Los resultados de las internas han confirmado que el FIT es, a nivel electoral, una herramienta que centenares de miles siguen tomando en sus manos para enfrentar a los candidatos del ajuste. Esto se ha mantenido a pesar de la campaña “internista” de los principales partidos producto de aceptar la variante de las PASO, la cual desvió la atención del que debería ser su centro: pegar unificados contra los candidatos patronales.
Pero las consecuencias del internismo, el sectarismo y la autoproclamación tienen efectos mucho más nocivos para los trabajadores cuando se pasa del terreno de las elecciones y de la democracia de los patrones, al de la lucha concreta. La necesidad de unir a los que estamos dispuestos a enfrentar ese modelo y a los burócratas de los sindicatos que son cómplices, reviste carácter de urgencia.
Terminar con los “des-encuentros”
La convocatoria a distintos encuentros sindicales impulsados por parte de la izquierda, dividiendo en muchos casos a las nuevas direcciones combativas, lejos de ir a favor de resolver la necesidad de unirnos para luchar nos debilita. Los partidos que encabezan el FIT tienen una responsabilidad fundamental en este sentido, deben poner la simpatía que despierta electoralmente la unidad de la izquierda y un planteo de alternativa clasista a los candidatos patronales, al servicio de unificar a las nuevas direcciones y a los que luchan.
El FIT debe encabezar un llamado que supere al mismo FIT, realizando una amplia convocatoria a un único encuentro sindical combativo, democrático y antiburocrático. En primer lugar proponiendo su convocatoria a las nuevas direcciones que han surgido de las principales luchas como los aceiteros, los compañeros de la 60 o los de Fate encabezados por el SUTNA San Fernando. Todos ellos han dado un ejemplo de la unidad en la lucha. También deben ser convocantes nuevas direcciones combativas como los compañeros del Sarmiento encabezados por el Pollo Sobrero, las internas combativas de la alimentación (ex Kraft, FelFort, etc.) y centenares de delegados metalúrgicos, petroleros y de tantos otros gremios que enfrentan a sus patronales y los burócratas sindicales cómplices.
Un encuentro unitario y democrático
Este gran encuentro unitario que necesitamos debe ser democrático y representativo de las opiniones y decisiones de las bases. Allí deben estar representados los mandatos votados en asambleas en cada lugar de trabajo. De nada sirven encuentros de “aparato” donde decidan las cosas el peso de la militancia de tal o cual partido. Los representantes de los partidos de izquierda deben tener la posibilidad de presentar sus posturas, pero con un tiempo limitado, para que sea la voz de los propios trabajadores, expresada en sus mandatos de base, la que tenga el mayor peso en este encuentro.
Desde el PSTU hacemos un llamado a los integrantes del FIT, al conjunto de las organizaciones de izquierda y clasistas, y a las direcciones que han venido poniéndose al frente del las principales luchas contra el plan de ajuste, entrega y represión a dar los pasos necesarios para avanzar por este camino.