Se acercan el 11, 12 y 13 de octubre, cuando viajarán a Salta unas 20 mil luchadoras de sindicatos, centros de estudiantes, partidos políticos (principalmente de izquierda), organizaciones barriales, ambientalistas, feministas, de todo el país.
Para el turismo, Salta es “La Linda”. Pero para muchos, la vida no es tan linda en la Provincia.
Allí gobierna Juan Manuel Urtubey, abogado y representante de los sectores más conservadores de la sociedad y de la Iglesia Católica. Está dentro del Kirchnerismo, aunque son frecuentes sus diferencias con el Gobierno Nacional.
Urtubey ha dicho que reconoce a Dios como único líder y se rodea de funcionarios del Opus Dei (extrema derecha de la Iglesia Católica). Por ejemplo, Van Cawlaert, el anterior Ministro de Educación, encabezó una cruzada contra la educación sexual en las escuelas, aunque es obligatoria por ley nacional. En cambio, burlando la enseñanza laica, en 2008 impulsó una ley por la que los alumnos deben aprender compulsivamente el catecismo en la escuela estatal.
Urtubey milita contra la legalización del aborto en la “Acción Mundial de Parlamentarios y Gobernantes por la Vida y la Familia”, presidida por la senadora puntana Liliana Negre de Alonso, del Opus Dei. Salta está entre las provincias que no cumplen con el aborto no punible, pese al fallo de 2012 de la Corte Suprema que establece que el aborto es legal en todos los casos de violación.
Negre de Alonso y Urtubey fueron fervientes opositores a la sanción del matrimonio igualitario.
Por otra parte, el número de femicidios es alarmante. Salta ostenta el tercer puesto nacional, detrás de Buenos Aires y Santa Fe. Es el primero en el país en suicidios adolescentes.
El aumento de la trata y los delitos sexuales contra las mujeres enciende otra luz roja. Proliferan prostíbulos en la capital y en el norte de la provincia. El año pasado la situación quedó expuesta por el escándalo de Carlos Villalba, intendente de Salvador Massa, que fue preso, sorprendido con menores de edad sometidas a esclavitud sexual.
Otra violencia es el aumento en los índices de embarazo adolescente y mortandad materna. Las muertes por abortos mal practicados son un drama repetido, así como su criminalización.
Mientras tanto, miles de mujeres solas, cabezas de familias son las principales víctimas de la desocupación, de la precariedad laboral y de la pobreza.
En Salta, como en todo el país, se aplican políticas que pagan a los buitres extranjeros o locales y empobrecen a los trabajadores.
El FIT y el conjunto de la izquierda tenemos una gran oportunidad en el Encuentro de Salta. Podemos usar ese foro para dar un gran impulso a la lucha por el no pago y contra el plan de ajuste, entrega y represión del Gobierno y el imperialismo. Tenemos que tomar esas banderas centrales en este Encuentro, como fue en 2005 la pelea contra el ALCA en el Encuentro de Mar del Plata, donde se produjo la movilización más grande del país ante la visita de Bush.
Así, miles de activistas volverán a sus lugares de trabajo y estudio, a sus barrios y frentes de lucha con la convicción de que el dilema es pelear por los derechos de las mujeres trabajadoras y de toda su clase o resignarse a seguir pagando a los buitres de la deuda externa y sumirse en la miseria más absoluta.