El 24 de marzo todos a Plaza de Mayo

El golpe militar del 24 de marzo de 1976 tenía dos objetivos. Primero, derrotar físicamente a toda una generación de nuevos luchadores obreros, surgida al calor del Cordobazo. Terminar con una tradición de tomas de fábricas, luchas violentas contra el ajuste patronal.

En segundo lugar, la Dictadura Militar vino a imponer un plan económico. Una sumisión total de nuestro país a los intereses del imperialismo yanqui, que quería ubicar a la Argentina centralmente como exportadora de materias primas. “Da lo mismo producir acero que caramelos” decía Martínez de Hoz.

La teoría de los dos demonios y el negacionismo de la última Dictadura (que ahora la asume y está en el Gobierno), la endulzan planteando que en la Argentina había una guerra contra la grupos guerrilleros (principalmente ERP y Montoneros). Lo que no dicen es que esas organizaciones guerrilleras ya habían sido derrotadas en 1975. El Operativo Independencia y el fracaso del asalto al Batallón de Arsenales 601 de Monte Chingolo fueron los golpes de gracia.

¿Por qué Milei niega la Dictadura?

No es casual que desde el Gobierno se reviva el discurso de la “guerra” y se cuestione el número de los desaparecidos. 

El plan económico de la Dictadura, si bien fue aplicado y continuado por el Gobierno peronista de Carlos Menem, no pudo llevar a fondo las tareas que la burguesía y el imperialismo tenían planteadas. No obstante se desmantelaron y privatizaron las principales empresas nacionales y se dio vía libre al saqueo de los recursos.

Pero no avanzaron en eliminar derechos importantes como la Educación y la Salud, a diferencia de otros Gobiernos dictatoriales con el mismo proyecto, como el de Pinochet en Chile. 

Milei viene a terminar ese trabajo. Como venimos explicando, la contradicción entre la nueva ubicación del país en la división mundial del trabajo, y el atraso en las reformas sociales para adecuarse a esa ubicación, es lo que explica la crisis actual del capitalismo argentino.

Milei necesita reivindicar la Dictadura porque las tareas de su Gobierno corresponden a una continuidad de esos planes. Pero además, la caída de la Dictadura y, después, la rebelión del 2001, hicieron que hoy los “piquetes” se instalaran como una normalidad. El Protocolo Antipiquetes de la Ministra de Seguridad Patricia Bullrich responde a la necesidad de “normalizar” la represión a las movilizaciones, como pasa en cualquier país del mundo. 

Porque para aplicar su plan necesitará estar preparado para responder a cualquier resistencia obrera y popular.

Un 24 por el pasado y el presente

Tenemos el desafío de preparar para este 24 de Marzo una movilización unitaria. El nivel de ataque tanto económico, como a las libertades democráticas y a la Memoria exige que dejemos todas las mezquindades de lado. 

El 24 debemos movilizarnos y converger todos los reclamos contra el plan del Gobierno. Abajo el plan económico y el Protocolo Antipiquetes, contra los despidos, por aumento de salarios y jubilaciones dignas, contra la violencia machista, xenófoba y LGBTfóbica, y por un Paro General que unifique todos esos reclamos con los métodos de la clase obrera, para afectar las ganancias capitalistas y darnos la posibilidad de victoria.

Esto no significa que no planteemos nuestras posiciones hacia la movilización.

La condena aún vigente a Daniel Ruiz, Sebastián Romero y César Arakaki, sirve como disciplinamiento a los luchadores. Por lo que hay que exigir su anulación. En el mismo sentido va la prisión a Cristián Díaz, activista por la causa palestina. La movilización del 24 no puede ignorar el genocidio palestino del estado de Israel en Gaza.

No hay excusas, este 24 debemos preparar una gran movilización, organizada para enfrentar el protocolo de Bullrich y la represión policial.

Y como siempre, debemos exigir la apertura de los archivos de la dictadura, el juicio y castigo a los responsables políticos y militares del genocidio, junto a los empresarios y la iglesia que facilitaron el funcionamiento del aparato represivo. 

Recuadro

Compañeras y compañeros del PST ¡Presentes!

Como cada 24 de marzo, no queremos dejar de hacer una mención especial a nuestros camaradas caídos del Partido Socialista de los Trabajadores (PST), antecesor del PSTU, en los años de la Dictadura. 

Nuestro partido sobrevivió a la Dictadura gracias al heroísmo de esas compañeras y compañeros, que dieron la vida y no entregaron a sus pares. 

Sin embargo, su grandeza no proviene de su proeza individual. Sino del proyecto que construían. La defensa abnegada de la causa de la Revolución Socialista, única alternativa contra el capitalismo salvaje que depreda a la humanidad es lo que explica su accionar heroico.

Como dice la canción que cantamos cada 24:

¡Vamos a vengar a los compas del PST!

¡Seguimos luchando por la revolución!