other

CUOTAS ALIMENTARIAS: LA CARA DE LA JUSTICIA MACHISTA Y OPRESORA EN LAS FAMILIAS OBRERAS

Hasta lograr un sistema económico superior deberemos luchar por garantizar los derechos de las mujeres y sus hijos

A diario vemos cientos de mujeres reclamando en los Juzgados de minoridad y familia.

Mientras tanto, hay leyes, pactos internacionales por los derechos a la niñez que fueron firmados por cada gobierno de turno, haciendo grandes campañas publicitarias que solo son eso, campañas que no solucionan el verdadero problema que tienen miles de compañeras de la clase trabajadora para la manutención de sus hijos/as.

Una justicia de clase

Los problemas de los hijos/as de los pobres no le interesan a la Justicia, que no sólo dilata situaciones. Obliga a conseguir abogados para trámites que deberían ser rápidos y gratuitos, tal cual explican las propias leyes y pactos que firmaron.

Pueden pasar meses y años para poder concretar que los padres abonen la cuota alimentaria. Pero es muy diferente cuando son los hijos/as de los ricos, ya que ahí si hay más atención. Y no es porque les interesan los niños/as de los ricos, sino que en cada separación de esa clase social predomina el tema de la herencia y ya sabemos la convivencia entre los ricos y la Justicia en este sistema.

Las empresas avalan el machismo

No es casual que para aquellas/os trabajadoras/es que están en relación de dependencia con acuerdos firmados en Juzgados para cuota alimentaria, el trato no sea el mismo. No basta con largas y agotadoras peleas por un acuerdo en los Juzgados, sino que después esa misma pelea hay que darla en las empresas, que piden homologación de los acuerdos y después que haya una cuenta donde depositar. La casi totalidad de las empresas hacen liquidación de haberes a fin de mes, pagan al trabajador el cuarto día hábil aproximadamente, sin embargo, la cuota alimentaria recién después del décimo día y/o con diversas maniobras, por ejemplo muchas veces cuando quieren ajustar, la atrasan.

En defensa de los derechos de la familia obrera 

Como clase obrera no podemos pasar por alto estas situaciones. La lucha contra el machismo es una pelea constante: no podemos dejar que estas cosas sucedan, porque la pelea no tiene que ser entre nosotros/as. Sino que debe ser una pelea de conjunto contra todas las violencias con que nos atacan nuestros enemigos de clase, el Estado, la Justicia y las patronales.

La única manera de revertir esta realidad es tomar en nuestras manos los problemas, acompañar cada reclamo en los Juzgados para acelerar los trámites y de la misma manera en las empresas. 

Que no nos vengan a mentir con trabas y papeleo, porque cada vez que nos pasamos del tope del infame “Impuesto a las Ganancias” viene el descuento automático, como también cuando sus amigos banqueros embargan a cualquier trabajador.

 Unidad de nuestra clase 

Que ninguna compañera pelee sola, que podamos agruparnos para que como clase de conjunto frenemos este castigo a las madres trabajadoras, que nos resta combatientes y nos debilita.

Muchos nos dirán que el salario es poco, que no hay trabajo estable. Luchemos juntos para que se abran los libros contables porque siempre las empresas lloran la crisis pero en realidad nos roban todo lo que producimos a diario. Estamos por el control obrero ya que solo así podremos tomar las decisiones a beneficio nuestro como por ejemplo agregar más puestos de trabajo para las compañeras, en los que se garanticen guarderías y por todo lo que necesitamos.

Por eso llamamos a todos esos compañeros que por el machismo de la sociedad impiden en los Juzgados los justos reclamos de las madres de sus hijos, a que reflexionen y superemos esta situación enfrentando juntos al capitalismo, sus instituciones y gobiernos.

Este 3 de Junio: unir todos los reclamos 

Se acerca el 3J fecha muy importante en la lucha contra la opresión y el machismo. Es por ello que debemos redoblar la pelea: levantar cada reivindicación de nuestras compañeras, hacer un pliego único de reclamos, que cada asamblea, sindicato y organización lo haga propio y así de conjunto salgamos a la movilización. Sabiendo que es imprescindible la unidad de nuestra clase, que sin los sectores oprimidos no habrá cambio posible y para ello es necesario afianzar esos lazos y preparar la revolución social para imponer un país sin explotación ni opresión.

¡Paso a la mujer trabajadora y a la juventud!