el Coloquio de IDEA que por ahí puede haber una ayuda más a los capitalistas, y la posibilidad de generar empleo desde el ámbito patronal privado con subsidios del propio Estado, pero nunca con planes estatales de vivienda serios, inversión pública, mejorar la salud y la educación.
Y hubo una frase que desenmascara la esencia de este gobierno peronista populista: “No existe otro remedio que la inversión privada que asocia el capital al trabajo para lograr un desarrollo sostenible en nuestra sociedad. Esa ha sido nuestra convicción desde siempre”. Es decir, el Estado se abre de encargarse de obras públicas para generar empleo genuino y digno, como la explotación de recursos y producción estatal, como el caso del litio, por ejemplo, no sea cosa que se ofendan el FMI y los buitres acreedores al no reservarle fondos para el pago de sus intereses.
Párrafo aparte merecen llamados del Alberto en el Coloquio a apoyar el acuerdo con el FMI para garantizar mayor estabilidad en los negocios sin importar el origen de estafa de la Deuda ni el robo con sus intereses. Y su frase “matadora” al establishment burgués: “… la Argentina necesita empresarios que sean los primeros trabajadores”, en desmedro de todos los asalariados/as, formales e informales y jubilados y jubiladas.
En el Coloquio de IDEA no importó la desocupación de dos dígitos, más en la juventud, el 40% de trabajo informal, los pagos en negro, la licuación salarial con la inflación con aumentos salvajes y paritarias a la baja, el 45% de pobreza, el promedio de los salarios y jubilaciones por debajo de la Canasta Familiar de casi $70.000.-, los millones con subsidios miserables, ni siquiera el colosal endeudamiento externo, el cansancio obrero luego de jornadas extenuantes, la discriminación hacia las trabajadoras, etc. Sólo importaba el aumento de la productividad, la “transformación”, para aumentar sus ganancias con modificaciones en las condiciones laborales con mayor explotación.
Desde el PSTU, apoyando al Frente de Izquierda – Unidad, ratificamos que una economía socialista planificada democráticamente por un gobierno de los trabajadores es la única solución.
- El Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina, lo integran más de 400 de las mayores empresas de la Argentina para organizar la negociación colectiva del sector patronal con los sindicatos y el Gobierno