Santiago es hoy un nuevo desaparecido en democracia, muestra de que el terror estatal que los trabajadores y el pueblo repudiaron en la dictadura militar sigue actuando de la mano del Estado, los gobiernos y las fuerzas represivas. El caso de Santiago es una muestra de hasta donde está dispuesto a llegar el gobierno de Macri por defender sus intereses y los de sus socios imperialistas: Gendarmería Nacional desaparece un activista en medio de una represión ordenada por la Ministra de Seguridad. Con éste hecho sin precedentes, la mano del Estado y el ocultamiento vuelven a estar presentes.
Recientemente secuestraron a Nadia Rojas por segunda vez, bajo custodia judicial y protección estatal. A Luciano Arruga lo vieron por última vez siendo golpeado y torturado en la comisaría de Lomas del Mirador. Estuvo 5 años, desde el 2009, siendo buscado por familiares, amigos y activistas hasta que fué encontrado en una tumba NN en La Chacarita, lo habían matado la noche que desapareció. El albañil Jorge Julio López declaraba contra Etchecolatz por su participación en la dictadura, relató los asesinatos y torturas realizados por el policía. En plena audiencia, Etchecolatz escribe en un papel el nombre de Julio López. Ese mismo día desaparece Julio y aún lo buscamos. Estaba con custodia policial por ser un testigo “protegido”. En todos los casos las fuerzas policiales actuaron con total impunidad y los gobiernos, antes el Kirchnerismo y ahora Cambiemos, protegen a los responsables y ocultan la verdad.