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El MAS negoció una lucha heroica contra el golpe

Evo Morales es doblemente responsable por la victoria del golpe contra él. Primero, por haber abierto las condiciones para su derrocamiento por medio del golpe militar. Segundo, porque traicionó la resistencia a él.

Por Lucha Socialista

El gobierno burgués de Evo mantuvo la explotación capitalista del país y el sometimiento al imperialismo, acumulando así el desgaste con las masas durante 13 años en el poder. Después, pasó por arriba del plebiscito para imponer su candidatura a las elecciones, y por último fraudó el resultado de las elecciones posibilitando las movilizaciones iniciales contra sus desmanes, que dieran las base al golpe militar.

Luego de consumarse el golpe cívico militar el domingo 10 de noviembre, se desató de manera espontánea la heroica resistencia del pueblo trabajador. En la noche de ese mismo día, la ciudad de El Alto inició un paro movilizado con barricadas en todas las calles, llegando a desalojar a la policía[i], similar situación se dio en Yapacani, una ciudad intermedia próxima a Santa Cruz de la Sierra.

La fuerza con que el movimiento de masas respondió al golpe, tomó por sorpresa tanto a los golpistas como al depuesto Evo y el MAS. (…) La resistencia al golpe fue una reacción genuina desde las bases de los barrios más pobres de ciudades como El Alto y Cochabamba y del movimiento campesino e indígena, que respondieron con el bloqueo de caminos en la mayoría de las carreteras, paralizando el transporte a nivel nacional y aislando las principales ciudades. La radicalidad de la movilización y su extensión en pocos días, fue la decisión desde las bases en ausencia de dirigentes, enfrentando una dura campaña de desprestigio y una violenta represión con altos costos de vidas, heridos y detenidos.

Un gobierno transitorio impuesto a fuerza de masacres

La grotesca imagen que quedó registrada para la historia, la senadora Yanine Añez recibiendo los símbolos presidenciales de manos del mando militar, ilustra con exactitud la fuente de respaldo de este gobierno.(…)

Sin el respaldo de las Fuerzas Armadas, este gobierno no podría haberse impuesto a la resistencia social que se desencadenó, se impuso masacrando a las masas que se le enfrentaron.

En el  primer día de gobierno de Áñez, la represión militar en Yapacaní se cobró cuatro muertos, el 15 de noviembre la represión a los cocaleros movilizados en Cochabamba se saldó con nueve muertes, el 19 de noviembre se produjo un total de diez fallecidos en los enfrentamientos de Senkata en la ciudad de El Alto, sumando un total de 23 muertes[iii], más de 100 heridos y cerca de 400 detenidos.

Esas cifras desnudan el nivel de violencia militar – policial a la que la alianza de la burguesía, los mandos militares y los partidos de derecha, tuvieron que recurrir para consolidar la “sucesión constitucional” del gobierno transicional de Áñez.(…) 

El barniz democrático al golpe lo pone el MAS.

(…) Como ya se mencionó, la salida de Evo del país, seguida de las renuncias de los parlamentarios del MAS de los cargos directivos del congreso que estaban en la línea de sucesión constitucional, allanó el camino para que el golpe se legitime a través de la senadora Añez habilitada por esas renuncias para asumir la presidencia, cosa que no hubiera podido suceder si Evo y la dirección del MAS en lugar de abandonar su responsabilidad se hubieran puesto a la cabeza de la lucha que El Alto y los demás sectores habían iniciado apenas horas después de hacerse pública su renuncia.

¿Era posible derrotar el golpe? A la heroica resistencia que sostenían los pobladores de El Alto, los cocaleros del Chapare y el movimiento campesino del país, restaba incorporar de manera decisiva al movimiento obrero y los sectores populares de las ciudades, que de manera segmentada y desarticulada ya venían tomando parte de las acciones de lucha. (…)

El MAS y Evo, si realmente querían derrotar el golpe, debían optar por fortalecer la lucha de los trabajadores y sus organizaciones, una tarea que estaba a su alcance siendo que ellos controlaban las principales direcciones nacionales como el de la Central Obrera Boliviana (COB) y de la Confederación de Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), desde luego esa decisión les obligaba a romper los acuerdos estructurales con los sectores de la burguesía   y el imperialismo para quienes gobernó durante catorce años.

Pero esto significaría asumir la posibilidad de una guerra civil que Evo, como dirigente burgués, no quería. Porque eso podría abrir un grado de enfrentamiento entre las clases que podría sobrepasar a el mismo.

En lugar de ello, optaron por negociar acuerdos mezquinos como la otorgación de salvoconductos, la preservación de la sigla y su derecho de participar en las próximas elecciones, todo en el marco de una estrategia de preparar el retorno del MAS y Evo al gobierno para el 2025. (…)

La tarea: recuperar y fortalecer la independencia de clase para la lucha contra los gobiernos paridos por el golpe

La heroica lucha contra el golpe, si bien no logró impedir la consolidación del gobierno de transición, debido al nefasto rol de las direcciones del MAS, frenó las intenciones del gobierno de transición de acabar con los símbolos de la plurinacionalidad como la Whipala, de paralizar la ejecución de proyectos a favor del movimiento campesino, logró la abrogación del Decreto que deslindaba responsabilidad penal al ejército, además de indemnizaciones a las víctimas de la represión  y la liberación de los detenidos.

El gobierno de Añez y el que surja de las próximas elecciones, pactadas para abril de 2020, compartirán un signo en común, el de ser producto del golpe cívico militar policial, por ello mismo con la tarea encomendada por la burguesía y el imperialismo, de aplicar los ajustes económicos sobre las espaldas de los trabajadores, campesinos y la juventud.

Por ello la tarea urgente de la clase obrera, los sectores empobrecidos y la juventud es preparar la lucha contra el actual gobierno de transición y el que surja de las elecciones. Eso significa no dar ninguna tregua al gobierno de turno en todas las luchas concretas inmediatas, así como en la defensa de las libertades democráticas. Es necesario un plano de lucha para reunificar los trabajadores contra este gobierno. Precisamos apuntar a un verdadero gobierno obrero y popular.

Es urgente recuperar la independencia de clase en nuestras organizaciones y la necesidad de la construcción de una alternativa de dirección revolucionaria. Nos ponemos al servicio de estas tareas, en el marco de la más amplia unidad para la lucha contra los gobiernos engendrados por el golpe.

Notas:

[i] https://www.paginasiete.bo/nacional/2019/11/12/turbas-queman-destruyen-unas-ocho-unidades-policiales-en-el-alto-la-paz-en-un-dia-237134.html

[ii] https://www.paginasiete.bo/nacional/2019/11/11/al-grito-de-guerra-civil-turba-de-ponchos-rojos-llega-la-paz-evacuan-la-asamblea-237086.html

[iii] http://www.la-razon.com/nacional/Suman-muertos-convulsion-Bolivia-CIDH_0_3259474036.html

[iv] https://www.paginasiete.bo/nacional/2019/11/24/asamblea-aprueba-comicios-sin-evo-morales-anez-la-promulga-hoy-238377.html

[v] http://www.la-razon.com/nacional/acuerdo-gobierno-cob-bolivia-pacto-unidad_0_3264273590.html