Desde la creación en 2004 de la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización en Haití (MINUSTAH), la Argentina forma parte dicha ocupación militar que hizo estragos (represión, violaciones, introducción del cólera) sobre el pueblo trabajador haitiano. Si bien desde el año pasado, la Argentina retiró la tropa militar, mantuvo un núcleo de efectivos ligados a un hospital reubicable de la Fuerza Aérea, llamado Néstor Kirchner.El argumento esgrimido tanto por el gobierno anterior como el actual es que la presencia argentina cumple una “misión humanitaria”. No hace falta argumentar mucho porque todos los atropellos mencionados antesno tienen nada de “humanitario”.
El miércoles 14 de septiembre fue aprobada la continuidad de la ocupa-ción por la mayoría de los diputados de los partidos patronales (Cambiemos, Frente para la Victoria y los dirigidos por Sergio Massa del bloque Federal Uni-dos por una Nueva Argentina). Es significativo que hubo 102 ausencias (algu-nos de los autodenominados “progresistas” ligados tanto al espacio kirchnerista o a la UCR) sobre el total de 257 diputa dos. La votación final fue 136 por la afirmativa, 11 por la negativa (los presentes del Frente de Izquierda y los trabajadores-FIT), Partido Socialista, Proyecto Sur, Libres del Sur y Concertación FORJA) y siete abstenciones.
La escasa difusión que tiene la ocupación en Haití por las tropas de diversos países y la complicidad de grades sectores, aun los que se muestran como progresistas, permiten que esta ocupación colonial lleve ya 10 años. Lamentablemente, los ejércitos latinoamericanos participan activamente de la ocupación, aun los de gobiernos que tanto hablaron de la hermandad latinoamericana, como Evo Morales en Bolivia.
La excusa que la MINUSTAH seguirá es que todavía no se produjo el pro-ceso de “normalización institucional”, expresión que se utiliza para tapar que el objetivo real sigue siendo el saqueo y la explotación del pueblo haitiano, que hoy es uno de los países más pobres del mundo. Por eso es más necesario que nunca que el grito de ¡Basta de ocupación! ¡Fuera tropas de Haití! se escuche en todo el continente.