EL MASSAJUSTE II

 UN PRESUPUESTO 2023 AL SERVICIO DEL FMI

El superministro de Economía, Sergio Massa, presentó al Congreso Nacional su proyecto de Presupuesto 2023. En medio de una crisis  capitalista  internacional,  el anhelo del ministro peronista de los Fernández es adecuar la economía, principalmente la de los trabajadores/as, a las pautas impuestas por el FMI al aceptar el acuerdo con el organismo juntamente con la oposición patronal macrista. No es ni más ni menos que una continuidad brutal del ajuste que se inició desde hace meses y ratificándolo luego de su viaje a EE.UU. con Alberto Fernández para entrevistarse con las autoridades del FMI, que no escatimaron elogios a los planes del Gobierno argentino.

Para el Ministro Massa “… es un Presupuesto prudente y realista. Puede ser discutible una meta o la otra, pero está planteado con enorme responsabilidad» y que “…viene a cumplir con los parámetros que planteó este propio Parlamento al renegociar el acuerdo con el FMI». Los números son los que marcan cual es el objetivo principal de un presupuesto anual. Si traducimos lo de “prudente”, “realista” y “responsabilidad”, los porcentajes de las principales partidas involucradas muestran en valores reales, considerando la inflación mediante,  achicamiento en los recursos para atenuar  el crecimiento de la pobreza  y la indigencia que ya llegaron  dudosamente según el INDEC, a 36,5% y 8,8% respectivamente. Unas 17,3 millones de personas serían pobres y unos 4,2 millones indigentes. En tanto en menores de 14 años, alcanzó el 50,9 %.

Y más aún, la perspectiva de un presupuesto y congelamiento de la actividad económica con inflación, la “estanflación”, es decir, lo que producimos, con consecuencias negativas en la generación de empleo digno y achicamiento aún más del poder adquisitivo. Pero a la par, un “dejar acumular” más ganancias a las patronales que controlan nuestra economía como las ligadas a lo agropecuario y las multinacionales extractivistas.

Achicar partidas para reducir el déficit fiscal…. 

En el recuadro “En qué gasta el Estado”, se refleja cual es la importancia que el gobierno peronista de los FF aplica a los recursos que obtendría de las recaudaciones de distintos orígenes económicos. Así, por ejemplo, a Seguridad Social (jubilaciones y pensiones, planes de ayuda social, asignaciones especiales, etc) destinaría un 45% del Presupuesto. Una cifra ostentosa y en año electoral. Pero lo que habría que aclarar es que los gastos previsionales ya tienen recursos propios por los aportes patronales y de los trabajadores en los empleos relativamente formales.

No obstante, hay una reducción real en las partidas  de “Promoción y Asistencia Social”  (-1,7%) y Seguridad Social (-4,3%). Un ataque directo a millones de personas afectadas por el desempleo, y que en otras partidas no prevé políticas de generación de empleo digno y productivo.

Con millones de personas sin una vivienda digna, el Presupuesto de Massa achica esta partida en un -4,6%, es decir miles de millones de pesos que el Estado no destinará a planes de viviendas populares a precios accesibles dando empleo a miles de trabajadores.

Párrafo aparte merecen el achicamiento de las partidas “Energía, Combustibles y Minería” ((-12%) y “Transporte” (-12,8%). Que generarán la reducción de subsidios provocando enormes tarifazos en los gastos por energía eléctrica, gas y el costo del transporte, abonando la inflación que supuestamente se quiere achicar.

La partida destinada al Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad tiene una suba de 57,9 %. Si se compara con la inflación promedio (75,7 %) el efecto real es de una caída de 10,3 % respecto a lo asignado en 2021. 

Una inflación y devaluación salvajes

Con una inflación 2022 que llegaría a los dos dígitos en la realidad, es irrisorio que el Presupuesto de Massa proponga una inflación del 60% solamente y una reducción del déficit del 2,5% al 1,9% con las variables que propone. Entre ellas una devaluación para el 2023 con el dólar oficial a $269 en diciembre 2023 (y un promedio anual de $ 219). Estando hoy el oficial a $147.- generaría aumentos colosales en los precios al ser una economía dependiente internacionalmente. 

Algo que el Ministro esconde, ya que en los acuerdos paritarios con las burocracias sindicales  obsecuentes saltaría el proyecto de arreglar a la baja aumentos salariales en cuotas y sin revisión, en beneficio de los capitalistas para aumentar sus ganancias con mayor explotación.