Nuevamente se pone en el centro de la escena mundial el genocidio perpetrado por el Estado Sionista de Israel contra el pueblo palestino. En Argentina, mientras tanto, estamos en una coyuntura electoral como todos sabemos. El domingo 8 se hizo el debate presidencial. Todos los candidatos patronales abrieron sus intervenciones solidarizándose con el estado de Israel. No nos extraña de Sergio Massa, de Unión por la Patria (UxP), ya que el gobierno de Juan Domingo Perón fue uno de los primeros en reconocer el Estado de Israel, tampoco nos sorprende de Patricia Bullrich y mucho menos de Javier Milei y su vocación de defensa de genocidios.
¿Pero y el FIT-U? La intervención fue la siguiente «nos duelen las víctimas civiles, que ocurren en un conflicto que tiene como base la política de Israel de ocupación y de apartheid contra el pueblo palestino». Cómo siempre que se lleva adelante un genocidio, el lado opresor trata de invisibilizar al oprimido.
En las últimas semanas Israel, con el apoyo de la burguesía mundial, cubrió sus bombardeos con un manto de victimización que viene tejiendo hace décadas. Uno creería que si realmente la del FIT-U es una voz revolucionaria frente a una tribuna de millones de personas aprovecharía para solidarizarse con el pueblo Palestino, que denunciaría las bombas de fósforo blanco que le caían en la cabeza a los explotados de la franja de Gaza, que llamaría a la clase obrera argentina a movilizarse y sumarse al movimiento “Boicot, Desinversiones y Sanciones (BDS).
En los días posteriores el FIT-U llevó adelante una denuncia de Fake news contra una calumnia de la prensa que habría sido avalada por Patricia Bullrich sobre Miryam Bregman, que se habría negado a hacer un minuto de silencio por las víctimas israelíes. El error principalmente radica en que si fuera verdad que se propuso hacer un minuto de silencio lo correcto era negarse rotundamente. Eso es lo que debió haber dicho Myriam Bregman ante las acusaciones de los medios. En una sesión en Diputados del 10 de octubre, Nicolás del Caño se manifestó de manera similar: “como dijo mi compañera Bregman, lamentamos y nos duelen profundamente las víctimas civiles del pasado sábado 28 en Israel, el ataque a las mujeres y a los jóvenes que estaban en una fiesta”. Cedieron a la presión de la prensa imperialista que ayudó a tejer ese manto de victimización usando los atentados de Hamas para tapar los bombardeos con fósforo blanco a Gaza, bombas que son prohibidas por la ONU, y el solo hecho de usarlas es un crimen de guerra. El sionismo aprovecha también la sensibilidad generada por el atentado a la AMIA para tachar de terrorista a cualquiera que se ponga del bando del pueblo palestino. Así ejerce su coerción.
Los palestinos tienen derecho a defenderse
El FIT-U al expresar su dolor por las víctimas israelíes termina condenando las acciones de Hamas, eso pone un signo igual entre lo que serían «dos bandos en conflictos» y no, lo que en realidad es, un genocidio, una guerra de exterminio por parte del Estado Sionista. Entonces, si son dos bandos en conflicto que causan las muertes de civiles: ¿a cuál habría que apoyar?. En su intervención no lo dijo claro, y cuando no se es claro apoyando al oprimido se fortalece al opresor. Las acciones de Hamas (organización con la cual no simpatizamos) realizó esas acciones de forma defensiva a los crímenes que venía cometiendo el sionismo en esa zona. ¿Podemos condenar la violencia del pueblo oprimido? Están muy por detrás de intelectuales de izquierda, como incluso el periodista Rodolfo Walsh que en 1974 le decía en una carta abierta a la embajada de Israel: «Dije allí que apruebo la violencia de los oprimidos que luchan contra sus opresores. Eso significa que el terrorismo que se inscribe en esa lucha es (más allá del juicio particular sobre cada acción) tan legítimo en el caso de los palestinos como en el caso de la resistencia francesa». Desde el PSTU afirmamos todo el apoyo y solidaridad al pueblo Palestino. No condenamos el accionar de Hamas ya que al hacerlo estaríamos negando el derecho del pueblo palestino a defenderse de un genocidio. Decimos claramente que un candidato nuestro se hubiera opuesto a hacer ese minuto de silencio en caso de haberse propuesto. También sabemos que en el Estado de Israel más allá de cualquier excepción, es un Estado de colonos que viven sobre la base del robo de tierras y el asesinato contra el pueblo Palestino, por lo cual no nos duelen sus caídos. No podrían dolernos los caídos de un bando genocida, nuestro dolor está colmado de palestinos que nacen para ser atacados y perseguidos por un Estado racista de apartheid. Reafirmamos nuestra lucha por la destrucción del estado fascista de Israel y por una Palestina laica, democrática y no racista con su capital en Jerusalén, del río Jordan al Mar Mediterráneo