Los patrones, en conjunto con los diferentes gobiernos, utilizan todos los medios a su disposición para transformar las organizaciones de los trabajadores en “chalecos de fuerza”, para contener las luchas contra los planes de ajuste y por mejores condiciones de vida. Así, todo trabajador que quiera dar un paso al frente, postularse como delegado para ponerse a la cabeza de la pelea de todos sus compañeros, se ve sometido a presiones de todo tipo para “tranzar”, que van desde los privilegios económicos y laborales, hasta el desafuero y despido o las agresiones físicas a los más “duros de roer”.
Hay que terminar con esta lógica macabra. Venimos insistiendo hace varios números con la necesidad de contraponer al plan de ajuste y saqueo de Macri, un plan obrero alternativo, que nos de una salida real a la crisis. Pero para poder imponerle este plan al Gobierno, debemos recuperar nuestras trincheras como las comisiones internas, sindicatos y centrales.
Los triunfos de listas democráticas y combativas en estos espacios son importantes. Sin embargo, si no cambiamos con la que funcionan las organizaciones sindicales, entonces serán sólo avances temporales y frágiles.
• El primer paso debe ser la anulación de la Ley de Asociaciones Profesionales. Esta le da al Estado la posibilidad de decidir cual sindicato es legítimo y cual no, además de darle a la patronal la tarea de cobrar y recaudar las cuotas sindicales ¡Basta de intervención estatal en los sindicatos! La única regulación que necesitamos es una ley que establezca que los trabajadores tenemos derecho organizarnos de la manera que creamos más conveniente. Que los dirigentes sean los encargados de juntar las recaudaciones a las cuotas sindicales. ¡No a la conciliación obligatoria ni a la restricción del derecho a huelga! ¡Que el Ministerio de Trabajo y demas instituciones afines se limiten a obligar a las empresas a cumplir las conquistas laborales!
• -Que todos los cargos sindicales sean elegidos por voto directo de los trabajadores. Mandatos revocables mediante asamblea. Sueldo de los dirigentes igual al que cobran en su fábrica o lugar de trabajo. Vuelta a los puestos de trabajo después de un mandato ¡Basta de dirigentes ricos atornillados al sillón mientras los laburantes se mueren de hambre!
• Proporcionalidad de todas las listas en los órganos directivos para garantizar que todos estén representados ¡Basta de la dictadura de la lista única! No a las restricciones para formar listas de oposición. Que la proporcionalidad de varones y mujeres en los lugares de trabajo se respete en las direcciones sindicales. Congresos realmente democráticos, con discusión en cada lugar de trabajo y delegados electos en asamblea.
• Ninguna negociación a espaldas de los trabajadores, todo paso a tomar debe someterse a votación, ya sea en asamblea general o en congreso de delegados, con mandato de bases. No a la organización separada de los despedidos y tercerizados ¡Unidad para defender los puestos de trabajo y pelear por mejores condiciones laborales! El machismo, la homofobia, la xenofobia y el racismo no deben ser admitidos en los sindicatos, pues nos dividen cuando tenemos que estar más unidos que nunca.
• Instrucción de los trabajadores para enfrentar la represión. Organización de la autodefensa en cada conflicto.
• La solidaridad como principio inquebrantable con cada lucha de los trabajadores y el pueblo. ¡Unidad obrero-estudiantil! Coordinación con organizaciones sindicales de todo el mundo para llevar acciones conjuntas contra los planes de ajuste de los gobiernos y los empresarios.