Los días 19, 20 y 21 de Abril se desarrollo el “Congreso Extraordinario” de la Federación Universitaria de Buenos Aires, cuya principal discusión pasó por las tareas que los estudiantes tenemos para apoyar a nuestros docentes y enfrentar al ajuste de Macri. Quizás el saldo más positivo de este fue la votación de un plan de lucha, que abre las puertas a que mínimamente los estudiantes comiencen a opinar en algún espacio, pero aún así fue un congreso muy flojo y estuvo muy lejos de ser la herramienta que necesitamos para enfrentar al macrismo.
Los estudiantes y el gobierno de Macri
A esta altura del partido, decir que a los jóvenes “nos roban el futuro” es ya una muletilla. Trabajos precarios, violencia machista, falta de becas y apoyo. Sin embargo, con el gobierno de Macri todo esto pega un salto. Desde que asumió, este gobierno no hizo más que atacar las condiciones de vida de los trabajadores y el pueblo a través de la flexibilización, la represión, los tarifazos y el ajuste generalizado. Para nosotros eso significa el 0% de aumento presupuestario, el ataque al salario y las condiciones de trabajo docente (que van a ser las de muchos de nosotros si el ajuste no nos impide recibirnos), la represión adentro de nuestras escuelas y universidades como en Jujuy y Comahue, el crecimiento de la violencia machista que estuvo cerca de duplicar la cantidad de compañeras que se lleva por día y la profundización de la flexibilidad laboral y los trabajos en negro. Es esto lo que nos llevó a los estudiantes y jóvenes a movilizarnos durante todo Marzo, que tire la primera piedra el que no haya estado el 6, o el 7, o el 8, o el 22, o el 24, o el 30. Con toda esta bronca contra el gobierno uno podría pensar que las columnas de los centros de estudiantes de la UBA, y especialmente de su Federación, deben haber sido masivas. Pero El peso de la Federación Universitaria de Buenos Aires hoy se puede resumir en una sola pregunta, ¿Cuántas veces te movilizaste bajo su bandera en estos años?
La FUBA que tenemos
El viernes pasado, en este marco, una asamblea de 700 estudiantes (en su gran mayoría militantes), completamente alejada de lo que sucedía en las aulas sesionó como “congreso” y determinó el destino de una federación que en teoría nuclea a mas de 250.000 estudiantes. Lejos de ser un rayo en un día soleado, esto sigue la dinámica de años anteriores con una federación que desde 2013 no puede votar su propia dirección ya que mantiene el estatuto de la Franja Morada de los 90s y casi ningún estudiante se referencia en ella. El kirchnerismo se aboco a llamar a un congreso ordinario solo para renovar autoridades, y el PO se justifica diciendo que es la federación más combativa porque tiene declaraciones en apoyo a las luchas. Si, la FUBA puede tener muchos posicionamientos correctos pero no tiene la voluntad de movilizar al movimiento estudiantil. Porque para los que la dirigen, Po-Mella, movimiento estudiantil se reduce a los militantes organizados. Y no a los cientos de miles de estudiantes que deben afrontar día a día las peripecias que significa intentar seguir una carrera universitaria. No nos sirve una federación en estas condiciones. No nos sirve para enfrentar a Macri que viene organizado con la Franja Morada, preparado para asestarle un golpe a la educación pública.
La FUBA que necesitamos
Entre estas discusiones, se coló la votación de un plan de lucha. Resultado de la realidad en la que estamos inmersos y a la que debemos dar respuesta. Este significa algo potencialmente muy positivo. Sin embargo, queremos ser claros. De poco sirve un plan de lucha si los que lo garantizan son los militantes de las agrupaciones. 700 militantes no reemplazan a 250 mil estudiantes organizados peleando. Creemos que es fundamental generar todas las instancias necesarias para que los estudiantes se involucren. Ya lo demostraron los estudiantes chilenos, paraguayos y brasileños, la lucha es organizados en contra del gobierno y sus políticas de ajuste. Esos son realmente hechos políticos, no fotos subidas en Facebook.
La principal tarea que debe encarar hoy la FUBA es ver cómo organizarnos para enfrentar el ajuste de Macri. En la asamblea del viernes se votó crear cuerpos de delegados en todas las facultades, necesitamos que eso se cumpla y empezar a organizarlos por carrera para incluir en la pelea a la mayor cantidad de compañeros posibles. Esos delegados deben organizarse en comités de apoyo a las luchas en curso y pegarse a nuestros docentes, General Motors, AGR-Clarín, los petroleros patagónicos y todos los trabajadores en lucha. Una de las primeras lecciones que debemos sacar de los conflictos educativos como el del año pasado es que para defender la educación pública no alcanza con la lucha de docentes y estudiantes. Son muy importantes las clases públicas, las tomas, los cortes de calle y los paros docentes para instalar los conflictos y ganar a los compañeros de cursada y laburo. Pero Macri ya dijo que no hay plan B, su plan es ir por todo, y eso incluye nuestra educación. Esto significa que solo tirando abajo su plan de gobierno entero podemos defender la poca educación pública que nos queda, y los únicos que pueden tirarlo abajo son los trabajadores en lucha, como lo ejemplificó el propio Macri llorando por los 15 mil millones de pesos que “se perdieron” durante el paro del 6 de Abril. Nuestras tareas son claras, tenemos que avanzar con la creación de cuerpos de delegados, darles sus organismos para que puedan articularse y ganar a sus cursadas enteras y salir con un solo puño junto a los trabajadores y obreros que hoy le exigen a la burocracia el paro de 36 horas y el plan de lucha para derrotar finalmente al gobierno que nos quiere dejar sin educación y sin futuro.