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El Frente Único Obrero, el FIT y la lucha contra el ajuste

El acto del 5 de junio en Ferro, de lanzamiento de las candidaturas de Altamira-Giordano y Pitrola-Sobrero para las PASO, fue la ocasión para que se expresaran propuestas y posiciones políticas. Queremos detenernos en la propuesta que ha lanzado el Partido Obrero en torno al Frente Único, que según el discurso del compañero Altamira sería la “estrategia” del FIT. Aclaremos que la táctica del frente único obrero significa una organización común de distintos sectores de trabajadores con una dirección, un programa de reivindicaciones y organismos de base comunes, para defenderse de los ataques patronales. Un sindicato o una central obrera son considerados organismos de frente único obrero. Pero como política, esta táctica defensiva fue propuesta por primera vez en 1921 por la III Internacional. Fue muy polémica dentro de las filas revolucionarias porque, para enfrentar un brutal ataque capitalista, se llamaba a formar un “frente único” a las direcciones burocráticas, contrarrevolucionarias, de la II Internacional Socialdemócrata. La III Internacional la definió como una táctica circunstancial, que debe ser aplicada en momentos especiales. Sin embargo hay corrientes como el lambertismo1, que la manejaron como una estrategia permanente. El PO podría estar cayendo en el mismo error. La aplicación hoy en la Argentina, de la táctica de frente único obrero con el sentido que le dio la III Internacional en 1921, implicaría que los revolucionarios llamáramos a las CGT de Caló, Moyano y Barrionuevo y las CTA de Yasky y Micheli a un frente común contra el ajuste. Aunque esta táctica puede tener una aplicación más limitada, por ejemplo, si la dirigimos sólo a los que están de acuerdo en enfrentar el ajuste.
No tenemos dudas de que miles de luchadores obreros, coincidirán con Altamira y el PO en que: “Los aceiteros, ¿cómo hubieran podido ganar la huelga si no hubieran actuado en un frente único más allá de ser ateos o creyentes, de izquierda o no de izquierda”. Y probablemente también coincidirán con el discurso de Altamira cuando contrapone la necesidad de la “unidad en la acción contra la clase capitalista” y la “democracia obrera para la lucha”, con el “faccionalismo” que atribuye al Partido de los Trabajadores por el Socialismo (PTS) que, según el compañero Altamira, centra su política en “la lucha divisionista, el ataque constante a militantes obreros”.
Desde el PSTU, coincidimos en la necesidad de la unidad para luchar contra la explotación capitalista y rechazamos el “faccionalismo”, el “divisionismo” en las filas obreras. Pero debemos agregar que, lamentablemente, ni siquiera se ha logrado hasta ahora el frente único obrero de los sectores combativos, en gran medida porque los tres partidos que encabezan el FIT han impulsado sus propios plenarios y no un gran encuentro de todos los que quieren combatir al ajuste.

Los objetivos del FIT en las elecciones van más allá del Frente Único Obrero

En su discurso Altamira aseguró que: “El Frente de Izquierda […] le ha dado una traducción revolucionaria al ascenso de la izquierda donde otros le han dado una traducción reformista a ese ascenso, a esa respuesta a la crisis. […] ¿Cuál es el eje de esta estrategia? Es el frente único de los explotados. […] ¿Cuál es esa tarea? La unidad de la clase obrera y de los trabajadores contra los explotadores y contra el imperialismo. Nuestra singularidad es que queremos que el proletariado […] desenvuelva un programa para acabar con la explotación del hombre por el hombre y para terminar con el sojuzgamiento del imperialismo sobre naciones como Argentina y el conjunto de América Latina”. Aquí vemos una contradicción. Porque en una parte de su discurso reivindica como frente único lo que hicieron los aceiteros, sin distinción de religión o postura política (con lo que acordamos). Y después plantea que el FIT con la “estrategia” del Frente Único propone acabar con la explotación y el imperialismo. Tenemos total coincidencia con el llamado a terminar con la explotación del hombre por el hombre y con el sojuzgamiento de Argentina y América Latina por el imperialismo. Pero estos últimos son objetivos que superan claramente los límites del frente único. Esos objetivos expresan que el FIT es un frente electoral de organizaciones de izquierda con un programa anticapitalista, antiimperialista, de independencia de clase que reivindica que los trabajadores tomen el poder. Proponer esa base para el frente único obrero es un claro error sectario: Es como si los dirigentes aceiteros le exigieran a todo trabajador para participar del frente único por el aumento en las paritarias que también esté de acuerdo en la lucha por el socialismo y la derrota del imperialismo.

El frente único obrero y la toma del poder

Altamira reafirma su visión, para nosotros equivocada, del Frente Único, cuando dice: “El gobierno de los trabajadores es el frente único de los explotados que toma el poder para desarrollar sus objetivos históricos. […] ¿O acaso los consejos obreros que florecieron en la Revolución Rusa no eran la expresión del frente único de la clase obrera? Y si algunos partidos lideraron ese frente único, fue porque supieron desarrollar ese frente único, mientras que otros partidos,por reformistas o conciliadores, dividieron a la clase obrera para aliarla con la clase capitalista”. Con todo respeto, creemos que el Partido Obrero y su dirigente se equivocan en esa definición. Una vez más, el frente único es una táctica (no una estrategia) defensiva muy útil para unir a todos los que están dispuestos a enfrentar los ataques de las patronales bajo el capitalismo. En cambio, la lucha por el poder no es defensiva, sino la más ofensiva de todas. Y para imponer el gobierno de los trabajadores y el pueblo lo que se necesita es la unidad de todos los que están dispuestos a tomar el poder. Lo que se necesita es un frente muy distinto, un frente ofensivo de los que están dispuestos a hacer la revolución. Por ejemplo, en la Revolución Rusa surgieron los soviets o consejos obreros, que eran organizaciones o frentes donde estaban representantes de todas las fracciones obreras, campesinas, de los soldados rebelados contra la guerra, de todos los sectores populares y todas las tendencias políticas. En los soviets tuvieron mayoría durante muchos meses los “mencheviques”, que formaron un gobierno en unidad con representantes de los patrones.
Pero dentro de los soviets, los bolcheviques de Lenín y Trotsky aplicaron otra táctica frentista: se unieron en un frente con una fracción de un partido campesino, los Socialistas Revolucionarios (SR) de Izquierda, que estaban de acuerdo en romper con los capitalistas y en tomar el poder. Y se enfrentaron con los mencheviques.
Los soviets, que son organismos de frente único obrero, fueron la base del nuevo estado. Pero para tomar el poder
los bolcheviques no aplicaron la táctica del frente único. Al revés de lo que afirma el compañero Altamira, los bolcheviques no “extendieron el frente único” con los mencheviques y demás corrientes opuestas al enfrentamiento con la burguesía, sino que lo rompieron para tomar el poder. Para conquistar el gobierno de los trabajadores y el pueblo hay sólo dos herramientas estratégicas permanentes: el desarrollo de la movilización de los trabajadores y el pueblo y la construcción del partido revolucionario. Todo lo demás, incluyendo el frente único obrero, son tácticas que utilizamos de acuerdo al momento y la situación.
Sí queremos subrayar una vez más nuestro acuerdo en que la táctica de frente único obrero con democracia obrera es una gran herramienta para unir a todos los que hoy estén dispuestos a enfrentar el ajuste capitalista en la Argentina y en todo el mundo.

Notas (1) Corriente trotskista dirigida por Pierre Lambert, que tuvo un importante peso en Europa en la década del 70, especialmente en Francia.