CORRIDA CAMBIARIA E INFLACIÓN DISPARADA | HAY UNA SALIDA SOCIALISTA A LA CRISIS

Una nueva corrida cambiaria y el salto del dólar -que llegó a $495-, son anuncio de lo que viene. La inflación, que hoy ronda el 8% mensual, será mayor aún los próximos meses. Se habla de 150% para el año. La remarcación en los comercios al rojo vivo, y mercaderías que se esconden para especular. El salario vuelve a devaluarse: seguimos perdiendo con gobiernos macristas o peronistas.

La economía argentina está estancada, camino a la recesión y con la mayor inflación en 30 años. Es resultado de un régimen capitalista en descomposición.

Al saqueo de nuestros recursos por parte de las multinacionales y la política al servicio de las ganancias empresariales de décadas, se suman este año los planes recesivos impuestos por el FMI, una crisis económica mundial creciente, y la sequía que redujo la cosecha en un 40%.

Toda la economía argentina gira alrededor de conseguir los dólares que el Estado no tiene para pagar la deuda externa y obedecer al FMI. El dólar se come al peso. Esa es la explicación para lo que pasa.

Massa, el ministro de Cristina, responde a esta situación de la única manera que sabe: suplicando, cada vez más arrodillado. Viaja cada mes a Washington a mendigar perdones, y cada viaje les promete más sumisión. Tuvo que pedir permiso para comprar unos dólares y así lograr una mínima baja del dólar en el día de hoy.

Y suplica a los productores de cereal que vendan, regalándoles el “dólar soja”, que pagamos con más inflación.

Massa y Cristina fracasaron en su intento de estabilizar el régimen capitalista, pese al ajuste brutal. Y ahora nos hace pagar al pueblo argentino su fracaso. Cristina hablará mañana al país como si ella no tuviera nada que ver.

Nos esclavizan, nos atan con las cadenas de la deuda externa, y la paga el pueblo.

La “salida” capitalista

Una crisis política atraviesa tanto al oficialismo como a la oposición.

Los grandes empresarios y las multinacionales debaten cómo salir de la crisis en su propio beneficio, mientras preparan más ajuste, rebaja salarial y la brutal Reforma Laboral que se avecina, gane quien gane las elecciones.

La propia dirigencia de la CGT, mientras advierte sobre los peligros de que la clase obrera pierda la paciencia, se dispone a aceptar esa Reforma. En tanto la CGT sea parte del gobierno y apoye el plan de la patronal, los trabajadores estaremos cada vez peor.

Por eso, la repercusión de la propuesta de Milei de “dolarizar” la economía. Se equivocan quienes piensan que eso es una “locura” o “espejitos de colores”, como dijo la diputada Bregman, del FITU.

No es locura. Es un plan capitalista serio y brutal para estabilizar la economía, y que la crisis la paguemos nosotros.

El dirigente empresarial automotriz Cristiano Ratazzi avaló a Milei y su plan de dolarización. La dirigencia de Juntos por el Cambio critica la propuesta no porque no la comparta, sino porque “no hay condiciones” por la crisis política. Es decir, porque temen que el pueblo argentino no la deje pasar.

No es otra cosa que el Plan Menem-Cavallo de convertibilidad, pero multiplicado por 10. Hoy tanto Milei como dirigentes de JxC reivindican a Cavallo.

Todos recordamos el resultado de la Convertibilidad: 50% de desocupación y subocupación, destrucción del aparato productivo, miseria generalizada, corralito, y toda la situación que desembocó en el 2001. A algo aún peor nos llevaría la dolarización.

Con Milei no avanza la “libertad”, sino lo opuesto. Además de las cadenas que ya nos atan al FMI, quiere ponernos otra cadena: la de una economía dolarizada. Su “libertad” se logra esclavizando a los trabajadores y el pueblo. Y para lograrlo, está dispuesto a reprimir cuanto sea necesario.

Hay una salida obrera y socialista

La crisis la tienen que pagar quienes la provocaron: los poderosos y sus políticos (FdT, JxC, Milei).

Ni dolarización ni la “economía bimonetaria” de Cristina. Hay que desdolarizar por completo la economía, rompiendo las cadenas económicas que atan a nuestro país y su pueblo. Poner las riquezas y recursos al servicio de las necesidades colectivas, sacándolas de manos de multinacionales y capitalistas. Se trata de lograr una segunda y definitiva Independencia, en beneficio popular.

Dejar de pagar inmediatamente la deuda externa al FMI y demás acreedores, estatizando todo el comercio exterior.

Garantizar alimento barato y de calidad para todos y todas, controlando la producción y comercialización de artículos de primera necesidad bajo supervisión de comités de trabajadores y consumidores . Y la incautación inmediata a quienes acaparan alimentos.

Incrementar de manera progresiva los impuestos y retenciones a toda exportación, como un primer paso hacia la expropiación bajo control obrero y de la población de todos los recursos naturales en manos privadas.

Recuperar la propiedad estatal de la energía, el transporte, la salud y la educación.

En lugar de cerrar el Banco Central, nacionalizar y centralizar toda la actividad financiera en manos de una banca estatal única. Terminando con el secreto bancario y comercial.

Y poner en marcha un plan económico obrero y popular, que saque la economía de manos del FMI y las grandes empresas, y la ponga en manos de la mayoría y sus representaciones obreras y populares democráticas.

¿Cómo lograrlo?

No será con debates televisivos. No será con la participación electoral (aunque debemos tener una propuesta para las elecciones).

Solo con la lucha unificada de la clase obrera y el pueblo podremos enfrentar esta crisis. Apoyando y unificando todas las luchas en curso, hasta lograr un plan de lucha nacional y una huelga general para derrotar los planes de ajuste, inflación, saqueo y represión del FMI, el gobierno y todos los partidos y dirigentes patronales.

Para eso es preciso organizarse desde cada fábrica y lugar de trabajo para obligar a las dirigencias a romper con el gobierno y el FMI, o sacarlos y lograr una nueva dirección sindical y política para la clase obrera.