Se cumplen 35 años del intento de recuperar las Malvinas, frustrado por la traición de los militares que lo impulsaron para tratar de escapar del asedio al que las masas sometían a la dictadura; un hecho que dejó en claro quienes son los que verdaderamente pelean por la soberanía y la independencia nacional: los trabajadores y el pueblo.
Tras la crisis económica originada en 1979, y el recrudecimiento de la resistencia a la dictadura, la junta militar encabezada por Galtieri apostó a una acción militar para recuperar las Malvinas, Georgias y Sandwich del dominio británico; y de esa manera salvarse de la furia popular.
Según cuenta el propio Galtieri, él estaba convencido de que su acción contaría con el apoyo del imperialismo yanqui de quien era “el niño mimado”. Si pasaba eso, se trataría de la acción de uno o dos días que le ganaría prestigio en el pueblo argentino (que históricamente reivindicó la soberanía sobre esas islas) y que lo colocaría mejor en la discusión diplomática en la ONU.
Pero no pasó eso. Los yanquis sabían que una acción de ese tipo era un mal ejemplo que podía ser seguido por los otros países dominados por el imperialismo. No dudaron en dar su total apoyo a su socio imperialista.
El resultado, no esperado por Galtieri, fue la mayor movilización antimperialista que se conoció en Latinoamerica. En Perú había filas enormes frente la Embajada Argentina, que se ofrecían como voluntarios. En Bolivia, Venezuela, Colombia se daban movilizaciones contra Inglaterra. Cuba ofreció el apoyo de su aeronáutica y lo mismo votó el Congreso peruano. Mientras que en Argentina, la clase obrera y el pueblo pasaron por encima el odio a la dictadura y protagonizaban movilizaciones diarias llamando a derrotar a Inglaterra, recuperando las Malvinas.
La LIT-CI desarrolló una gran campaña por la derrota del imperialismo inglés y en Argentina, nuestro partido, el PST, participó activamente de esas movilizaciones, llamando al triunfo de Argentina y denunciando a la dictadura por su mala conducción de la guerra. Los militares no aceptaron ninguno de los apoyos ofrecidos, no tomaron ninguna acción contra los capitales ingleses que había en el país y terminaron, después de la visita del Papa, firmando la rendición.
Eso provocó una violenta reacción popular que llevó a la caída de la dictadura genocida y al encarcelamiento, por primera vez en la historia, de las tres Juntas Militares que habían gobernado al país durante 7 años. Pero el triunfo de Inglaterra tuvo consecuencias, hoy existe en Las Malvinas, una base atómica que controla estratégicamente a toda Latinoamerica.
La patronal al servicio del capital imperialista
Pero la cobardía de los milicos no fue más que el reflejo de la eterna sumisión de las clases dirigentes argentinas a las que la dictadura pertenecía; clases que viven de entregar el país al imperialismo. De ese modo, no se puede esperar de los políticos patronales mucho más que el ritual de los reclamos de soberanía ante los organismos internacionales. Reclamos inútiles, teniendo en cuenta que el Reino Unido tiene poder de veto en todos ellos. Bajo Macri, con su afán de demostrar sumisión completa, esos reclamos son menos serios que nunca; con un Gobierno que ni siquiera respeta la formalidad de poner a las islas en los mapas oficiales: no podemos esperar que peleen.
El pueblo trabajador no se rinde
Víctima de la explotación y el saqueo del país por el capital extranjero; el pueblo trabajador libra todos los días su “Guerra de Malvinas” contra el vaciamiento imperialista, peleando como pelearon los héroes del ’82: con el sacrificio de los pibes soldados, con el coraje de los pilotos… y con el abandono de los Galtieris que dirigen los sindicatos.
Estos dirigentes vendidos, tan agentes de la patronal y del imperialismo y tan dictadores como los milicos, son los verdaderos responsables de cada derrota que sufrimos, cada derecho que perdemos; y hay que barrerlos de nuestras organizaciones para poder unir nuestras luchas cotidianas con la pelea por soberanía e independencia de nuestro país, y así vencer a los planes coloniales del Gobierno.
Desde el PSTU queremos construir una alternativa obrera y socialista a esos dirigentes vendidos, para darle al pueblo trabajador la dirección política y sindical que necesita; una dirección a la altura de la lucha en curso, por la liberación nacional y social. Invitamos a quienes quieran echar al imperialismo de las islas a pelear juntos por la Segunda y definitiva Independencia de nuestro país y del continente.