Un 26 de junio de 1996 (seis años antes de la fecha en que #MaxiYDarío fueron asesinados por el gobierno de Duhalde, Aníbal Férnandez y Solá), el gobernador neuquino Felipe Sapag bajaba a Cutral Có a dialogar con las organizaciones formadas al calor de la lucha, por los trabajadores y el pueblo de aquella ciudad.
Así se consumaba el triunfo de un levantamiento popular contra el vaciamiento menemista, que había destruido miles de puestos de trabajo con la privatización de YPF. Un levantamiento popular que rebasó los límites de las instituciones y las leyes patronales; pasando por encima de los gobiernos, los partidos y los juzgados al crear sus propias organizaciones que funcionaban en torno a asambleas. Un levantamiento popular que apostó a la acción directa, cortando la ruta 22 por la que salía el petróleo de la provincia; y a la autodefensa frente a la represión, echando a la gendarmería y la jueza que habían venido a poner fin a la protesta. Un levantamiento popular que marcó el principio del fin de los años de saqueo y vaciamiento.
26 años después, víctimas de ataques a nuestra dignidad similares a los de esos años; las lecciones del #cutralcazo son más actuales que nunca: dejar de lado las instituciones para que se haga sentir la bronca de la gente, y unir y organizar a los que luchan para que no retrocedan hasta ganar; es la clave para revertir todos los golpes que venimos sufriendo