“Patria o Buitres”, dice la consigna levantada por el Gobierno y muchas de las agrupaciones que le son afines. El discurso del Gobierno intentando mostrarse como defensor de nuestra soberanía incluso le ha permitido un pequeño repunte en las encuestas a la alicaída imagen de Cristina. Muchos compañeros tal vez se pregunten: ¿Es que acaso ahora el mismo Gobierno que se declaraba “pagador serial” de la deuda resiste a los buitres? ¿Es que algunos buitres usureros son malos y otros no tanto? ¿Para enfrentar a los buitres y defender nuestra soberanía hay que apoyar a Cristina?
Lamentablemente solo se trata de un nuevo intento de engaño del Gobierno con su doble discurso. Es la vieja y conocida receta de hablar con discurso de izquierda mientras lleva adelante una entrega bien de derecha. Así sucedió con la “nacionalización” de YPF: discurso de independencia que termina con pago millonario a Repsol y nueva entrega de nuestros recursos petroleros a Chevron.
Mientras tanto la oposición patronal en todas sus variantes solo ofrece como alternativa ser tanto o más pagadores y entregadores que el propio gobierno. La única salida para los trabajadores y el pueblo pobre es romper con el pago de la deuda fraudulenta a costa de nuestra miseria, y luchar por una salida obrera y popular.
Soberana entrega
Más allá de los discursos, lo cierto es que el Gobierno viene protagonizando un nuevo capítulo de sumisión frente a los usureros de la deuda. Con la excusa de que hay buitres buenos y buitres malos, el gobierno pretende levantar un discurso de enfrentamiento a los “buitres malos”, el 7% que no entró en la restructuración de deuda que hizo Néstor. Primer problema, resulta que si estos son los malos… ¿el FMI y el Club de París, al que el Gobierno K le pagó éste año 642 millones de dólares y cerró compromiso para pagar otros 10.000 millones en los próximos 5 años, serían los buenos? El discurso del Gobierno es un enredo de mentiras para ocultar la verdad: mientras avanza el ajuste, los despidos y la inflación para el pueblo, avanza la entrega, el saqueo y el enriquecimiento para los empresarios y los buitres.
Hoy, el Gobierno, en su supuesto enfrentamiento con Griesa anuncia con bombos y platillos la solución al problema de los especuladores y buitres: la Ley de Pago Soberano. Sí, leyó bien, de PAGO Soberano. Coherente con los dichos de Cristina de “somos pagadores seriales”, la nueva ley cambiaría el lugar de pago, del actual Banco de Nueva York (puesto por Néstor) al Fideicomiso Nación, en Argentina, para seguir pagando. A dichos del propio Kicillof: “El 7,6 [los holdouts] pueden venir y cambiar esos bonos y si lo hacen va a conseguir un 300 por ciento de ganancias. ¿Es poco para el señor Paul Singer? Sí, porque es buitre, pero le vamos a pagar” (Argentina en Default, La Nación, miércoles 20 de agosto de 2014). Así el Gobierno de un solo golpe reconoce que le está ofreciendo la opción de ganar un 300% a los buitres de la deuda, y que a pesar de ser “buitres malos” les va a pagar.
La Ley K de pago soberano
El proyecto de ley tiene dos capítulos bien diferenciados. El capítulo 2, escrito para asegurarle al 93% (que entró en la reestructuración de Néstor) que seguirá cobrando los pagos de la deuda, plantea que ya no se le va a pagar a los acreedores en el Banco de Nueva York, por “su pública y notoria incapacidad de actuar” y plantea que pasará a pagarse la deuda ya sea en un fondo especial del Banco Nación (Fideicomiso Nación) o en donde los propios acreedores lo soliciten, ya sea de forma individual o colectiva. Lo que abre la puerta nuevamente a que soliciten cobrar en cualquier otro lugar. Queda así tirado por tierra el supuesto argumento del Gobierno de defensa de la soberanía pagando en Argentina.
El otro capítulo importante es el 3°, dónde se refiere al otro 7% que no entró, los famosos “buitres malos”. Aclara de manera redundante, como para que no haya dudas, que se les va a pagar en un fondo de Nación Fideicomisos “en virtud de la buena fe de la Nación Argentina, y de su voluntad y capacidad de pago en condiciones equitativas para todos sus acreedores”. Una vez más, no hay nada de enfrentamiento con los “buitres” ni nada que se le parezca. Todo lo contrario, un nuevo compromiso de pago. El mensaje es “les vamos a pagar a todos, déjennos salir del banco de Nueva York, así Griesa no puede impedir que paguemos, y sigamos pagando”.
La Presidenta va mas allá, en su discurso ante la Bolsa de Comercio, relata el artículo 2 del proyecto de ley y nos dice que incluye el compromiso de pago bajo las siguientes palabras: ”…Pacta Sunt Servanta: Debemos ser esclavos y ciervos de nuestros propios contratos”(www.presidencia.gov.ar Anuncio del proyecto de ley de pago soberano local de la deuda externa: Palabras de la Presidenta de la Nación). Así el Gobierno demuestra sus verdaderos intereses, eludir la restricción de Griesa y comprometer a la oposición patronal para que la acompañen en cumplir con el pago de hasta el último centavo a todos los acreedores, incluídos los buitres. En cuanto a los trabajadores también es clara, quedamos convertidos en ciervos y esclavos de los contratos de los gobiernos corruptos locales, las empresas, las multinacionales y los bancos del imperialismo.
La deuda era una bola de nieve… ahora es una avalancha
El Ministro de Economía hizo alarde de la política del Kirchnerismo de pagar y pagar con el sudor del pueblo a todos los bancos y especuladores imperialistas. Argumenta irónicamente que “La deuda era una bola de nieve, la derretimos y ahora se convirtió en una bolita”. No sabemos qué realidad está viendo el Ministro, lo que sí sabemos son los números que el propio Gobierno hace públicos año a año, que indican que de una bola de nieve pasamos a una avalancha incontrolable de endeudamiento.
En el 2003, debíamos 140.000 millones de dólares (con el dólar a 3 a 1 en promedio, www.freecurrencyrates.com). Durante el gobierno de los Kirchner (2003-2014) hemos pagado más de 140.000 millones de dólares en concepto de deuda. Aún así, hoy debemos 223.000 millones de dólares (con el dólar oficial a 8,15). Si pesificáramos la deuda los números son abrumadores, gracias a la devaluación de nuestra moneda la deuda crece aún más ante el dólar. Contando los pagos al Club de París, la indemnización a Repsol y los compromisos de deuda ya tomados, la deuda asciende a 250.000 millones (sin contar la deuda de las provincias, allí estaríamos en 320.000 millones). Así, cuanto más pagamos, más debemos, principalmente porque los pagos muchas veces se hacen con nuevos préstamos y sólo cubren los intereses.
La deuda, investigada por Alejandro Olmos y sentenciada por el Juez argentino Ballesteros como “ilegal, inmoral, ilegítima y fraudulenta”, pegó un salto de 7.000 millones a 48.000 millones durante la dictadura. De eso, el 40% fue a fuga de capitales, el 30% a compra de armas y el 30% restante a intereses de la deuda, según el propio Banco Mundial, el pueblo no vió un peso. Esa es la deuda que Alfonsín, Menem, De la Rúa, Duhalde y ahora los Kirchner quieren convencernos de pagar.
El lado más siniestro de la deuda, es quizás que como condición para seguir endeudándose, los sucesivos gobiernos aceptaron las políticas económicas, educativas, en salud, y militares, dictadas por el Banco Mundial y el FMI, las cuáles, a pesar de los discursos hoy siguen vigentes. La flexibilización laboral, implementada con todo en los ‘90 y aún vigente, permite la tercerización laboral, los despidos sin indemnización en “períodos de prueba”, avala el 35% de empleo en negro y todo tipos de abusos por parte de las empresas sobre sus trabajadores. Es una receta del propio Banco Mundial, incluída en su estudio anual de “países rentables para invertir” (Doing Business) y en el cuál ponen en ranking a 186 países, en criollo: dónde se puede explotar más y mejor a los trabajadores. Argentina ocupa un lugar en la mitad del ránking.
Por eso, la deuda ilegítima, fraudulenta, ilegal e inmoral, no sólo ha crecido en miles de millones con la receta de “pagar y pagar”, sino que nos tiene sometidos con leyes y políticas imperialistas que el gobierno de Cristina mantiene y profundiza. Esa es la avalancha que el Gobierno quiere esconder.
Un plan obrero contra el pago y el ajuste
Desde el PSTU, en la verdadera izquierda, la que construye su programa con las necesidades de los trabajadores, pensando en los problemas y necesidades que tenemos los docentes, obreros y estudiantes hoy y en el futuro, planteamos otro plan. Un plan al servicio de los trabajadores.
– No al pago de la deuda: Ni un peso a la deuda ilegítima y fraudulenta. Usar esos millones para trabajo salud y educación. 2 de cada 3 empresas en Argentina son multinacionales extranjeras, si nos embargan o amenazan con medidas financieras, expropiación de las industrias buitre. Pongámosle fin a décadas de dependencia y sometimiento, no es nuestra deuda, la deuda real es con el pueblo.
– No a los despidos y suspensiones: Estatización sin pago y bajo control de sus trabajadores de toda empresa que despida.
– Economía al servicio del pueblo: Estatización y nacionalización de la banca, el comercio exterior y la producción. Los trabajadores generamos las riquezas y los banqueros, empresarios y el imperialismo se las llevan. Recuperemos todas las industrias privatizadas y pongámoslas al servicio del pueblo, estatizadas y bajo control de sus trabajadores.
– Contra la inflación y el ajuste al bolsillo: Cláusula gatillo, aumento del salario igual a la inflación. No al impuesto al salario. Fin al empleo en negro y precarizado. Fin al fraude laboral y la tercerización. 82% móvil para nuestros jubilados.
– Contra la criminalización de las luchas: Pleno derecho de huelga y movilización. No a la represión de manifestaciones populares. Desprocesamiento de los más de 7000 luchadores sociales.
– Educación al servicio de los trabajadores: Fin al subsidio a las escuelas y universidades privadas. Fin al subsidio a la Iglesia. Presupuesto para educación pública, salarios e infraestructura. Abajo las leyes educativas, privatistas, precarizadoras y mercantilistas continuadoras de las políticas de los ‘90. Educación gratuita, laica, de calidad, científica y al servicio del pueblo trabajador.
– Fin al saqueo de nuestros recursos: Control estatal bajo sus trabajadores de toda la industria hidrocarburífera y minera. Fuera las empresas saqueadoras que destruyen nuestro suelo y se llevan las ganancias.
Para llevar adelante este programa de salida obrera a la crisis, es necesario que la movilización imponga cada uno de sus ejes. Como pueblo ya hemos librado una batalla histórica que desencadenó la liberación del yugo colonialista en medio continente con nuestra primer independencia de España y contra las invasiones inglesas. Hoy estamos llamados a redoblar la batalla y cortar las cadenas de sumisión que nos atan a Estados Unidos, el Banco Mundial, el FMI y el imperialismo. El gran cambio es que hoy no puede liberarnos un abogado o un militar, quienes estamos llamados a ser los protagonistas somos los propios trabajadores. Los que generamos las riquezas que nos saquean y expolian. Los que movemos la maquinaria que hace andar la industria y al país. Somos nosotros quienes tenemos que organizarnos, exigir a nuestras direcciones en los sindicatos e impulsar una movilización que enfrente al imperialismo y a sus gobiernos lacayos que nos ajustan con despidos, inflación y represión para seguir pagando una deuda ilegítima y fraudulenta.
¿Después de ti la pared?
La Presidenta, dice que no hay nada a la izquierda del Kirchnerismo. Si tomamos como referencia a Massa, Binner, De La Sota o Macri, la verdad es que los que critican al Gobierno lo hacen por no ir “a fondo” con la entrega. La única diferencia real entre el Gobierno y la oposición es de discurso, en los hechos todos avalan el pago de la deuda, el plan de ajuste con despidos y suspensiones, la represión a los trabajadores, el desfinanciamiento de la educación pública y la extranjerización de la economía en manos de multinacionales. Todos quieren pagar con la plata del pueblo, sus peleas y discusiones son para ver quién es el mejor pagador.
Macri
“El PRO no va a aplaudir otro default”.
“No cumplir con los compromisos no es bueno.”
Massa
“Necesitamos un mecanismo que permita la protección respecto de los pagos de los tenedores de bonos que confiaron en la país.”
De La Sota
“Creo que Argentina ha dado muestras de que paga, entonces a los que quieran cobrar no les va a interesar cuál es el lugar de pago.”
Binner
“El Congreso tiene que tomar parte de este tema y no solamente tiene que ser una decisión de un ministro, tenemos que ver de qué manera salimos de esto buscando términos factibles para que el gobierno pueda salir adelante y que podamos honrar nuestras deudas”, al tiempo que dijo creer “en una salida negociada, pero hay que usar otro camino, no acusarlo a Griesa de Buitre.”
Carrió
“Lo que está planteando Cristina es una guerra y yo ahí no quiero entrar. La Argentina necesita la paz y no la guerra”. “Nadie ayudó más que Estados Unidos y el gobierno de (Barack) Obama para destrabar esta cuestión.”
Como dicen ellos mismos, con leves matices,
todos coinciden en seguir pagando la deuda.
El Frente de Izquierda tiene una responsabilidad
El Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT), con el PO y PTS a la cabeza tiene una responsabilidad ineludible. La situación nacional le abre a la izquierda una gran oportunidad que quedó evidente con el más de un millón de votos que sacó el FIT en las elecciones. El fenómeno de simpatía y expectativa en la izquierda crece en las luchas obreras y populares y su respuesta es cada vez más una necesidad. No alcanza con declaraciones de diputados, con volantes y afiches contra el pago. La tarea que está planteada, que necesitan los trabajadores para enfrentar esta nueva entrega, es impulsar una movilización unitaria por el no pago de la deuda.
En este sentido es urgente que el FIT se ponga al frente de la conformación de un frente por el no pago, que impulse una campaña nacional de difusión sobre el origen y la estafa de la deuda. Que convoque asambleas, reuniones de comisiones internas, de los SUTEBAS recuperados, centros de estudiantes y federaciones para exigir a las CGT y CTA que rompan el pacto de entrega y ajuste y convoquen a un plan de lucha. Las jornadas de movilización y paro del 27 y 28 deberían tener a la izquierda levantando el no pago de la deuda como uno de los ejes programáticos. A su vez poner en pie una movilización y plan de lucha contra el pago de la deuda desde el propio FIT, llamando a todo el que acuerde con ese programa a que sea parte, sin sectarismos ni autoproclamaciones.
Esas son las propuestas que venimos planteando desde el PSTU como parte del FIT y aún no han sido respondidos. Con nuestras humildes fuerzas nos ponemos a disposición de esa tarea y predispuestos a trabajar en común con las demás fuerzas de izquierda. Estos son los momentos históricos donde la izquierda está a prueba, es momento de que quienes están al frente del FIT se pongan al frente de la lucha por el no pago.