Primero fue Michael Brown, en la ciudad de Ferguson. En una persecución policial Brown fue asesinado por un policía que le ordenaba detenerse porque supuestamente había robado un atado de cigarrillos. El policía habría disparado 12 veces contra el joven negro de 18 años, que estaba desarmado.
A los pocos días, en la ciudad de Cleveland, un niño negro de 12 años que jugaba con una pistola de juguete en un parque, fue asesinado de un disparo en el pecho por un agente policial que había acudido al lugar ante un supuesto llamado de alerta.
Estos hechos son apenas dos casos que demuestran que la discriminación y violencia hacia las minorías, en este caso los negros, se siguen ejerciendo en EEUU después de casi 6 años de haber asumido Obama.
Y se siguen ejerciendo impunemente: el policía que mato a Brown no será procesado porque un fallo de la justicia considero en había actuado en “defensa propia”.
En todo el país se movilizan contra la policía y el sistema judicial
Ante esta decisión de la justicia, surgió en Ferguson una gran movilización de la comunidad negra, logrando que los casos tomen estado público. Pero estos dos casos son una muestra que corren el velo sobre las condiciones permanentes de discriminación, racismo, violencia, marginación, pobreza que viven día a día, en los barrios y en las grandes ciudades, los sectores más oprimidos de la población estadounidense.
Sin ir más lejos, durante las jornadas de protesta, salió a la luz un nuevo video donde se ve la detención de un negro vendedor ambulante que es tirado al piso y asfixiado por la técnica usada por la policía para inmovilizarlo. Sus suplicas fueron en vano. Erik Garner también murió.
Y el grito de las primeras movilizaciones en Ferguson esta vez no pudieron ser acalladas por la represión y se extendieron a mas de 170 ciudades, entre ellas la más importantes (Los Ángeles, Atlanta, Boston, Seattle, Filadelfia, Oakland), llegando a resonar en Nueva York y en las propias puertas del gobierno de Obama: Washington.
Mientras tanto, desde la prensa tejen miles de hipótesis y versiones, hablan sobre testigos que se desdicen, sobre pruebas, si tal o cual victima habría hecho algún movimiento que asusto al policía, etc.
Lo cierto es que los negros siempre son considerados “peligrosos” y quedan a merced de policías de gatillo fácil, a los que luego el sistema judicial les cubre la espalda de sus crímenes.
El gobierno yanqui y los medios de comunicación a nivel mundial quieren vendernos la imagen del principal país imperialista como “la mayor democracia del mundo” y “la tierra de las mil oportunidades”.
Pero nada más lejos de la realidad para los negros y latinos, cuyos jóvenes sufren los niveles más altos de desocupación, pobreza y marginación.
La violencia hacia los negros para dividir y explotar más a los trabajadores
Ante el creciente descontento social, asume en 2009 el primer presidente negro para evitar que el descontento de los trabajadores y los más oprimidos crezca.
Barack Obama, primer presidente negro de la historia de EEUU, fue la carta que jugo el imperialismo para tratar de “lavarse la cara” ante la crisis política que había dejado la era Bush. La política de invasiones militares le había costado caro a los yanquis, con derrotas en los países invadidos y la condena política mundial, que también empezaba a hacerse oír dentro de los EEUU. Esto combinado con el primer golpe que dio la crisis de la economía mundial allá por el 2008, que repercutió fuerte entre los trabajadores estadounidenses, que se vieron afectados con suspensiones y despidos masivos.
Sin embargo, casi 6 años después, muchos trabajadores, y especialmente la comunidad negra, se movilizan masivamente contra un sistema judicial y un gobierno que mantuvo las bases sociales para que la superexplotación, discriminación y racismo sobre los negros, inmigrantes, homosexuales, etc. se siga reproduciendo.
Una violencia que es parte de la historia de EEUU y que no es gratuita sino al servicio de mantener la gran explotación que sufren los negros y latinos, que juntos representan el 25% de la población del país y cerca del 40% de su clase obrera.
Hoy, cuando la crisis económica se hace más aguda y la economía yanqui no da indicios de una recuperación solida, estos hechos constituyen un claro intento de profundizar cada día más los niveles de opresión y explotación de aquellos sectores de la sociedad (minorías, jóvenes y mujeres) que siempre sufren antes que nadie y de manera más marcada sobre sus espaldas los dolores que implica salvar las ganancias de banqueros y empresarios. Son esos sectores oprimidos lo que pagan las consecuencias de los salvatajes a los grandes bancos y empresas y las incursiones militares de los yanquis en los pueblos del mundo.
La lucha de todas las minorías y sectores oprimidos de la sociedad es la lucha que deben dar todos los trabajadores (incluidos blancos), en forma unida, contra los banqueros, grandes capitalistas y gobiernos que los defienden.
Por eso, desde la LIT-CI, expresamos nuestro repudio a estos hechos y a este aberrante fallo judicial que deja libre al asesino. Expresamos nuestra solidaridad a la familia y los amigos de Michael Brown y nuestro apoyo incondicional a estas movilizaciones y la lucha que expresan.