Es probable que la de Vicentín sea una de las estafas al estado más descaradas de los últimos tiempos. Devolviendo favores, por los aportes millonarios a su campaña electoral, Macri y su Presidente del Banco Nación, Javier González Fraga, le “prestaron” a la cerealera la friolera de más de 300 millones de dólares, poco tiempo antes de que Cambiemos abandonara el poder. A los pocos días se declaraba en cesación de pagos, por culpa de un “estrés financiero”, dejando un tendal de deudas entre productores, bancos nacionales y extranjeros.
Vicentín tuvo un crecimiento meteórico durante el gobierno de Macri, al pasar de estar en el puesto 19 de exportadoras de granos al puesto 6to. A la vez controla varias empresas como la Algodonera Avellaneda, tiene la fábrica de aceite más moderna del mundo, emplea en total unos 7000 trabajadores. Además administra un moderno puerto en San Lorenzo y una sociedad con Glencore (de origen suizo) que ahora detenta el 66% de Renova. Tiene negocios en Paraguay, Uruguay y hasta en Europa. Se sospecha que Vicentín “triangula” exportaciones haciendo aparecer que exporta desde esos países, lo que en realidad es producido en la Argentina, aprovechando la exención de retenciones. Además se investiga el destino de los préstamos y venta de acciones, lavado y fuga de capitales. Un verdadero prontuario.
Un sucio negocio
La mayoría de las exportaciones argentinas, están en manos extranjeras. Pero sin dudas las de mayor peso y rentabilidad son las de cereales controladas por un puñado de monopolios multinacionales, (Cargill, ADM, Dreyfus, COFCO,) y unas pocas nacionales. Es un negocio en el que el Estado Nacional tiene poco control. Los puertos por donde salen las exportaciones son privados. De esta forma la principal fuente de divisas del país, está en manos de monopolios extranjeros.
Vicentín no inventó la triangulación, ni la fuga de capitales a paraísos fiscales ni hacer “desaparecer la ruta del dinero” estafado. Todo esto y mucho más es parte del negocio. Los principales empresarios nacionales y extranjeros en el país acusaron a los Fernández de “estatistas y “comunistas” y que “vamos camino a Venezuela”. ¡Vamos, solo queda en evidencia lo que siempre fue, un negocio muy sucio y no quieren mirones!
Expropiación y salvataje
El gobierno intervino la empresa y anunció que enviará un proyecto de ley de expropiación. Alberto Fernández aseguró que “la única salida es la expropiación», el mercado agroexportador “es muy importante” y que “por eso nosotros rescatamos a Vicentín de lo que es un camino seguro al precipicio, que termina con la quiebra de Vicentín o con el pase de Vicentín a manos privadas y capitales extranjeros”. (Ámbito Financiero)
Por otra parte el Presidente aseguró que después de la expropiación el “modelo” de empresa será YPF, es decir una empresa de capital estatal y privado. Recordemos que YPF, fue estatizada por el gobierno de Cristina Kirchner, quedándose con el 51%, pagándole a la española Repsol mucho más de 5 mil millones de dólares. YPF se asoció a varias empresas privadas y lejos de alcanzar la “soberanía energética” que se anunció, el estado terminó acordando con la multinacional Chevrón y otras, pagar el “barril criollo” de petróleo de Vaca Muerta, primero a 67 dólares, y ahora a 45, cuando en el mercado mundial está a 19 dólares. ¡Qué negocio…para los patrones! Con este “modelo” para Vicentín, no se conseguirá la tan cacareada “soberanía alimentaria”.
Se dice que se necesitarán 300 millones de dólares para poner en marcha la empresa expropiada. ¿De dónde saldrán? De los negocios de la familia Vicentín? ¿De los yates con los que se pasean los Nardelli? ¿De los capitales fugados? ¿O van a salir de las flacas arcas del estado, sumándose a la deuda que nos quieren hacer pagar a todos los argentinos?