Ante los resultados de las elecciones generales del 25 de Octubre que desnudaron una monumental crisis del gobierno, y el surgimiento de Cambiemos con serias posibilidades de ser gobierno, se ha instalado el debate del Ballotage.
El Kirchnerismo, con Scioli a la cabeza, busca a toda costa instalar una polarización difícil: “Si gana Macri perderemos todo lo conquistado”. Ocultan que si gana Scioli también aplicarán el ajuste. El Pro por su lado, pretende pasar “silbando bajito” los próximos días para no tener que decir públicamente que sus intenciones son ajustar y recortar. Intentan aprovecharse del sentimiento de frustración y hartazgo que tienen los trabajadores con el gobierno K.
Patria Grande, que surgió como una agrupación política que pretendía “defender lo bueno y criticar lo malo” del Kirchnerismo ha decidido apoyar al gobierno en su peor momento, el de la debacle y la profundización del ajuste.
Itaí Hagman, referente de Patria Grande, ha obtenido un inusual espacio en los medios afines al gobierno para desplegar su política del voto a Scioli. El gobierno festeja que, Patria Grande haga lo que tanto le cuesta que haga su militancia más orgánica de “izquierda”, apoyar a Scioli, sin taparse la nariz.
¿Hay un “mal menor”?
“El PRO es la vuelta al neoliberalismo” es uno de los planteos, quizás el central, que recorre los discursos repetidos de Hagman. Que el PRO representa el ajuste para favorecer a los empresarios no es ninguna novedad, lo que intenta decirnos Hagman es que Scioli sería algo diferente. Intenta demostrar que el neoliberalismo de los 90 habría sido combatido por el gobierno de Néstor y Cristina y recién hoy, de la mano de Macri, tendría posibilidades de volver. Olvida, o niega por completo, que el gobierno K ha sido el que más deuda externa pagó a los acreedores internacionales en toda nuestra historia. Que fue Néstor el que firmó e impulsó el acuerdo de entrega y saqueo de Cerro Dragón con Pan American Energy hasta el 2047. La lista sigue y no puede estar completa sin el bochornoso contrato con cláusulas secretas que el kirchnerismo firmó con Chevrón para entregar lo poco que quedaba de YPF. Monsanto, Barrick Gold y la infinidad de firmas multinacionales que proliferaron en los últimos 12 años en nuestro país, son el botón de muestra de que en la Argentina el neoliberalismo nunca se fue.
Hagman también secundariza lo que eso conlleva a los trabajadores para intentar mostrar que siempre podemos estar peor. Sólo en 2014, los despidos llegaron a 500.000 y la inclusión laboral de la que se jacta el kirchnerismo a partir del 2003, fue en base a empleo precarizado y en negro (hoy 40%).
En educación el gobierno de Cristina mantiene y profundiza la Ley de Educación Superior menemista, acreditando carreras para pasar contenidos a posgrados pagos. Es escandalosa la cantidad de subsidios que el Estado otorga a escuelas privadas, mientras hay docentes sin cobrar y la escuela pública se desmorona. Otro tanto hay para los hospitales y salitas cuyos insumos no llegan y cuyos médicos trabajan a contra turno para poder llegar a fin de mes.
Hoy en la Argentina muere una mujer cada treinta horas por femicidios. Hay 9 mujeres violadas por día y 4 jóvenes desaparecen cada 3 dias víctimas de las redes de trata. Hoy en una semana mueren en promedio 2 mujeres por abortos clandestinos. El gobierno Nacional destina menos del 0.1% para la Ley contra la violencia hacia la mujer se ha manifestado repetidas veces contra el derecho al aborto. Pero hasta Scioli tiene una foto con el cartelito del #NiUnaMenos.
¿Es ése el gobierno que defiende Patria Grande ante la “venida de la derecha”?
Ante cada avance del ajuste, los trabajadores que no se resignaron a bajar los brazos salieron a luchar. Así, obreros de Emfer Tatsa, Aceiteros, Lear, Gestamp y los choferes de la 60 se organizaron contra los despidos y pos aumento salarial. ¿Como respondió el gobierno? Con Gendarmería y Policía Federal dirigidas por Granados y Berni contra los trabajadores. Con heridos y detenidos. Así también respondió el gobierno cuando los petroleros de Las Heras salieron a luchar contra el impuesto al salario, fueron condenados a cadena perpetua, condena defendida por CFK en cadena nacional. A ése gobierno nos llama a votar Hagman en nombre del “mal menor”.
¿Un gobierno en disputa?
Casi al pasar, Patria Grande deja en claro una de las bases de su posición. El debate sería entre la derecha (Macri) y una alianza (Frente Para la Victoria) donde hay sectores del peronismo y sectores de izquierda…aunque la dirija scioli. Aquí está el quid de la cuestión, ¿hay gobierno en disputa?
Veamos el gabinete de gobierno que propone el FPV con Scioli a la cabeza. Entre ellos figura Berni en Seguridad, responsable de la represión en la Panamericana a los trabajadores, a quienes infiltró con un servicio de inteligencia y sobre quienes buscó montar causas fantasma para incriminarlos. En Educación figura Barbieri, Rector de la UBA y responsable de más de 10.000 docentes que no cobran por su trabajo, de los negociados con empresas privadas, el arancelamiento de cursos y la precariedad edilicia de varias facultades. Batakis, responsable de economía de la Provincia de Buenos Aires que tuvo en vilo a miles de docentes sin cobrar su salario, es la señalada para ocupar el Ministerio… de Economía. Blejer, discípulo de Cavallo, formado en el FMI y el Banco Mundial y presidente del Banco Central en el 2001 con De La Rua aparece como embajador en Londres. Granados, Casal, Domínguez, Filmus, Collia, Urribarri y Marangoni completan la lista. Con ésos nombres y los proyectos que defienden es difícil pensar que hay alguna disputa planteada.
Por otro lado el flamante “kirchnerista de izquierda” Randazzo, que fue bajado de la carrera presidencial por CFK al definirse por Scioli, hoy es atacado por los propios kirchneristas por traidor al haberse mostrado con los radicales que conforman Cambiemos. Si esa es la izquierda que disputaría el gobierno, la ilusión está difícil.
“La izquierda que vota en blanco le hace el juego a la derecha del PRO”
Otra célebre afirmación del gobierno que Itaí no duda en adoptar como propia. Quienes hoy llamamos a votar en blanco hemos sido también quienes enfrentamos las políticas de ajuste y represión del gobierno de Macri. Fuimos quienes acompañamos a los estudiantes todos los años en las tomas de colegios contra la implementación del brutal recorte y la privatización que implica la ley NES impulsada por Macri. Quiénes impulsamos en 2010 la enorme movilización encabezada con el lema “Cristina y Macri desfinancian la educación”. Hemos sido parte de las luchas contra el multimillonario negociado inmobiliario mientras miles viven en villas miserias y bajo los puentes de la cuidad. Quienes resistimos y denunciamos el intento de saqueo al Borda por parte del gobierno de la ciudad y la brutal represión a pacientes, médicos y activistas que desató la Metropolitana.
También fuimos quienes llamamos a votar en blanco ante el ballotage entre Larreta y Lousteau, porque ninguno de los dos representaba una alternativa para los trabajadores. El tiempo nos dió la razón y hoy “el mal menor” de Lousteau, llama a votar a Macri.
Pero quien sin duda le ha hecho el juego a la derecha es el gobierno nacional. Desde que el PRO es gobierno de la Ciudad, el FPV y el PRO han votado juntos el 90% de las leyes. Rara manera de ser oposición. Tanto es así que el recorte de presupuesto al Hospital Garrahan fue votado por ambos, así como el desalojo mediante una brutal represión, muertos incluídos, del Parque Indoamericano, llevado a cabo por la Federal y la Metropolitana. En definitiva ha sido el kirchnerismo aplicando sus políticas de ajuste quien ha socavado su propia popularidad.
NO NOS DA LO MISMO apoyar ajustadores o enfrentarlos
El llamado a apoyar a Scioli en nombre de evitar que “gane la derecha” es maniatar a los trabajadores e ilusionarlos con que están eligiendo el mal menor. Llamar a votar a Macri con la idea de que será un cambio en favor de los trabajadores es una mentira de igual tamaño. Sus economistas, Melconian (PRO) y Marangoni (FPV) coinciden en todos los puntos a seguir luego de Noviembre: devaluación, techo a paritarias y despidos. También los miembros de la UIA (Unión Industrial Argentina, agrupa a los principales empresarios del país) coinciden en que con ambos gobiernos tienen garantizadas sus ganancias.
Por eso, desde el PSTU llamamos a votar en blanco, para no darles ningún apoyo a quienes ya tienen cocinada una devaluación y un paquete de despidos que pagaremos con nuestras espaldas. Sin darles ningún apoyo llamamos a organizarnos contra el ajuste, siendo parte activa de la resistencia contra los despidos, los recortes de presupuesto, la privatización de nuestra educación, el enfrentamiento a la represión y la entrega y el saqueo.
Llamamos a los numerosos militantes honestos de Patria Grande y de aquellas organizaciones que comparten su visión, a romper con la resignación a la que los lleva la política de su dirección y a darle la espalda a los ajustadores.
Lamentablemente Patria Grande ha olvidado el lema que rezaba su propio spot hace pocos meses “La Historia de la Patria Grande nos enseña a soñar, a no resignarnos al mal menor, a no conformarnos” o bien ha creído las palabras de Evo Morales de que Scioli es un revolucionario de la Patria Grande. En cualquier caso, el oportunismo de su política ha tocado fondo.