Millones rechazaron a quienes gobernaron el país, pero el FIT-U no logró postularse como alternativa.
La equivocada decisión de enfrentarse en las PASO tuvo consecuencias. Mientras Javier Milei atacaba a todo el régimen político y desplegaba su propuesta de ultraderecha, los partidos del FIT-U tuvieron que explicar su división.
Ganaron Bregman-Del Caño por amplio margen, pero eso solo importa a la propia izquierda.
Eso, sin embargo, no es más que la superficie del problema.
El problema es el proceso de “domesticación” de la izquierda que se dice revolucionaria.
Su programa, correcto formalmente, de independencia de clase (razón por el cual votamos al FIT-U), no está respaldado en las candidaturas ni en su acción. Figuras que vienen del movimiento obrero estuvieron directamente ausentes, como Alejandro Crespo del SUTNA. Alejandro Vilca, dirigente del PTS, que pudo expresar la lucha jujeña, fue bajado de su candidatura nacional.
Los candidatos no salieron del terreno de propuestas licuadas (“levante la izquierda”… “la izquierda que se planta”) expresadas como tareas para diputados, y no como organizaciones que se postulan para tomar el poder a través de una revolución, de un violento enfrentamiento al Estado capitalista y su represión.
Incluso en términos de debate, la farsa de Milei acusando de “socialista” a todo el mundo, y defendiendo la propiedad privada patronal, no tuvo una respuesta a la altura, diciendo que los únicos socialistas de verdad son quienes buscan una revolución, para expropiar a toda la propiedad privada capitalista.
No es nuevo. Es el curso general del FIT-U a partir de un ordenamiento de su actividad electoral (y no solo) a partir del objetivo de ganar “más diputados de izquierda”. Es un debate que debemos hacer fraternalmente. El PSTU, con todas sus fuerzas, interviene en estas elecciones, y llama a votar al FIT-U porque no votamos patrones y el FIT-U no los tiene. Pero lo hace con su propio programa: Argentina necesita una Revolución Obrera y Socialista, para romper con este sistema y expropiar a quienes nos hambrean y explotan.
Una mirada sobre el resultado electoral
Ver nota más amplia en: https://pstu.com.ar/primera-mirada-sobre-el-resultado-electoral/
El triunfo de Javier Milei (30%) y la abstención y voto en blanco (31% y 5% respectivamente) son el dato central de las PASO.
Se rompió el “bifrentismo” (la “grieta”). Ganó el rechazo a los principales responsables de la tragedia: el macrismo y el peronismo-kirchnerismo.
El voto fue a la derecha
Esa bronca se canalizó hacia la ultraderecha liberal y la candidata más a la derecha en JxC (Patricia Bullrich).
Milei logró identificarse con la bronca generalizada. Sonó creíble para millones. Muchos de sus votos provienen de barriadas populares del conurbano[1]. Ganó en provincias tradicionalmente peronistas (Tucumán, las de la Patagonia).
El peronismo perdió millones de votos. Una parte, como en el 2021, se abstuvo. Otra fue para Milei.
Los candidatos no escondieron su programa antiobrero. ¿Cómo lo lograrán? Lo dijeron: reprimiendo, acabando con los piquetes y toda forma de resistencia, persiguiendo a los sindicatos, encarcelando como en Jujuy, matando como a Facundo Molares en el Obelisco.
La ruptura con los políticos tradicionales y el crecimiento de la derecha es un fenómeno mundial. Es el agotamiento de la democracia capitalista para mejorar la vida de la gente. Trump, Le Pen, Miloni, Bolsonaro son resultado de esa ruptura.
¿Y la izquierda?
No logró canalizar nada de este rechazo. Su votación retrocedió. Sus candidatos y el perfil que presentan son vistos por los trabajadores y el pueblo como más de lo mismo.
La rebeldía y el rechazo al régimen político fueron para otro lado. No es poca cosa que Milei se haya apropiado -cambiando su contenido- de la consigna “que se vayan todos”.
Primeras conclusiones
Falta ver qué pasa en las definitivas. Esto tonificará a la derecha, y todos intentarán avanzar en las reformas exigidas por el Fondo Monetario Internacional. Ya se reunieron con el FMI para jurar lealtad.
Massa, por su parte, comenzó a aplicar parte del programa de Milei, continuando y profundizando la devaluación que devora nuestros salarios y las amenazas a los sindicatos.
Un sector del empresariado comparte el programa de Milei, pero se preocupa por la reacción popular que puede provocar. Otro sector, no está de acuerdo con algunas definiciones, como terminar con la obra pública, o negarse a comerciar con China.
El desarrollo de la situación dependerá de la capacidad de la clase obrera y el pueblo para enfrentar la guerra que el capitalismo nos ha declarado.
[1] En el tercer cordón fue segundo, con resultados del 25 al 27%: https://www.lanacion.com.ar/politica/paso-2023-el-mapa-de-resultados-de-las-elecciones-a-presidente-en-todo-el-pais-nid13082023/#/presidente).