La derrota electoral de Macri comenzó en aquél diciembre del 2017, en el que el macrismo intentó imponer una reforma antipopular como era el robo a los jubilados. Esto fue resistido por los trabajadores, con Sebastián Romero y Daniel Ruíz como algunos de los símbolos de aquél enfrentamiento.
Este domingo pasado, en los cuartos oscuros en diferentes puntos del país, se leía, escrito en los pizarrones: Libertad ya a Daniel Ruiz, nuestro compañero preso hace 11 meses que fue precandidato a Diputado Nacional por Chubut, dentro de las listas del Frente de Izquierda – Unidad, y superó el piso proscriptivo de las PASO. Estas fueron unas claras muestras de apoyo que se suman a las decenas de entrevistas y pronunciamientos que fueron creciendo a lo largo de estos meses.
A su vez, con la derrota del macrismo, comenzaron a llover en las redes sociales mensajes de apoyo hacia Sebastián, el obrero del “mortero”. Fue algo impresionante pese a la campaña demonizadora por parte de Lanata, Clarín y La Nación.
Así es como pese a los intentos del régimen, ellos están presentes como figuras de la resistencia contra este Gobierno hambreador. Y la campaña por la libertad de Daniel, así como contra la persecución a Sebastián, toma hoy un peso mucho mayor porque Macri todavía no se fue y aunque se vaya, el FMI se queda.
En un solo día los trabajadores perdimos un 30% de nuestro salario y los traidores que conducen la CGT y los supuestos opositores del PJ muestran nuevamente la hilacha diciendo que hay sostener la gobernabilidad y esperar hasta diciembre.
Por eso necesitamos a Sebastián y a Daniel. Están presentes pero lo necesitamos en las calles nuevamente. Necesitamos a dirigentes como ellos, que hagan lo que hay que hacer y sirvan de ejemplo a otros cientos. Necesitamos nuevos dirigentes que defiendan a los trabajadores para que la crisis la paguen los que la provocaron: los banqueros, los empresarios y sus dirigentes serviles.