La laicidad del Estado, y su necesario correlato en la educación es fundamental para avanzar en nuestros derechos. Para lograr que se cumpla la consigna que unifica a millones en el país, y en el mundo: educación sexual para decidir, anti conceptivos para no abortar y aborto legal para no morir, es necesario que saquemos a las iglesias de esas decisiones.
La quita de los subsidios millonarios que reciben es un primer paso, pero debemos ir más allá. Quitando a estas instituciones de la toma de decisiones, obligándolas a que cumplan con la ley de educación y la apliquen en sus escuelas, poniendo presos a todos los curas abusadores, violadores y corruptos que encubren desde el vaticano. Juzgando también a los cómplices de los genocidas que aún dan misa y gozan de “respeto”, cobrando los impuestos que deben pagar por sus propiedades y negocios.
Las y los jóvenes ya nos enseñaron cual es el camino a recorrer, es momento de volver a hacerlo, tomemos las escuelas, organicemos asambleas y luchemos en las calles para lograr que se aplique la ESI en todas las escuelas.