Ya quedo demostrado en los hechos qué es lo que quieren los obreros de GM, y que para lograrlo no confían en los delegados vendidos actuales y sí en sus compañeros que hace mas de un mes vienen bancando la lucha desde afuera.
Por supuesto, revocar el cuerpo de delegados no es una tarea sencilla, pero si muy necesario y posible.
Para eso, los próximos días hay que poner en pie una campaña y un plan de actividades y acciones que puedan tomar en sus manos los compañeros de adentro para realizarla dentro de planta. Y al calor de eso, ir preparando a los mejores compañeros que van a integrar el nuevo cuerpo de delegados.
Se perfila una pelea larga y dura, y es dentro de planta desde donde se puede derrotar a la empresa, por eso la principal tarea de los suspendidos es soldar más que nunca el nexo entre los de adentro y los de afuera. Con el corazón caliente pero con la cabeza fría para no caer en provocaciones, no caer en la desesperación, y ser paciente para explicar, escuchar y decidir las medidas que sean tomadas como propias por el conjunto de los obreros y así evitar la división que la patronal y el SMATA buscan imponernos.
Esto quedó demostrado que es posible en el paro del 30, donde no sólo que no entró nadie a trabajar, sino que los compañeros que venían en los micros de la empresa se negaron a bajar de los mismos y se dio una confraternización entre los suspendidos y los no suspendidos que hizo que la patronal tuviera que levantar la producción de la tarde para que no ocurriera lo mismo. Un verdadero triunfo.