Cristina Kirchner y los principales dirigentes kirchneristas llamaron a no movilizarse, el 30, garantizando tranquilidad al gobierno y pensando en el 2019. Mientras Macri-Bullrich hacían su campaña de amedrentamiento y persecución, el kirchnerismo de la mano de Cristina llamaba al “debate de ideas”.En el Estadio de Ferro,en el marco del foro convocado por CLACSO y ante miles de seguidores impidió el justo abucheo al gobiernode Macri y no solo “decretó “el fin de las derechas e izquierdas” llamó a los “pañuelos verdes y celestes a la unidad en un mismo espacio”.
Según el sitio “La política online” “Cristina Kirchner se recluyó en El Calafate y definió que sus militantes no se sumen a las marchas de protesta contra la cumbre del G20 que se realiza en Buenos Aires, en un nuevo gesto de moderación de la ex Presidenta de cara al gobierno de Mauricio Macri”.
Unos días antes Axel Kicilof había asegurado en una entrevista de La Nación Más que “el FMI no quiere el fracaso del país, nadie quiere destruir un país”.“Lo que seguramente hay que hacer es renegocias con el Fondo. Yo no rompería el acuerdo con el FMI”. Por eso se viene reuniendo con “inversores de Wall Street”, haciendo buena letra.
Bastante claro. No enfrentar el ajuste ni al FMI, aunque este lleve a la miseria a millones de trabajadores. Construir el frente “Anti Macri” con los mismos que le vienen votando leyes y mantienen este “pacto para la gobernabilidad” para llegar a las elecciones.
Los trabajadores nada podemos esperar de estos acuerdos. Los honestos luchadores kirchneristas deberían exigirles a sus dirigentes que rompan ese pacto de gobernabilidad. Y salgan a pelear contra el ajuste y el FMI, como los obreros franceses.