Con total desparpajo Nicolás Dujovne se jactaba ante un selecto grupo de especuladores y empresarios que “jamás se hizo el ajuste fiscal de la magnitud que se hizo sin que el gobierno cayera”.
El exagerado optimismo del Ministro se apoya en el respaldo conseguido en el Congreso por gran parte de la “oposición” peronista, con el rionegrino Ángel Pichetto a la cabeza. Al igual que el 24 pasado, un gobierno en minoría y con un importante repudio popular, logró los votos necesarios de la “oposición seria” para aprobar el ajuste del FMI.
Como en otras oportunidades el Congreso Nacional demostró ser un “circo” donde Diputados y Senadores no tuvieron en cuenta la verdadera “voluntad popular” que dicen representar, que explota en las calles contra los despidos, contra la inflación y los bajos salarios, en la carnicería, la farmacia o el súper-mercado. Con discursos altisonantes a favor o en “contra del proyecto” oficial jugaron al “debate democrático” dejando pasar el ajuste contra esos trabajadores y sectores populares que ya no aguantan más.
Las conducciones sindicales acompañan…
La casi totalidad de los dirigentes sindicales se borraron de la lucha para enfrentar y derrotar este brutal ataque. La CGT en medio de su propia crisis convocó a regañadientes a paros nacionales aislados, sin continuidad buscando descomprimir la bronca por abajo. Como premio recibieron un decreto de “bono” de 5000 pesos pagaderos como los patrones puedan y en posibles cómodas cuotas.
En medio de una devastadora inflación que según diversos analistas superará el 40 o el 45% este bono, que además su monto podrá ser considerado “a cuenta” de futuros aumentos, no es ni una aspirina para semejante retroceso salarial.
Estos dirigentes, temerosos de poner en las calles con un Plan de lucha a millones de trabajadores, prefirieron reunirse con un verdadero “Ministro” controlador, el representante de Lagarde y el FMI en la Argentina Roberto Cardarelli, para decirle, palabras más o menos que la situación está complicada…Mientras el “decreto anti despidos” se estrena con los despidos en la metalúrgica METALUL de Quilmes sin ningún previo aviso.
Desde el sindicalismo “opositor” no estuvieron mucho mejor. Moyano, Yasky de la CTA, como los de la Corriente Federal o Pignanelli del SMATA han ido abandonando “planes de lucha” también aislados y esporádicos para adentrarse de lleno en el proyecto de “unidad” para el 2019. Por eso en estos últimos tiempos, abundaron los discursos contra el “ajuste y el FMI” y nada más.
El kirchnerismo y la más “amplia unidad”
Todos ellos están preocupados en la “amplia unidad” entre los que han apoyado al gobierno y los que han posado de “opositores”. La unidad entre los que discursean contra lo malo del presupuesto y los que afirman que “han votado todo lo que les han pedido”. Es la unidad con los gobernadores que han firmado el ajuste que implica el “Pacto Fiscal”. Es decir “la unidad entre el kirchnerismo, sectores del “peronismo serio”, dirigentes sindicales de todos los colores.
Por lo visto esa unidad apunta a que en el 2019 “haya un nuevo gobierno” y no para enfrentar ahora el ajuste que padecemos. Justamente, el centro del Presupuesto 2019 es el ajuste para garantizar el pago de la deuda con los acreedores y el FMI. No habrá “nuevo gobierno” si no hay ruptura con el FMI y suspensión del pago de esa odiosa deuda.
Y en esto hay una coherencia total entre unos y otros: ninguno llama a romper las ataduras con los buitres financieros. Nada de esto dijo Cristina Kirchner en su largo discurso de madrugada.
Organizar la resistencia a los ataques
A pesar de los grandes beneficios que vienen obteniendo los empresarios y los sectores más parasitarios como los bancos y financistas, todavía el gobierno no debería cantar victoria. Los empresarios quieren mucho más y no tienen todavía la total certeza que Macri lo pueda lograr. Lo que viene es hundir en la miseria a amplísimos sectores no solamente de los trabajadores sino también de la clase media. Las consecuencias del ajuste que viene se harán sentir, y mucho porque es brutal.
A contramano de lo que dice Dujovne los trabajadores darán su respuesta. Como ya lo vemos, están resistiendo aunque en soledad, en forma dispersa por la vergonzosa colaboración que la CGT le presta a Macri y a los empresarios. Pero no necesariamente seguirá siendo así. La historia reciente demuestra que los trabajadores y el pueblo son capaces de salir del aislamiento. De la organización por abajo y la coordinación y de la acción directa en las calles. De exigir y embretar a los dirigentes sindicales a parar y movilizar incluso contra su voluntad.
El llamado “sindicalismo combativo” independiente o el orientado por la izquierda tienen una enorme posibilidad de impulsar la más amplia unidad y poner toda su fuerza para derrotar al gobierno de Macri y su ajuste dictado por el FMI.
La tarea del momento es organizar la resistencia a los ataques y el ajuste. Rodear de solidaridad a los conflictos y luchas. A buscar la coordinación no solamente “por arriba” sino desde abajo, con asambleas y reuniones para que la base participe y decida. Un primer paso serán las movilizaciones contra el G20.