Llegamos a los 60 días de cuarentena y las necesidades se hacen notar más aun en nuestros barrios populares del conurbano Bonaerense. De los cuales varios no cuentan ni con instalaciones básicas como, las cloacas y redes de agua potable. Todos estamos viendo en la tele lo que sucede con la pandemia en los barrios pobres de la ciudad de Buenos Aires pero ahora sumados los de la provincia como es el caso de Villa Azul.
Muchas de las personas que viven en estos barrios poseen trabajos precarios como recolectores de cartón, o particularmente en la zona del Reconquista de José León Suarez trabajan en el Ceamse. Como es de saber ante esta cuarentena obligatoria, se encuentran sin sus medios de ingreso, y los servicios necesarios para higiene y para hacerle frente a la pandemia, lo cual los deja en una situación de extrema vulnerabilidad.
El gobierno nacional y provincial anuncia por cadena distintas medidas que se suponen , son para ayudar a estos barrios , las realidad que vemos los docentes , auxiliares y organizaciones sociales que vamos a los barrios a colaborar y entregar los bolsones de alimentos, es otra, sabemos que son migajas.
Por empezar son pocas las escuelas que cubren los cupos en la entrega de alimentos, por ejemplo en una escuela donde hay un cupo de 200 alumnes, envían bolsones para 150 o menos. El contenido de este bolsón son 2 leches, paquete de harina, 1 puré de tomate y 2 paquetes de fideos de la más baja calidad. Claramente, esto no alcanza para una semana y aun así estas entregas se hacen cada no menos de 20 días!!!
En esta zona del Reconquista, muchos vecinos, debido a la falta de trabajo digno y sin tener donde vivir, construyen viviendas en un descampado público perteneciente a la municipalidad de San Martin. Terreno abandonado hace muchos años sin uso productivo ni inmobiliario. Al comenzar la cuarentena, la policía Bonaerense llegó a estas viviendas con violencia y pedido de desalojo. Al pasar una semana el sábado 23 de mayo, la policía vuelve con violencia a desalojar y frente a la resistencia de las personas para defender sus viviendas, esta comienza a incendiar las casas en las caras de estas familias y sus hijos.
Por otra parte, les docentes y auxiliares ponemos el cuerpo para hacer la entrega de los alimentos, cuadernillos y poder estar presentes con algunas familias que no tienen acceso a la conectividad. A las terribles situaciones que mencionamos antes se suma el planteo de “la continuidad pedagógica”, imposible de cumplir debido a la falta de herramientas tecnológicas , o en aquellos hogares donde quizás si pueden conseguir estas, tienen que turnarse porque suelen tener una sola computadora o celular, y aun así en otros no tienen acceso a internet.
Este distrito es uno de los más infectados, sin embargo tanto las personas que viven aquí como las que realizamos actividades en las escuelas, no contamos ni con los más mínimos recursos sanitarios para llevar esto a cabo: ni barbijos, ni guantes, ni alcohol ni mucho menos testeos masivos.
Lo que acabamos de describir, seguramente se repite en otros barrios pobres, y seguramente se repite en todo el mundo. Es que la pobreza, las malas condiciones de vida, la falta de trabajo y ahora esta pandemia están presentes y castigan con toda la fuerza a les trabajadores y pobres de todo el mundo. Vivimos bajo un sistema que no está al servicio del bienestar de la humanidad, sino al servicio de la ganancia de unos pocos. El sistema capitalista es el que mata, obliga a millones de personas a vivir en estas y en peores condiciones, mientras las empresas y los bancos buscan seguir ganando cada vez mas.
Los gobiernos, los de todo el mundo y de nuestro país también, están al servicio de este sistema, dicen que están pensando en la gente y que hacen cosas para sobrellevar esta pandemia y sin embargo siguen pagando la deuda externa: millones de dólares que ya pago y busca negociar para seguir pagando. Ayuda a las empresas, a los patrones que estos años se llenaron de plata para que estos paguen a los trabajadores, y estos despiden y reducen salarios. Les paga salarios de miseria a los jubilados que son los mas vulnerables. Deja sin insumos a les trabajadores de la salud y los mantiene también con salarios bajísimos.
Con los millones de dólares que ya destino y los que piensa destinar a pagar la deuda, podría cambiar por completo esta situación.
Falta muy poco para conmemorar el día de la independencia , entendemos que mientras sigamos atados a cumplir con el FMI, los bonistas, los organismos internacionales, dueños de las grandes empresas multinacionales, que no solo explotan a los trabajadores sino que también explotan nuestros recursos naturales, podemos decir que no hay ninguna independencia ni económica ni política. Seguimos esclavizados a estos organismos y las potencias mundiales de pies y manos.
La salida es con la organización en los barrios, en las fabricas y lugares de trabajo.
Organizarnos para exigir los testeos masivos, los insumos necesarios, los bolsones con comida de calidad y en cantidad suficiente. En el caso de los vecinos que les quemaron las casillas para desalojarlos exigir a los gobiernos que se otorguen viviendas dignas.
Organizarnos como lo hacen los trabajadores cuando los despiden como en Penta, Mondelez, los choferes a los que les bajaron el sueldo, o los vecinos que arman ollas populares para que a nadie le falte un plato de comida.
Exigir que hay que dejar de pagar la deuda externa, si sumamos la plata con la que se paga a los bonistas, más los salarios altos de los políticos, más las grandes millonadas de las grandes empresas; no solo enfrentamos la pandemia si no que alimentaríamos a nuestra pueblo. Podríamos garantizar los salarios para que cada familia pueda hacer la cuarentena en su hogar, priorizar el presupuesto en salud y educación, ayuda alimentaria y materiales sanitarios. En cuanto a la educación, garantizar la entrega de computadoras o Tablet en todo rincón del país, y accesos a wifi gratuitos para los niñes escolarizades. Por eso te invitamos a organizarte con nosotros para seguir peleando y exigiendo. Desde el PSTU nos ponemos a disposición para organizarnos y movilizarnos por todo esto.