Siete muertes y dos mil familias evacuadas en Córdoba, miles de evacuados en San Luis, Tucumán, Catamarca, Santiago del Estero. Cientos de animales muertos y 20 mil hectáreas de bosques consumidas por el fuego en Chubut.
Representantes del Gobierno Nacional y de los diferentes gobiernos provinciales se conmueven. Nos hablan de desastres naturales: “fue un tsunami del cielo”, dijo el gobernador cordobés. Al mismo tiempo nos dicen se están realizando todos los esfuerzos, tomando todos los recaudos para enfrentarlos.
¡Nada más falso! Por un lado, como de costumbre, el auxilio a los damnifi cados deja mucho que desear y por el otro, estos no son sólo “catástrofes naturales”. El desmonte y el “negocio verde” están por detrás de estos desastres.
El avance de la soja, el negocio inmobiliario y las inundaciones
Técnicos y científicos especializados en la conservación del medio ambiente, vienen denunciando que el desmonte desmedido, realizado en beneficio de empresarios sojeros y de las empresas inmobiliarias, es la causa de las repetidas inundaciones que vienen azotando desde hace varios años el centro y norte de nuestro país. Una y otra vez se han dado informaciones científi cas (que no han sido cuestionadas), que indican que los bosques actúan como paraguas y esponjas naturales y que por lo tanto más desmontes es sinónimo de más inundaciones. Pero, la ambición de sojeros y empresarios inmobiliarios, han provocado la destrucción de nuestros bosques. Según datos oficiales en Santiago del Estero, la provincia con mayor deforestación del país en las últimas dos décadas, entre 1998 y 2007 se desmontaron 1.048.762 hectáreas; y desde la sanción de la normativa forestal nacional (fines de 2007) hasta fines de 2013 se deforestaron 623.848 hectáreas, de las cuales 320.231 hectáreas eran bosques protegidos. En Córdoba, donde apenas quedan en pie 500.000 hectáreas de bosques nativos (el 4% de los originales), entre 1998 y fines de 2013 se desmontaron 292.790 hectáreas. En Santa Fe, que también perdió gran parte de sus bosques, se deforestaron 58.736 hectáreas durante el mismo período.
El biólogo Raúl Montenegro, presidente de la Fundación Para la Defensa del Medio Ambiente (FUNAM), en relación a las inundaciones cordobesas afirmó: “Hubo dos causas principales para las inundaciones recientes: primero, precipitaciones extensas en tiempos breves. Segundo, ambientes serranos deforestados y por lo tanto cuencas hídricas donde el agua, en lugar de ingresar al subsuelo y la ‘esponja rocosa’, circula en superficie a gran velocidad”. Y agregó que el deterioro ambiental “ha transformado a las sierras en peligrosos e impredecibles toboganes que llenan rápidamente los cursos de agua”. El especialista apuntó que como los principales cursos de agua tienen su nacimiento en las sierras, “la falta de vegetación le quita protección al suelo”.
“Irónicamente, -comentó Montenegro-deforestación, incendios y avance inmobiliario sobre las sierras generan dos crisis contrapuestas: ríos faltos de agua en invierno y peligrosamente desbordados durante las lluvias de verano”. Y enfatizó que para prevenir y disminuir el impacto de las lluvias “el Gobierno no debería permitir ni una hectárea más de desmonte”, y debería “reducir el poder que tienen hoy los señores de la soja”.
Obviamente, no nos pueden quedar dudas de que los culpables no son sólo los ambiciosos capitalistas sojeros e inmobiliarios, sino también los gobiernos (Nacional y provinciales) que “hacen la vista gorda”, ante la violación de la Ley de Bosques.
El incendio en Chubut: Imprevisión oficial y “negocio verde”
Según Víctor Sepúlveda -habitante de La Horqueta, donde se inició el primer foco de incendio en Chubut- advirtió el fuego y llamó a los bomberos y al jefe de la Brigada contra incendios. Pero, a pesar de recibir una respuesta con una promesa de auxilio inmediato, el avión hidrante jamás llegó y perdió todo lo que tenía.
Con un frente de 40 kilómetros en Cholila, el incendio dejó tras de sí a cientos de animales muertos -en especial ganado vacuno- y se estima que son casi 20 mil las hectá- reas consumidas por el fuego desde que se detectó el primer foco de incendio, el lunes 16. Una superficie equivalente a la totalidad de la Ciudad de Buenos Aires.
Según explican en el lugar, desde 1944 que no se registraba un incendio forestal de semejante magnitud en la zona. Esta vez la imprevisión jugó un papel preponderante. El trabajo de los aviones no resulta sufi ciente para enfrentar los focos de fuego que se multiplican. Es que no solo llegaron tarde, sino que la mayoría son fumigadores y no tienen capacidad como para atacar los grandes focos que se desprenden de la alta montaña.
Un trabajador petrolero nos decía: “20 mil hectáreas se quemaron en mi provincia y nadie previó la contingencia. Falta agua para apagar el incendio. Nunca PAE ni YPF ni CAPSA ni TECPETROL ni SIPETROL, se quedan sin agua para perforar. Entonces estos gobiernos no sirven.”
Pero la falta de previsión y la respuesta oficial insuficiente frente a la catástrofe, parece que no es el único problema. Los pueblos originarios de la región denuncian que hay intereses económicos detrás de todo esto.
Según informan, el primero de febrero de 2015 un poblador originario de Cholila, conocido luchador por la reivindicación de los derechos de los Pueblos Originarios, advirtió de posibles incendios en la zona del Tigre, del Villegas y de la plataforma en cercanías a Cholila. A tan sólo dos semanas de anunciados, en forma de profecía, los incendios se iniciaron en estos lugares. Afirman que esto se debe a que los incendios son intencionales y están relacionados al llamado “negocio verde”.
Este “negocio verde” se habría originado con decretos promulgados por el ex gobernador Mario Das Neves, en donde entregaba tierras fiscales con bosques nativos. Eso se hizo en contra de lo planteado por la Constitución Provincial.
Al poco tiempo esas tierras fueron colocadas en el mercado inmobiliario, con precios en dólares (de ahí lo de “negocio verde”). Y, según esas denuncias “por casualidad” los agentes inmobiliarios eran allegados políticos al ex gobernador.
A partir de todo esto, Darío Fernández, poblador originario de Cholila, denuncia que: “Diputados, ministros, secretarios, organismos como el Instituto Autárquico de Colonización y Fomento (IAC), intendentes, concejales, funcionarios municipales, asesores legales, en fin una larga lista de partícipes necesarios para que se orqueste el “Negocio Verde”, que en no más de 100 personas aproximadamente se estarán distribuyendo en los próximos años la suma de 5 mil millones de pesos o quizás un poco más provenientes de loteos en la Comarca Andina, que cambien para siempre la geografía de los Pueblos tradicionales, quedando la Comarca Andina como un gran “country” y los Pueblos con su gente como villas miserias.”1
Según Fernández, los incendios intencionales tendrían dos objetivos: distraer la atención de los casos de corrupción inmobiliaria que estaban comenzando a aparecer y por otro lado conseguir un desmonte gratis de las tierras que se lotearían.
Una prueba más de la necesidad del socialismo
Estos aparentes “desastres naturales”, que en realidad son provocados por la avaricia de los empresarios, muestran una vez más que el capitalismo sólo trae miseria y destrucción.
No acabaremos con esa realidad reemplazando a un Gobierno Provincial por otro, ni tampoco con el cambio de Gobierno Nacional que se dará en octubre de este año. Das Neves o Bussi, De la Sota o Juez, Cristina, Scioli, Massa, Macri o Binner. A pesar de las diferencias que pueda haber entre ellos, todos tienen un punto en común: todos han gobernado o lo harán al servicio de los intereses de sojeros, petroleros, inmobiliarios, sean nacionales o imperialistas. Y a todos esos empresarios lo único que les interesa son sus ganancias y si para conseguirlas nos deben exprimir al máximo y destruir nuestras regiones, así lo harán. Y los gobernantes los seguirán protegiendo.
Por eso, la única forma de acabar con todo eso, es acabando con esta sociedad que funciona en beneficio de las ganancias de unos pocos. La debemos reemplazar por una sociedad totalmente diferente, en donde todo esté determinado por las necesidades de la mayoría, en donde exista trabajo digno y educación y salud de excelencia para todos. Una sociedad en donde no exista el egoísmo, sino la solidaridad y la fraternidad. En donde acabemos no sólo con la explotación capitalista sino también con todo tipo opresión. Una sociedad sin machismo, sin racismo, sin xenofobia, sin homofobia.
Para lograr todo eso, no podemos confiar en la promesa de ningún candidato patronal. Sólo debemos confi ar en nuestras propias fuerzas. Trabajadores, estudiantes, pobres de las ciudades y del campo, deberemos construir esa nueva sociedad, la sociedad socialista. Y para hacerlo, debemos comenzar por la conquista del poder por parte de los trabajadores.
Para luchar por ese objetivo, te ofrecemos un lugar en el PSTU y en la Liga Internacional de Trabajadores- Cuarta Internacional.
Notas:
1) Cholila Online.