Frente a las elecciones que se aproximan en la Asociación Obrera Minera Argentina (AOMA), el sindicato que agrupa a los trabajadores mineros, el PSTU y la Agrupación Minera 27 de Julio se plantean presentar una alternativa a la burocracia de Javier Castro en Santa Cruz.
Para contarnos en detalle sobre la situación del gremio y los desafíos que se plantean, Avanzada Socialista entrevistó a Javier Balcazar, delegado minero de Cerro Vanguardia y miembro del PSTU.
AS – ¿Qué pasa hoy en las empresas mineras tanto en Santa cruz como en el país?
Javier – En primer lugar, así como la mayoría de los países latinoamericanos, se ubica como exportador de materias primas al mundo, a las grandes potencias. La minería se incluye dentro de estas actividades.
Si bien es una actividad muy antigua y hemos tenido leyes en este país en los últimos 100 años, el desarrollo exponencial de la minería se dio en los ’90 con el Gobierno Neoliberal de Carlos Menem. Además de todas las empresas que privatizó, también puso las bases legislativas para que la minería se instale fuerte en nuestro país con las leyes de Inversiones Mineras y el Código de Minería. A partir de ahí se empieza a expandir.
Las leyes mineras han sido muy bondadosas con las empresas, con la excusa de atraer inversiones extranjeras. Mientras se llevan nuestros recursos naturales, las multinacionales gozan de beneficios como no pagar IVA en el combustible y hay un tope del 3% para las regalías que las provincias pueden cobrar a las mineras. Gobierno tras gobierno han acrecentado estas bondades. El Gobierno de Macri bajó las retenciones a las exportaciones de un 12% a un 8%, y esto aún continúa vigente. El acuerdo con el FMI votado recientemente trae aparejado avanzar con más inversiones mineras, con más beneficios para las multinacionales y menos para el pueblo trabajador.
A la provincia de Santa Cruz el primer proyecto llega en el año 1998. Y de ahí hasta la fecha ha crecido la actividad. Hoy tenemos 6 yacimientos en explotación, más 12 proyectos, junto a varios sectores que se están explorando con perspectivas a nuevos proyectos. La provincia es la principal productora de oro y plata en el país, llegando a un pico de un millón de onzas de oro y 25 millones de onzas de plata por año.
AS – ¿Con qué problemas se enfrentan los trabajadores mineros?
Javier – El principal problema que existe es la diferencia salarial entre los distintos yacimientos. Aún haciendo el mismo trabajo existen diferencias importantes entre las empresas. Cada empresa además cuenta con un convenio de trabajo propio y no existe un convenio colectivo de trabajo único.
Otro problema importante es la tercerización y la precarización laboral en algunos sectores y algunos yacimientos. Tercerizados que no cuentan con representación gremial de base. Contratistas con otras condiciones de trabajo que, por ejemplo, trabajan en subterránea doce horas, cuando la ley establece que solamente se puede trabajar en subterránea siete horas y cincuenta minutos como máximo. Estas empresas han encontrado una formulación del horario, eliminando tiempos muertos, para que los trabajadores estén doce horas a disposición.
Durante los últimos dos años se han dado contrataciones eventuales o de “aprendices”. Con la excusa de incluir gente y capacitarla, se les paga el 70% de la categoría 1. Se firman contratos de 3 o 6 meses, que en la mayoría de los casos no son renovados y no ingresan en planta permanente, fijando un nuevo antecedente de contratación en la minería, que antes no existía.
El Impuesto a las Ganancias, o impuesto al trabajo en este caso, se lleva gran parte del salario de los mineros.
AS – ¿Los trabajadores y el pueblo se ven beneficiados por la explotación de los yacimientos por parte de empresas multinacionales?
Javier – Los pueblos cercanos a las mineras han crecido y se han generado puestos de trabajo (con las características que antes mencionaba). Pero las ganancias que se llevan no se ven reflejadas en la infraestructura de la provincia. De hecho, en Santa Cruz, los docentes y estatales se encuentran bajo la línea de pobreza. El sistema de salud es totalmente deficitario.
Un ejemplo concreto: en la localidad de Puerto San Julián, denominada la capital minera, no existe un hospital de alta complejidad. Todos los trabajadores, y el pueblo en general, que necesiten una atención hospitalaria de complejidad tiene que viajar alrededor de 360 kilómetros hasta Río Gallegos o Caleta Olivia. Muchos mueren en el camino por no llegar a recibir la atención necesaria.
La minería genera fuentes de trabajo que abren un circuito económico, pero no es nada en comparación a lo que se llevan las multinacionales.
AS – ¿Qué medidas podemos tomar al respecto?
Javier – En principio queremos poner en discusión la recuperación de nuestros recursos naturales. Comenzando con la suba de los impuestos a las mineras: regalías, retenciones, etc. Esto en el camino de estatizar la minería bajo control de los trabajadores. Es una forma de atenuar la parte que hace a la contaminación de esta actividad.
También que esté bajo control de las poblaciones aledañas a los proyectos mineros. Esto traería la posibilidad de mejorar la educación, la salud, los sueldos de los trabajadores, también la posibilidad de desarrollar planes de viviendas y generar más puestos de trabajo.
También si se trabajara 8hs en cielo abierto y 6 en subterránea (que es lo que correspondería por el tipo de laburo, sin rebaja salarial, se podrían abrir nuevos turnos y crear muchos más puestos de trabajo.
AS – ¿Cuál es la situación de las mujeres en la minería?
Javier – Las mujeres representan el 6% de la masa activa de trabajadores, y de ese 6% la mayoría cumplen tareas administrativas, de limpieza y cocina. Son muy pocas las que trabajan en sí en las minas.
Es un tema que se está poniendo en carpeta. La burocracia de AOMA hace de cuenta que impulsa capacitaciones a las mujeres pero no pasa de una medida para la tribuna, ya que no se ha visto un aumento en el porcentaje de mujeres que trabajan en la minería.
Nosotros queremos pelear por medidas enserio, que haya bolsas de trabajo con este fin y que las empresas estén obligadas a incorporar mujeres masivamente a la actividad, mediante la imposición de un cupo obligatorio o alguna variante similar.
AS – ¿El sindicato está a la altura de todas estas demandas? ¿Qué sindicato proponemos?
Javier – La burocracia sindical de AOMA no difiere mucho de los otros sindicatos que hay en la provincia. Es un sindicato totalitario, no se promueve ni la participación ni la democracia interna. Sus dirigentes están dentro del Frente de Todos y son quienes de una u otra forma están involucrados en la actividad minera, a través de empresas contratistas.
Por lo tanto, son un obstáculo para avanzar en las demandas de los trabajadores como el convenio de trabajo único, la igualdad salarial y contra la precarización.
Nosotros creemos que es importante construir una alternativa político sindical al interior de AOMA que se plantee la democracia sindical, es decir que sea la base la que tenga control real sobre el sindicato y se autoorganice fortaleciendo los cuerpos de delegados e impulsando comités por mina que incluya formales y tercerizados. Y que también tenga un planteo político por la recuperación de los recursos naturales que se llevan las multinacionales. Y que se enfrente al acuerdo con el FMI que solamente va a traer más hambre a la mesa de las familias trabajadoras, entre ellas, las mineras.