El kirchnerismo nos deja un país más sometido al imperialismo

En sus interminable discursos por cadena nacional Cristina nos pinta un país maravilloso para el pueblo y en el que supuestamente sólo se quejan los ricos y poderosos. La realidad de todos los días nos dice la verdad: hay cada vez más desocupación, la inflación se devora los salarios, faltan viviendas, las escuelas y hospitales públicos se caen a pedazos, siguen los cortes de luz.Detrás de esta realidad de todos los días está el hecho de que en sus trece años en el poder el kirchnerismo mantuvo el sometimiento del país al saqueo imperialista, de los fondos buitres, los banqueros y las multinacionales. La deuda externa trepó, de los US$ 140.000 millones que contabilizaba el Gobierno luego de los canjes de 2005 y 2010, a más de 300.000 millones de dólares ahora, con vencimientos de capital e intereses impagables de decenas de miles de millones de dólares.
La mayor riqueza del país, la del campo, sigue controlada por las grandes multinacionales que dominan la producción y la exportación de soja y grano. Empresas e inversores imperialistas son propietarios de las mejores tierras del país en una superficie equivalente a la de la provincia de Buenos Aires.
La “nacionalización” del 51% de YPF, sigue dejando el 70% del petróleo y el gas en manos de las grandes petroleras privadas.
El Gobierno renacionaliza la administración de los ferrocarriles, pero deja intacto el sistema de transporte dominado por el negocio privado de los camiones y colectivos.
La gran industria, en particular la automotriz y electrónica, está en manos de grandes multinacionales y sus socios locales.
Los acuerdos con Rusia y China, lejos de modificar esta situación a favor de los trabajadores y el pueblo, acentúan la entrega. Por tomar un ejemplo, la compra de vagones y locomotoras a China lleva a la liquidación de lo que quedaba de la industria nacional ferroviaria, en otros tiempos en manos de Fabricaciones Militares o la propia empresa de ferrocarriles.
Mientras se mantuvieron altos los precios de la soja y entraban muchos dólares al país por las exportaciones, el Gobierno contó con fondos para repartir en subsidios, que fueron en gran parte a sostener las ganancias de las empresas, pero también derramaron sobre sectores marginales o con trabajos precarios para aliviar un poco la miseria. Ahora que la crisis mundial entra a toda América Latina y la Argentina por la vía de la caída de los precios de las materias primas en el mercado mundial, el Gobierno recorta los subsidios, achica aún más el presupuesto de educación y salud y los trabajadores y el pueblo sufrimos el ajuste, que sirve para que los banqueros y multinacionales sigan ganando y para seguir pagando la estafa de la deuda.
Y por ello millones de trabajadores, de jóvenes, de mujeres y hombres del pueblo, pierden sus expectativas en Cristina y su gobierno. El kirchnerismo se debilita visiblemente.

Los tiburones al acecho

Las potencias como EE.UU. y Gran Bretaña, los banqueros, las multinacionales, todos ven la creciente debilidad del gobierno  de Cristina y la actitud entreguista de los principales candidatos presidenciales que, sin excepciones -Scioli, Macri, Massa por igual-, prometen pagar hasta el último centavo que reclaman los acreedores y en particular los fondos buitres, aceptando mansamente todas las imposiciones imperialistas.
Frente a ello los tiburones se han lanzado a arrancar a dentelladas todo lo que puedan de la Argentina. Los diarios están llenos de denuncias de que cinco empresas multinacionales se han dedicado a explorar yacimientos petroleros en torno a las Malvinas, en plena plataforma submarina argentina. El Gobierno les inicia juicio penal en la Argentina, lo que no les hace ni cosquillas a esas empresas.
Viendo que Cristina acordó un pago multimillonario a los piratas españoles por la expropiación de YPF y acordó pagar la supuesta deuda con el Club de París (ver recuadro), la compañía francesa Suez que fue concesionaria de Aguas Argentinas (actual Aysa) y que controlaba el agua de la Capital, ahora reclama también una indemnización de U$S 400 millones.
El Banco Citi, hasta hace pocos días el agente de pago de la deuda argentina a los acreedores en Nueva York, se lavó las manos del asunto a través de un acuerdo con los fondos buitres que ganaron el juicio con el juez Griesa. El Gobierno responde quitándole la autorización legal para actuar en la Argentina al principal ejecutivo (CEO) del Citi, pero permite que el banco siga actuando en el país.
Cristina alardeó en la Cumbre de las Américas, en Panamá, de que sus acuerdos económicos con Rusia y China son una muestra de independencia frente a las grandes potencias. Pero, tal como lo señalamos, los hechos dicen que esos acuerdos significan más entrega de los recursos naturales y la industria del país a empresas rusas y chinas que tienen entre sus accionistas (dueños) a muchos grandes inversores yanquis y europeos.
Por algo Cristina abandonó la campaña mentirosa de la Segunda Independencia. Su política es de un ajuste cada vez más duro contra los trabajadores y el pueblo -con rebaja salarial, despidos y suspensiones, reducción del presupuesto de salud y educación- para seguir pagando la deuda y sosteniendo las ganancias de los banqueros y las multinacionales. Todos los partidos opositores de la burguesía, los capitalistas argentinos y las distintas alas de la burocracia sindical la sostienen con un verdadero pacto de entrega, ajuste y represión contra el que proteste.

Expropiar a los saqueadores

El camino para salvar al pueblo argentino de un nuevo desastre como el de la crisis de hace quince años, frente al creciente saqueo de nuestras riquezas naturales, el control de las palancas fundamentales de la economía por los banqueros y multinacionales, y la estafa de la deuda externa, es retomar el camino de la Independencia que nos enseñaron los patriotas de hace dos siglos.
Es la izquierda, apoyada en la clase obrera y el pueblo, la que tiene que tomar en sus manos y levantar bien alto la bandera de la Segunda Independencia. La expropiación de los saqueadores, estatizando bajo control obrero los recursos naturales, la banca, el comercio exterior y la gran industria, es el camino para liberarnos del imperialismo.
Todo ello con la perspectiva de imponer un gobierno de las organizaciones obreras y populares que ponga los recursos del país al servicio de las necesidades de los trabajadores y el pueblo.


 

¿Cuánto es la deuda y cuánto vence en 2016?

Los datos que da el Gobierno sobre el monto total de la fraudulenta deuda externa y los vencimientos anuales son deliberadamente confusos. En distintas declaraciones de Cristina y documentos del Gobierno se ha dicho que la renegociación de 2005-2010 dejó la deuda del estado central en 140.000 millones de dólares. Luego la presidenta afirmó que el kirchnerismo en sus 12 años de gobierno había pagado más de 190.000 millones. Y las cuentas oficiales actuales indican que entre el Estado central y las provincias habría una deuda que supera largamente los 300.000 millones de dólares.
Al mismo tiempo, el Gobierno asegura que todos los vencimientos de capital e intereses de este año y los próximo estarían cubiertos a través de distintas negociaciones y refinanciaciones.
El diario La Nación, que ha sido siempre vocero de los sectores empresarios que reclaman el pago completo de lo que piden todos los acreedores, incluidos los fondos buitres que ganaron el juicio con el juez Griesa, publicó recientemente un resumen de lo que serían los vencimientos de capital e intereses de la deuda en 2016, que le tocarían pagar o renegociar al próximo gobierno. Y la cuenta para 2016 le da nada menos que US$ 25.000 millones. Los cuadros que publicamos a continuación resumen esos datos.
No importa cómo se analicen esos datos, la conclusión es una sola: Cristina se va del Gobierno dejándonos más sometidos a los banqueros y fondos buitres que nunca.

vencimientos 2016

 


El cáracter revolucionario de la Primera Independencia

Algunas corrientes de izquierda, como el Partido Obrero, niegan el carácter revolucionario del proceso que concretó la independencia de América Latina del imperio español y dio nacimiento a nuestros países. Argumentan en este sentido que los “patriotas” eran supuestos agentes de Inglaterra, que disputaban el control de la región con España.
Nuestra corriente, la LIT-CI, por el contrario, ha insistido desde sus orígenes en que se trató de un proceso revolucionario riquísimo y que deja enormes enseñanzas acerca de cuál es el camino que debemos tomar hoy los trabajadores y los pueblos latinoamericanos para avanzar en la lucha por la independencia del imperialismo. Lo que debe tener como cuestión fundamental la expropiación de las principales palancas de la economía en manos de los banqueros y multinacionales imperialistas y su estatización bajo control de los trabajadores.
Precisamente, uno de los aspectos que mejor demuestra el carácter revolucionario de la lucha que libraron Castelli, Pueyrredón, Moreno, San Martín, Bolívar, Sucre y los miles de patriotas de aquellos tiempos es el modo en que respondieron a los ataques y el boicot a la independencia de los españoles que vivían en la región, especialmente los comerciantes y hacendados. Mientras el kirchnerismo y en general todas las fuerzas gobernantes actuales en el continente respetan la sacrosanta “propiedad privada” de los bancos y las empresas extranjeras que actúan en América Latina, la actitud de los jefes de la Primera Independencia fue expropiar sistemáticamente los bienes de los españoles que boicoteaban la revolución y expulsar a los mismos de la región.
Un extenso trabajo publicado en Wikipedia titulado “La expulsión de los españoles de América” ofrece datos contundentes al respecto. Extraemos del mismo algunas citas:

México:

“Se tomaron medidas para retirar las armas a todo individuo español, y se les expulsaba del estado militar en activo. En febrero de 1824, se expulsaba a los españoles de cualquier cargo público que ocupasen. Se les negaba la posibilidad de retirar capitales, se les obligaba a abandonar sus lugares de residencia y se emitían contra ellos leyes particulares según cada caso. El autor Lorenzo de Zavala describe que los más exaltados se sentían legitimados a desposeerlos porque les atribuían privilegios coloniales y ser causantes de la pobreza. Se tomaron medidas de propaganda para amedrentarlos y obligarles a abandonar México.
“En 1856, hubo confrontaciones entre mexicanos y españoles por el control de las propiedades de los ingenios azucareros de los recién formados estados de Morelos y Guerrero, propiamente en la región de Tierra Caliente, el conflicto terminó con el asesinato de ciudadanos españoles en la Hacienda de San Vicente Chiconcuac y la hacienda de Dolores.1

La Gran Colombia

Se promulgó por fin una ley de expulsión de los españoles el 18 de septiembre de 1821. (…) En el año 1823 se da el decreto de expulsión (7 de julio) del territorio venezolano de todos los españoles (peninsulares y canarios). La medida es ejecutada por el vicepresidente Soublette (11 de noviembre). (…) Concluida la guerra, el gobierno de la Gran Colombia ordenó la expulsión del territorio de todos los españoles de origen peninsular que no demostrasen haber formado parte del movimiento independiente, exceptuando la rareza de los ancianos de más de 80 años de edad, lo que ya no se justificaba únicamente con motivos políticos.

“Concluimos la guerra de la independencia arrojando a todos nuestros enemigos, es decir, a todo el comercio español tenedor de la especie circulante y luego, ya victoriosos, para que nos dejaran construir, para afianzar la paz, una ley general de expulsiones arrojó con ellos los restos”.2

Las provincias argentinas

Aunque la guerra rápidamente se llevó más allá de la frontera de la actual Argentina, desde el principio del movimiento se impusieron las ideas más radicales de Juan José Castelli, Juan Martín de Pueyrredón y Mariano Moreno en contra de los españoles. El 23 de junio de 1810 se publicaba la orden de expulsión de altos funcionarios de origen español.
El 6 de diciembre de 1810, la junta emitió una circular ordenando que en el futuro no se debían conferir cargos administrativos a los no nacidos en el país, pudiendo mantenerlos los que ya los desempeñaban.3 (…) Además se impusieron penas de confinamiento, contribuciones especiales y expropiaciones explícitamente contra los españoles peninsulares con motivo de financiar la guerra, representando el 13% de todo el dinero recaudado por el gobierno durante esa década. La población de 3.000 españoles de Buenos Aires quedó empobrecida y relegada a comienzos de los años 20. En torno a 1.000 personas de la población de españoles peninsulares sufrieron penas de prisión en relación a la guerra.
Un ejemplo de las medidas tomadas contra los peninsulares es el bando publicado por el gobernador artiguista de Montevideo, Fernando Otorgués, de fecha 15 de marzo de 1815:

Ningún individuo español podrá mezclarse pública y privadamente en los negocios políticos de esta Provincia, esparciendo ideas contrarias a su libertad, con el sutil pretexto de hacer la felicidad del país, ni con otro alguno. El que a ello contraviniere será a las 24 horas irremisiblemente fusilado, incurriendo en la misma pena el que lo supiese y no lo delatare. Con igual pena será castigado el vecino que fuera aprehendido en reuniones o corrillos sospechosos, criticando las operaciones del gobierno.

Chile y Perú

Mientras en Chile O’Higgins dio paso a una inmediata reconciliación con los españoles europeos, en el Perú la población española concentrada principalmente en Lima sufrió todos los rigores de la llegada de la expedición militar al mando de José de San Martín, quien amparó las medidas de terror tomadas por Bernardo Monteagudo en contra de los españoles europeos. Se cometieron 4.000 actos de confinamiento en prisiones contra civiles españoles como parte de las medidas represivas. Se prohibió la salida del domicilio después de la hora de oración. A finales de 1821 se embargaron todos los bienes de los emigrados o residentes en territorios del rey de España.

Independencia de America

Notas:
1 Descontento campesino e hispanofobia
2 El drama de la inmigración canaria en Venezuela, por Manuel Rodríguez Campos 2004
3 Gaceta de Buenos Aires desde 1810 hasta 1821. Resumen. pp. 32. Autor: Antonio Zinny. Editor: Impr. Americans, 1875.