EL COMIENZO DE LA DEUDA-VIRUS

El 24 de marzo de 1976 se inició otra de las etapas más nefastas de la historia del capitalismo argentino: el terrible y brutal proceso de la Dictadura Militar, con sus tremendas consecuencias que perduran hasta estos días del 2020. Se afectó la industrialización nacional, el aniquilamiento de las organizaciones sociales, miles de desaparecidos, fuga de capitales, entrega de recursos al capital extranjero y el millonario enriquecimiento de grandes sectores cómplices como la oligarquía, la burguesía nacional y l capital extranjero,. todo a costa del sufrimiento de millones de trabajadores y el pueblo argentino.

Una de las herencias malditas que hoy seguimos pagando fue la estafa de la Deuda Externa. Al momento del golpe de Estado contra el gobierno peronista y patronal de María Estela Martínez de Perón, la Dictadura Militar de Videla, Massera y Agosti encuentra una Deuda Externa de U$S 7.800 millones. En 1983, luego de la  guerra de Malvinas los militares negocian con los políticos peronistas y radicales una transición ordenada y dejan una Deuda Externa de aproximadamente U$S 45.100 millones, luego de siete años de sucesivos negociados y expoliación al calor de los fusiles y la represión.

Los militares al servicio del capital y los especuladores

¿Pero cómo se llegó a esa cifra? La Dictadura, además de copar y controlar las instituciones del Estado puso en sus administraciones a nefastos personajes civiles colaboracionistas como Alfredo Martínez de Hoz. Tomaron préstamos para obras faraónicas como el Mundial de fútbol  de 1978 y para la compra de armamento y logística represiva por ejemplo, y lo más repulsivo económicamente para nuestro país: permitió enormes bicicletas financieras como las Leliqs y Lebac de hoy (bonos) a tasas usurarias y con fuga de capitales al exterior. Financieramente convenía más hacer un plazo fijo que mantener un emprendimiento productivo. Todo supervisado por el FMI  que apoyaba la Dictadura y le concedía créditos, fondos que así como entraban se iban al extranjero.

El proceso económico de los militares  endeudó hasta más no poder  a empresas estatales como YPF, llegando al colmo de los colmos  en 1982. El presidente  del Banco Central, Domingo Felipe Cavallo, que después fue Ministro de Economía  del peronista Carlos Menem de 1991 a 1996 y de Fernando de la Rúa en 2001, estatizó la deuda  de un sin fín de empresas  privadas nacionales y extranjeras. Numerosas  operaciones y autorizaciones caracterizadas como delictivas e investigadas luego de 1982 por el periodista y especialista en Deuda Pública, Alejandro Olmos, generándose un juicio que llegó a un fallo del juez Jorge Ballesteros que reconoció la ilegalidad del colosal endeudamiento con más de 467 ilícitos. Fallo que fue a dormir a los cajones de la Justicia burguesa a pesar de las consiguientes denuncias judiciales y políticas, lo que demostró en el fondo la complicidad de todos los actores políticos patronales al servicio del capitalismo ladrón y explotador.

La democracia burguesa paga la estafa de la Deuda

Entre la crisis del gobierno radical de Raúl Alfonsín con el plan Austral, que reconoció la estafa de la Deuda Externa y la llegada del peronista Carlos Menem, la Argentina renegocia en 1989su Deuda Externa del Plan Brady de Estados Unidos y el FMI, que llegaba a los U$S 63.000 millones pero con cuantiosos intereses impagables a través del tiempo. En 1995, a pesar de las privatizaciones del Gobierno peronista de Menem y el Plan Brady la Deuda Externa llegó a los U$S 90.472 millones.

Con el Gobierno de la Alianza liderado por Fernando de la Rúa, la Deuda Externa creció hasta los U$S 150.000 millones. A pesar del “Blindaje” en el 2000 por $38.000 millones del FMI y bancos privados del país. Y además el “Megacanje” de bonos muy promocionado por el FMI  en el 2001 y una dura política social, que hasta rebajó las jubilaciones un 13% para hacer frente a la enorme Deuda.

La crisis económica empujada por la Deuda Externa llegó a niveles insoportables para los trabajadores y el pueblo y llevó al estallido del Argentinazo en el 2001, obligando al Presidente provisorio Rodríguez Saa a decretar la moratoria unilateral de la Deuda Externa Argentina.

La Deuda dejó de pagarse hasta el 2005, cuando el gobierno de  Néstor Kirchner con su ministro Roberto Lavagna, implementa el operativo Canje de la Deuda con los fondos buitre y el FMI obteniendo una quita del 30%, pero compensaciones si el Producto Bruto Interno crecía más del 3% tentativamente. Los precios internacionales de los “commodities” como la soja beneficiaron este plan al principio que se culmina en el 2010 permitiendo mejorar el empleo y algunas inversiones. Pero al finalizar la gestión de Cristina Kirchner la Deuda Pública llegaba a los U$S 240.000 millones  siendo un 70% Externa, a pesar de la declaraciones de ser “Pagadores Seriales”, generando una colosal deuda “intra-estado” tomando fondos del ANSES, del Banco Central, y entidades del Estado para cancelar al FMI, al Banco Mundial, a Repsol YPF, etc.

Con el último Gobierno de Mauricio Macri  la Deuda Externa llegó a los U$S 320.000 millones, con programas especulativos y préstamos del FMI que solo sirvieron para la fuga de capitales y beneficios de bancos y especuladores., desembocando en altísima inflación, aumento del desempleo y enorme pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores y sus condiciones de vida.

De la Dictadua Militar al Gobierno de Fernández: más de lo mismo

Lo que se inició con la Dictadura Militar continúa ahora con una Deuda Pública Argentina que llega a los U$S 400.000 millones con el último préstamo del FMI. Una estafa jamás asumida por los gobiernos burgueses ni investigada oficialmente. La política económica argentina siempre fue dependiente del capital extranjero con la complicidad de los gobiernos de turno. Lo que iniciaron Videla y Martínez de Hoz en los ’70 continúa con la política de los Fernández actual. Una visible desesperación por negociar el pago de la estafa con la excusa de reinsertarnos en los mercados internacionales. Hasta mayo próximo Fernández dio la orden de pagar los U$S 7.500 millones que vencen para hacer buena letra ante los buitres.

Pero detrás todo un plan de austeridad, de ataque al salario y al empleo, a las jubilaciones y pensiones, de falta de inversión en la obra pública. Solo algunos parches para maquillar una gestión populista sin salida para el pueblo trabajador.

En su tumba, los dictadores del Golpe Militar del 1976 se deben estar regocijando por lo que ha llegado su gestión inicial y ahora lo ejecuta económicamente un Gobierno que supuestamente los critica. Los Fernández están ante una encrucijada: o dejan de pagar y disponen recursos para enfrentar al “corona virus” y al “dengue” o la crisis capitalista argentina empeorará a niveles impensados. Aquietarán las denuncias, movilizaciones y reclamos, pero un estallido en la lucha de clases será inevitable y deberán ejecutarlo los trabajadores y el pueblo o la miseria llegará a niveles insospechados.