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CRÍMENES Y ATAQUES DE ODIO: DESCOMPOSICIÓN SOCIAL Y UNA JUSTICIA QUE BUSCA LAVARSE LA CARA

El comienzo del 2023 estuvo marcado mediáticamente por el juicio contra los 8 rugbiers que acabaron con la vida de Fernando Baez Sosa al grito de “negro de mierda te vamos a matar”. Los medios de comunicación le dan un seguimiento permanente al juicio y le dedican horas a analizarlo, ubicando a los rugbiers como “animales” que salieron a matar. Lo tratan como un caso aislado, hacen campaña por la pena de cadena perpetua como si con eso, estos casos ya no ocurrirían más.

El justo y necesario pedido de justicia por Fernando Baez Sosa, no puede hacer olvidar que los crímenes producto de la descomposición social, y los ataques de odio racistas o xenófobos existen a diario en la Argentina y que ninguno de estos ataques es aislado y en muchos casos son organizados e incluso con la complicidad de las fuerzas de seguridad y sectores políticos.

Fernando Baez Sosa y la utilización mediática 

Los medios y Burlando se niegan a decir que el crimen de Fernando tiene un componente social. Porque el “error” que cometió Fernando fue estar en un boliche que no le corresponde a su sector social. mo un hijo de paraguayos y de piel oscura va a estar en un boliche exclusivo donde concurren los hijos de la “clase media” en Villa Gesell.

Fernando Burlando, (abogado mediático si los hay que defendió a Darthes de la acusación de violación de Thelma Fardin; a los gerentes de la empresa Skanka acusados de corrupción y a la banda responsable de ejecutar el crimen de José Luis Cabezas) ahora aparece como un paladín de la Justicia y del bien, como abogado de los padres de Fernando.  Pero en sintonía con la fiscalía, Burlando no dudó un segundo en bajar la calificación de odio racial. 

 Además de limpiarse  buscan también limpiar a todo un poder judicial que está totalmente podrido, que es expresión del sistema que defiende (ver página 11). Un sistema en el que la vida humana vale menos que la ganancia capitalista, y menos aun la de los pobres y oprimidos. 

Esta justicia es la misma que a diario deja impunes miles de casos de femicidio, travesticidios y xenofobia.  Como la injusticia cometida contra Higui y los asesinatos policiales de José Delfín Acosta (caso que le valió la condena de la Corte Interamericana de Derechos Humanos por racismo al Estado argentino), Ezequiel Demonty, Luciano Arruga, Facundo Astudillo Castro y Lucas González. Esta Justicia que criminaliza la protesta social de los trabajadores y deja impunes a los ricos y poderosos. 

Ataques que no cesan 

En forma similar al caso de Fernando Baez, este año en un boliche de Mar del Plata llamado “ZONA VIP”, el basquetbolista de Racing Alfieri Welega Fresno de nacionalidad etíope sufrió un ataque racista al grito reiterado de «Saquen a este negro de acá y a este otro porque los rompo todo». El hecho culminó con un ataque físico que lo dejo varios días internado en un hospital. 

Este ataque se da en una ciudad con una presencia muy importante de sectores fascistas y con una cantidad de ataques que hasta hoy se mantienen impunes. Organizaciones como Bandera Negra, Frente Skinhead Buenos Aires Mar del Plata, FONAPA, La Giachino las agrupaciones neonazis cometieron actos de violencia basados en el odio, como “cacerías” nocturnos a grupos minoritarios, el episodio de violencia en el Encuentro Nacional de Mujeres en Mar del Plata en 2015 o los ataques en el monumento a la Memoria ubicado a la Base Naval y al Centro de Residentes Bolivianos . Estas organizaciones que cuentan con un aval político,  por ejemplo del ex intendente Carlos Arroyo,  pero la novedad es su referencia nacional donde estas organizaciones participan y organizan los actos de Javier Milei en la costa bonaerense.

Tomar en nuestras manos 

La indignación popular que generó el crimen de Fernando obligó a la justicia a actuar. Lo mediático del caso provocó que los resortes de la justicia movieran el juicio. Sin embargo, conocemos cientos, miles de casos en los que la justicia continúa apilando expedientes sin intervención. Por eso Burlando defiende a la familia de Fernando y por eso la fiscalía pide una pena máxima, sin mencionar una palabra sobre el odio racial.

Sin la presión social, el caso de Fernando habría pasado desapercibido como los de cientos de pibes víctimas de gatillo fácil, violencia racial o ajustes de cuentas que nos enteramos todas las semanas en los barrios populares. 

Por los miles de casos irresueltos, sabemos que no podemos confiar en esta justicia que solo responde cuando el caso se hace conocido. Que sigue sin juzgar genocidas y mete presos a trabajadores por luchar, como Sebastian Romero, Daniel Ruiz y Cesar Arakaki.  

La xenofobia y el racismo son ideologías utilizadas por el sistema capitalista para dividir a los trabajadores, llevar a un sector a oprimir a otro, enfrentar a un sector de la clase contra otro, impedir que la clase se una contra la opresión y la explotación y vea al capitalismo como el principal enemigo. Esta falsa ideología siembra la idea de que la vida de un extranjero o del afrodescendiente o de cualquier sector oprimido vale menos, como en los casos de Fernando y Alfieri. 

En nuestro país existe una naturalización de este tipo de situaciones, en un marco de degradación social que profundiza la violencia, dia a dia. Por ello, enfrentar esa naturalización  por un lado, y los ataques de sectores organizados por el otro, es una tarea de la clase obrera y el conjunto de los sectores oprimidos debemos tomar  en nuestras manos, organizar la autodefensa frente a los ataques e imponer justicia cuando se produzcan. 

Desde el PSTU creemos que para terminar con esto de raíz es necesaria una sociedad opuesta a la actual. Por eso estas peleas tenemos que darlas en  la perspectiva  de luchar por una sociedad sin opresión, ni explotación, una sociedad socialista que solo podremos lograr mediante una revolución.