Por Sergio “Cali” Hernández – PSTU Neuquén
Las elecciones en Neuquén se desarrollaron en un contexto nacional de crisis del gobierno de Macri, lo que en principio le daba alguna chance a la alianza que digitó Parrilli (de la mano de Cristina Kirchner) con la fórmula Rioseco-Martínez.
Sin dudas esto le daba un “condimento” especial ya que el gobernador neuquino, Omar Gutierrez, fue un fiel seguidor de las políticas de ajuste que aplicó el gobierno nacional, como así también, el Sec. Gral. de petroleros privados de Neuquén y Río Negro, Guillermo Pereyra. El mismo que viajará a España y firmara la adenda que modifica el convenio de los trabajadores, para la explotación de Vaca Muerta.
Sin dudas el frente kirchnerista trató de nacionalizar la campaña diciendo que quien vota a Gutierrez vota a Macri. Esto que en un primer momento parecía darle posibilidades de ganar, con el correr de los días se fue desvaneciendo.
El intendente “pechi” Quiroga, quien llevaba el cartel de Cambiemos, tuvo la peor elección en mucho tiempo con un 15% de los votos, y queda muy debilitado para sostener el gobierno de la capital neuquina. Incluso el diputado Leandro López, quién es impulsado por el quiroguismo, llamó a votar al candidato del MPN.
En este marco el gobernador de la provincia giró su campaña, apelando a lo que viene haciendo hace mucho tiempo, buscó despegarse del presidente Macri, tomando como eje la defensa a ultranza de los intereses de “Vaca Muerta” para dejar sus utilidades en la provincia, con un slogan que decía “tenemos la mejor provincia”.
Los resultados electorales han sido favorables para el MPN, incluso con un porcentaje más alto que la última elección, sacando casi el 39% de los votos, contra el 25% del obtenido por la formula kirchnerista. Cambiemos entró en tercer lugar haciendo una pésima elección.
Página aparte nos deja en esta elección la participación de Jorge Sobisch, quien fuera el responsable del fusilamiento de nuestro compañero Carlos Fuentealba. Este asesino, que la sólo esta justicia patronal mantiene en libertad, obtuvo 3 bancas para la Democracia Cristiana con el 10% de los votos.
Esta dispersión de votos ponía en riesgo que el Frente de Izquierda sostuviera las dos bancas que ponía en juego. Es por esa situación que varios referentes nacionales del FIT vinieron a Neuquén entendiendo que era necesario fortalecer la campaña, ya que de eso depende la ubicación nacional del frente para las elecciones nacionales. El FIT obtuvo 3,83 de los votos y por el sistema D´HONT le permitió a Patricia Jure y al obrero de cerámica ZANON, “Chaplín” BLANC, ingresar a la Legislatura.